Archivo - Imagen de recurso de adolescentes y violencia de género - PABLO BLÁZQUEZ / SAVE THE CHILDREN - Archivo
PALMA, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Fundación IRES y el Observatorio Social Illes Balears han presentado este martes las conclusiones de la primera fase de un estudio que pretende visibilizar la feminización de la exclusión residencial y el 'sinhogarismo', identificar y actuar contra la violencia machista en estos contextos, y que alerta de, entre otras realidades, casos de mujeres que se ven sometidas a violencia o se ven obligadas a mantener relaciones sexuales para tener un techo.
El estudio 'Aproximación a la realidad de las mujeres en situación de exclusión residencial en Mallorca: detección de violencias machistas e identificación de barreras para la intervención' ha contado con la financiación del IB-Dona y, en esta primera fase, se ha entrevistado a profesionales y entidades que trabajan en recursos asistenciales y residenciales.
Entre las primeras conclusiones, el estudio alerta de un "androcentrismo" en la atención a las personas sin hogar e insiste en la necesidad de incluir la perspectiva de género en el abordaje de la problemática.
El estudio advierte también de la existencia de mujeres que, por razones diversas, han quedado al margen de la protección institucionalizada. Como consecuencia, se dan situaciones de mujeres que se ven obligadas a seguir conviviendo con su agresor para no perder el hogar o, incluso iniciar relaciones en las que se ejerce la violencia o se mantienen relaciones sexuales para tener un techo.
Además, también se ha detectado que esta realidad se da en mujeres cada vez más jóvenes o en mayores de 60 años.
Por otra parte, la profesora de Filosofía y Trabajo Social de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y miembro del Observatorio Social Illes Balears, Fernanda Caro, ha afirmado, en referencia a la posibilidad de que los pisos en contenedores adaptados sirvan como solución temporal de acogida a mujeres víctimas de violencia machista, que "cualquier respuesta es mejor que vivir en la calle".
Caro ha añadido que en el actual contexto, "con las cantidades que se están pagando por pisos de 20 metros cuadrados", un contenedor bien adaptado "no es la peor solución".