La Conselleria de Salud y Consumo retiró 8.462 juguetes en 2005 por no estar adaptados a las normativas de seguridad

Actualizado: viernes, 6 enero 2006 11:32

PALMA DE MALLORCA, 6 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Servicio de Inspección de Consumo de la Conselleria de Salud y Consumo retiró del mercado a lo largo de 2005 un total de 8.462 juguetes de diferentes modelos, de los que 68 fueron intervenidos durante la pasada Campaña de Navidad, concretamente durante el mes de noviembre, ya que en diciembre no se detectaron artículos de este género que vulnerasen las normativas de seguridad vigentes, lo que desde el organismo se considera un hecho positivo.

Según explicó a Europa Press el jefe de este servicio de la Comunidad Autónoma, Miquel Serra, la cantidad de aprehensiones realizadas en 2005 se encuentra dentro de la media y corresponden a globos (peligrosos al explotar, ya que podían causar lesiones), figuras de aves pequeñas, pistolas, arcos y flechas de juguete, así como figuras de acción y muñecas.

En la Campaña de Navidad de 2005 se intensificaron los controles sobre juguetes compuestos por arcos con flechas, debido a que el pasado verano se asfixió en León un niño con una ventosa de uno de esos juegos, con lo cual, se vieron también afectados artículos que, por sus características pueden provocar el mismo tipo de peligros, como globos, puzzles, muñecas y figuras de acción.

Además, el pasado 16 de diciembre fueron retiradas 48 minimotos, que no son consideradas juguetes en el sentido estricto del término, pero sí se entiende que son artículos de ocio. Estos vehículos a gasolina, de la marca Hador, fueron inmovilizados por su peligrosidad de varios centros comerciales de Mallorca.

Serra explicó que las inspecciones, que se intensifican siempre en dos últimos meses del año, afectan también a otros productos presentes en los hogares en Navidad y al alcance de los menores, como son las guirnaldas y los adornos navideños, que también pueden contener productos nocivos o sus características pueden hacerlos peligrosos.

El servicio de Inspección de Consumo del Govern Balear realiza inspecciones en todo tipo de establecimientos, desde grandes superficies a tiendas de 'todo a 100'. Y, su principal cometido respecto a los juguetes es que todos los artículos que salen al mercado estén adaptados al Real Decreto 880/90 y lleven la marca 'CE' de calidad de la UE.

RED DE ALERTA.

Serra explicó que la labor de su departamento se basa en buena medida en el sistema denominado 'red de alerta', que favorece un intercambio rápido de información entre los diferentes servicios de Inspección de Consumo de la Unión Europea.

De tal modo, que, cuando un artículo es incluido en esta red en una zona, el resto se encuentran sobreaviso respecto a su peligrosidad y pueden retirarlo a su vez si lo consideran oportuno.

A pesar de que la mayoría de las intervenciones del departamento de Inspección de Consumo en relación a los juguetes se deben a la presencia de productos peligrosos que pueden comprometer de alguna manera la salud de los niños, Miquel Serra también aludió a otra línea de trabajo, la que apunta a la detección de casos de publicidad engañosa.

El responsable del departamento de Inspección de Consumo desveló que esta misma semana se ha dado un caso que podría corresponderse con este perfil, ya que en el catálogo de una gran superficie mallorquina se anunciaban juguetes a un determinado precio y luego se vendía un artículo similar pero, presuntamente, de calidad inferior, hecho que fue denunciado por un consumidor.

Tras la preceptiva inspección, Serra explicó que la gran superficie reconoció un "error" en el catálogo y ofreció al consumidor sustituir el producto que se le vendió inicialmente por el que se publicitaba en realidad

El jefe del servicio de Inspección de Consumo aconsejó a los consumidores que tengan cuidado con los jueguetes que son "sospechosamente baratos", ya que frecuentemente son imitaciones de otros de mejor calidad y mayor precio y no ofrecen las garantías de seguridad suficientes.

De los 8.462 juguetes retirados en Baleares durante 2005, algunos fueron destruidos voluntariamente por los comerciantes, mientras que otros fueron devueltos a los distribuidores.