Vázquez es el patronímico propiamente gallego más habitual y Otero y Villa los "más castellanizados"
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Rodríguez, Fernández o González son los apellidos más comunes de Galicia según un estudio pionero en España presentado hoy por el Instituto da Lingua Galega -ILGA- que tienen como principal característica conservarse desde el medievo, debido a que Galicia fue una tierra de emigrantes y no de inmigrantes.
Este proyecto, presentado hoy por Rosario Álvarez, Ana Isabel Boullón Agrelo y Xulio Sousa Fernández, del ILG; Antón Santamarina, director del seminario de Onomástica de la RAG y Javier García Tobío, director xerente del CESGA, es el primer estudio de este tipo presentado en todo el Estado.
Así, partiendo del censo del Instituto Galego de Estatística -INE- de 2001, se incluyeron los datos de 2.750.683 personas y 5.481.680 apellidos correspondientes a casi 50.000 formas distintas, "teniendo en cuenta que la información proporcionada es de apellidos sueltos, tanto vayan en el primer lugar como al final".
De esta forma, y tras cruzar los apellidos con las zonas geográficas de procedencia se obtiene una "plasmación visual" de la concentración de los apellidos por municipios, comarcas y provincias de la comunidad, incluyendo sus porcentajes y números.
Esta lista la encabeza Rodríguez, con 236.756 correspondencias y el 8,6896% del total; seguida de Fernández, González, López, García, Pérez o Martínez. Todos ellos patronímicos de origen medieval que hacen referencia a 'hijo de Rodrigo, Fernández, Gonzalo, etc' y que proceden del Norte de la península. En octavo lugar se sitúa el primer apellido puramente gallego, Vázquez, que junto con Castro (11º lugar) son los más comunes de la comunidad.
Los responsables de este informe destacaron que en Galicia predominan las formas latinas y germánicas de los apellidos, mientras "escasean" los de origen árabe o prerrománico. Además, subrayaron que Galicia conserva casi "invariables" sus apellidos desde el siglo XIII y desde la Edad Moderna, que fueron las principales etapas de la "revolución patronímica". "De esta forma se puede saber el origen geográfico de estas correspondencias", indicaron.
CATELLANIZACIÓN
No obstante, apuntaron que en los últimos siglos, y principalmente, en el XIX y XX, se detectó una gran variedad de formas en las ciudades, por las migraciones; así como una "profunda castellanización" en alguna de ellas; principalmente en Otero y Villa, cuyas formas originales era Outeiro y Vila. "No pasa, curiosamente, con Outeiriño", añadieron.
Además, constataron que hay formas que "están a punto de desaparecer". Por ello, propusieron cambiar el orden de los apellidos Y "tener hijos". "Es la mejor fórmula de evitar que algunos patronímicos se extingan", indicaron.
