SANTIAGO DE COMPOSTELA, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía y la acusación particular han mantenido este jueves su petición de 11 años de cárcel contra el acusado de agredir a un guardapesca en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), en un juicio que ha quedado visto para sentencia. Por su parte, la defensa ha pedido su absolución.
En esta segunda y última jornada del juicio en la sede en Santiago de la Audiencia Provincial de A Coruña, el acusado se ha acogido a su derecho de decir la última palabra para insistir en su inocencia y en que él "no estaba allí".
El fiscal sostiene que "es claro" que el ataque lo realizó el acusado en julio de 2012 en el paseo de la playa de San Antonio, después de que el vigilante interviniese ante una actuación de tres jóvenes furtivos, entre los que se encontraba el hermano del presunto agresor.
Así, se vale como "prueba de cargo" de la declaración del guardapesca, quien aseguró que vio llegar hasta el lugar un coche conducido por el encausado antes de recibir un golpe por la espalda, al tiempo que escuchó la frase: "Esto va por mi hermano". También cree clave la declaración del testigo que ese día estaba en la playa y que en sede judicial afirmó haber oído: "¿Tú por qué le quitas las almejas a mi hermano?".
Aquí, recuerda el fiscal que el procesado es una persona "violenta", que tenía como "motivación" el incidente en el que estaba implicado su hermano con el guardapesca. De tal forma, mantiene los 11 años de prisión debido a que la secuelas dejadas en la víctima son "graves" y las "va a padecer el resto de su vida".
Sobre el testigo de la defensa que en la jornada del miércoles aportó la "coartada perfecta", pues aseguró que el acusado estaba en un bar en el momento de la agresión, el fiscal asevera que "no dice la verdad", y se basa en sus respuestas "a la defensiva" durante el juicio. Además, "no coincide la versión" sobre lo relatado por el encausado.
Asimismo, la acusación particular cree "acreditado" que fue esta persona el agresor y que lo hizo con un "instrumento contundente". Pide una compensación de cerca de 100.000 euros, superior a la de 50.000 euros que demanda Fiscalía.
DEFENSA
En cambio, la defensa ha pedido la "libre absolución" del acusado, ya que "no ha quedado acreditado en absoluto" que fuese él y "no existe prueba absolutamente de cargo".
Para sostener su argumentación, apunta a las "incongruencias" en el relato de la víctima. Recuerda que en su primera declaración ante la Guardia Civil no dio cuenta de nada relacionada con la llegada de un coche ni que viese al acusado, sino que fue posteriormente.
Sobre este extremo, se vale de lo asegurado por el agredido para apuntar que pudo haber recibido "información por parte de la Guardia Civil", dada su "relación permanente y cordial" con agentes por su condición de guardapesca, que provocase que "el relato del perjudicado se viese modificado".
Además, se remite a la declaración judicial de los tres chicos furtivos presentes --uno de ellos hermano del procesado--, que aseguraron que el acusado no fue la persona que vieron salir del coche para golpear al vigilante.
El abogado defensor ha buscado sembrar dudas sobre la autoría. Aunque ha dicho que su función no es acusar a nadie, pero se ha referido a "cierto oscurantismo" relativo a dos testigos en el juicio, dos furtivos que "tienen cierto interés en el asunto", uno de los cuales es primo de uno de los chicos implicados en el incidente con el guardapesca. "Hay personas que más que testigos quizás podrían tener otro escenario en este procedimiento", sentencia.
De hecho, en su alegato final, el acusado ha aprovechado para decir que los otros dos chicos que estaban en el lugar con el guardapesca "también tienen hermanos mayores". Asimismo, ha explicado que no fue capaz de conseguir más testigos que acrediten que estuvo en un bar en Cabío mientras se producía el ataque, porque ese bar cerró hace "cuatro años".
El abogado también ha querido restar credibilidad al testigo que aseguró haber escuchado en la playa la frase: "¿Tú por qué le quitas las almejas a mi hermano?". Hace hincapié, en que previamente ese hombre ante la Guardia Civil tan solo sostuvo haber oído: "Tú a mí no me jodes".
Tras mostrar sus "reservas" sobre las secuelas que ha dejado el golpe en la víctima, el abogado se ha referido a los "atenuantes" existentes en el caso, si bien ha reiterado la inocencia de su cliente. Al respecto, ha citado la drogadicción del acusado y las "dilaciones indebidas" en un caso que se produjo en 2012.
PERITOS
Durante esta mañana de jueves han comparecido varios peritos y forenses para evaluar el grado de secuelas que ha dejado la agresión en la víctima.
La primera en comparecer ha sido una forense del Imelga que ha acreditado la dolencia cerebral provocada por el golpe, que dio lugar en el guardapesca a problemas de atención, memoria y estado de ánimo, entre otros.
Explica que padeció una "laguna amnésica", por lo que opina que "no es posible" determinar si los recuerdos que le vinieron al guardapesca con el paso del tiempo sobre lo sucedido son reales, inducidos o imaginados. Y es que estos son los tres supuestos que se pueden dar en casos como estos y "no hay manera objetiva ni técnica" para determinar a qué tipo se corresponde.
Tras ella, han intervenido un par de peritos que han disertado sobre las posibilidades de que la agresión hubiese sido realizada con un elemento contundente o no. Uno de ellos se ha mostrado más partidario de que fuese fruto de un puñetazo, ya que no aprecia las heridas de consideración que debería haber dejado un elemento contundente en ese supuesto.
QUEJA DEL JUEZ
En esta mañana de jueves han comparecido varios expertos, en algún caso solo durante unos segundos, como el responsable de hacer una resonancia magnética al agredido.
Tras su breve intervención, el juez presidente de la sala se ha quejado a los representantes de las partes de que "sistemáticamente se convocan a personas que no tienen ninguna utilidad", por lo que ha emplazado a que no se llame a personas si no es necesario para no perjudicarlas en sus labores.