SANTIAGO DE COMPOSTELA, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, subrayó hoy la necesidad de delegar en el Gobierno las negociaciones para lograr el fin de la violencia en el País Vasco y reclamó a las fuerzas políticas "un ejercicio de prudencia" marcado por los "silencios activos y comprometidos" para "dejar a quien compete dirigir un proceso" que auguró "duro y difícil".
En la rueda de prensa posterior al Consello, Touriño advirtió de que ante el inminente inicio de las conversaciones "sobran las ayudas" y, por ello, insistió en reclamar el apoyo para "quien tiene la responsabilidad en nombre de todos de sacar esto adelante", como él mismo transmitió ayer al propio presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero; y al lehendakari vasco, Juan José Ibarretxe; en cuanto tuvo conocimiento de la "tregua permanente" decretada por ETA.
El titular autonómico expresó a ambos mandatarios el "apoyo leal de Galicia a lo que sea oportuno" y reiteró la necesidad de que en el curso de los acontecimientos "se tenga en la memoria en un primer espacio de atención" a las víctimas del terrorismo, para garantizar la "solidaridad permanente hacia su dolor".
No obstante, preguntado por si la opinión de éstas debe ser tenida en cuenta en el proceso, Touriño reclamó un "ejercicio de prudencia y de cautela" para dejar que "sea a quien compete, al Gobierno, el que marque y oriente la pauta de por dónde, quién y cómo debe dirigirse el proceso".
UNIDAD SIN FISURAS
En consecuencia, reiteró que tanto la ciudadanía como los líderes políticos deben "mantener la unidad sin fisuras y ser prudentes permanentemente para mostrar su esfuerzo y apoyo". Así, recordó que el propio Zapatero marcó en su primera comparecencia tras conocerse la noticia las "pautas de lo que debe ser este tiempo de esperanza", en el que consideró que la "unidad entre las fuerzas políticas es un valor preciado a consolidar".
En esta línea, añadió que el del fin de ETA es un "camino a recorrer juntos", puesto que "no es una cuestión de partido, sino de país, de Estado", en la que la "unidad permanente es esencial". "Va a ser un proceso duro, largo y difícil", advirtió, tras lo que insistió en pedir que se deposite la capacidad de acción en el Gobierno central, para que pueda "apuntar ritmos, mecanismos, medidas y procedimientos".
"A los demás nos corresponde dar ese apoyo, ser prudentes y no generar elementos de división propios", aclaró, en respuesta a la pregunta de si el Ejecutivo estatal debería conceder medidas de gracia a los presos etarras para facilitar la marcha del proceso.
Por último, consideró que "lo más importante" de la reacción del PP ha sido la "voluntad inequívoca de encuentro" para "empezar a dialogar y pensar en la posibilidad cierta de trabajar juntos, ofrecida de forma intensa, inequívoca, clara y rotunda por el presidente del Gobierno y aceptada por Rajoy". "Ése es el camino", concluyó.