SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 May. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente de la Xunta, el nacionalista Anxo Quintana, reconoció hoy los "problemas" derivados de la presencia del BNG en el Ejecutivo gallego y su oposición paralela en la política española y, por ello, reiteró su oferta de "participar en la gobernabilidad" del Estado mediante alianzas parlamentarias efectivas.
En una entrevista en RNE, recogida por Europa Press, Quintana admitió que "no puede negar" que el hecho de que la formación que lidera cogobierne en la comunidad y no tenga un acuerdo en Madrid "es un problema". No obstante, aclaró que esta contrariedad no es para el Bloque, sino para Galicia, que "pierde una oportunidad" de pesar más en las decisiones de la Administración central.
En consecuencia, insistió en su disposición a concertar con el PSOE el apoyo a las iniciativas del Gobierno, siempre que éste se comprometa a "tener en cuenta" a la comunidad, y añadió que si este pacto no se ha producido hasta ahora "no ha sido por culpa del BNG".
No obstante, el dirigente nacionalista volvió a expresar su interés por cooperar con el Ejecutivo y aseguró que el propio presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, conoce "de su boca" la voluntad del Bloque de apoyar las políticas gubernamentales. "Ahora es decisión de él determinar si ése acuerdo se puede producir", aseveró, tras lo que aclaró que la "única condición" de la formación frentista es que "Galicia esté encima de la mesa de discusión".
Al respecto, el número dos de la Xunta recordó que, para asegurarse la mayoría parlamentaria en las Cortes, Zapatero diseñó una política de alianzas "dirigida fundamentalmente" a ERC e Izquierda Unida y aseguró que, tras la ruptura del PSOE con Esquerra a raíz del Estatut, "el tiempo dio la razón" a los que apuntaban que el Ejecutivo debía apoyarse en más formaciones políticas.
ESTABILIDAD DEL NACIONALISMO
Así, reivindicó que la "garantía de estabilidad" que para Zapatero suponen partidos nacionalistas del País Vasco, Cataluña y Galicia, entre los que nombró específicamente al PNV, CiU y al propio BNG, a los que definió como "fuerzas políticas responsables y comprometidas con su país".
Además, aseguró que los nacionalistas que forman parte de la coalición Galeuscat están "dispuestos a participar en la gobernalibilidad del Estado desde una perspectiva constructiva" y proclamó que "el nacionalismo es garantía de estabilidad".
A su juicio, "más tarde que pronto, el Gobierno se ha dado cuenta", y confió en que la nueva relación establecida entre CiU y el Gobierno "sirva para que Galicia se sume a este proyecto de gobernabilidad del Estado". "Para nostros el cambio de apoyos es positivo porque va a significar que la oferta del BNG es atentida y entendida por el Estado", agregó.
PGE
"Con Galicia todo es posible, sin Galicia, no hay nada que hacer con el BNG", proclamó el vicepresidente, quien esperó también que el Bloque pueda negociar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del próximo año antes de que el proyecto inicie su tramitación parlamentaria.
Al respecto, informó de que todavía no ha habido "contactos", pero incidió en que la capacidad de incluir las propuestas nacionalistas en las cuentas de 2007 depende en gran medida de que se aborden antes de su entrada en Cortes. "Después es mucho más complicado", declaró, tras lo que advirtió de que "no conviene la improvisación por la improvisación".
Por último, aprovechó para defender la "disposición siempre constructiva" del BNG para llegar a acuerdos, aunque "con una actitud firme y exigente". "No se puede estar en el Gobierno gallego ni en política para decir 'amén' a todo a Madrid", sentenció, si bien rechazó también la "confrontación por la confrontación" promovida por el PP, al que acusó de "proponer decir no antes de saber qué dice el Gobierno".