Un vecino de Cangas juzgado por maltrato a su compañera dice que la "maldad" de las mujeres propicia que haya gays

Europa Press Galicia
Actualizado: martes, 7 marzo 2006 17:06

PONTEVEDRA 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

El vecino de Cangas Miguel Angel De Peroy Pereira atribuyó hoy la existencia de homosexuales a la "maldad" de las mujeres, como alegato final en un juicio en la Audiencia de Pontevedre en el que el fiscal solicitó para él la pena de siete años de prisión por maltratar a su compañera sentimental.

El acusado se presentó como víctima de un "atropello", pidió la benevolencia del tribunal, argumentó que "hay mujeres que se aprovechan de la Ley para hacer daño a los hombres" y concluyó que "no es de extrañar que haya tantos gays".

Miguel Angel De Peroy reconoció que el 7 de mayo del año pasado amordazó y ató de pies y manos a su compañera sentimental, a la que aisló en una habitación del piso que compartían en Cangas. Argumentó que lo hizo para poder recoger tranquilamente los enseres de la casa y llevárselos a otro lado, al dar por rematada la relación con la joven que vivía.

El acusado se definió como un "ponedor" porque ponía el piso, ponía el dinero y ponía el trabajo en una relación en la que ella solo aportaba una vida desordenada en la que abundaban el alcohol y las drogas, pero "ni siquiera lavaba un plato".

Además dijo tener el convencimiento de que ella le ponía "los cuernos con cualquiera" y que era "una ruína", pero él "estaba ciego porque estaba enamorado" aunque la convivencia se fue haciendo tensa y hubo cruce de denuncias, en el caso del acusado con una condena firme por malos tratos.

Hoy explicó que el último suceso que protagonizaron era el fin de la relación, que él solo quería recoger sus cosas e irse y para poder hacerlo tranquilamente la ató y amordazó porque "estaba histérica". Indicó que sólo fue media hora, pero ella aseguró que pasaron muchas horas, desde mediodia hasta la noche cuando ella, aprovechando que él ya no estaba en casa. pudo salir a pedir ayuda.

Dos vecinos testificaron hoy que la joven se presentó ante la puerta de su piso "amordazada, con las manos atadas a la espalda y cinta de embalar también alrededor de las rodillas y los tobillos, vistiendo únicamente la parte de abajo de un bikini". "Me amarró para poder llevarse las cosas y me dejó sin nada", repitió la joven en el juicio celebrado esta mañana.

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