WASHINGTON, 17 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las compañías aéreas deberán entregar al Gobierno estadounidense, en un futuro próximo, sus listas de pasajeros de todos los vuelos internacionales con destino a Estados Unidos antes de su partida, según informó el secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff.
Las nuevas normas, que podrían entrar en vigor a principios del próximo año, ya fueron tomadas temporalmente después del complot desmantelado hace una semana en Reino Unido.
"Esta es parte de nuestra autoridad fronteriza", señalo Chertoff en una entrevista con AP. "La razón por la que no hemos aplicado esta medida aún es porque a las aerolíneas les preocupaban los pasajeros que llegan a última hora, y no desean demorar los vuelos", añadió.
"Nuestra posición ha sido: ¿No sería mejor saber antes de que el vuelo parta, y no tener que iniciar el regreso en pleno vuelo? Lo cuál me parece correcto. Por ello, estamos a punto de abordar este aspecto debidamente", dijo el secretario de Seguridad Interior.
Asimismo, aseguró que el cambio de política ya estaba siendo estudiado antes de que las autoridades británicas informasen de que habían desmantelado un complot para hacer estallar diez aviones que volaban a Estados Unidos procedentes de Londres.
Al anunciar el complot, el Gobierno estadounidense a las aerolíneas que entregasen sus listas de pasajeros antes de la partida de todos los vuelos procedentes de Reino Unido.
Las compañías aéreas se habían resistido a la entrega de las listas, debido al coste de los retrasos, ya que llevaría tiempo a las autoridades revisar los nombres de los pasajeros en bases de datos.
Actualmente, las aerolíneas tienen que presentar sus listas para vuelos internacionales 15 minutos después de la partida.
Horas antes de que Chertoff hiciera estas declaraciones, cazas de la Fuerza Aérea estadounidense escoltaron un vuelo de Londres con destino a Washington, que fue desviado al aeropuerto Logan, en Boston, después de que el piloto declarase una situación de emergencia. Las autoridades federales concluyeron que el vuelo no corría peligro porque el incidente se debió a una mujer con problemas de claustrofobia que al parecer discutió con un tripulante.
Tres días antes de la revelación del complot británico, un vuelo de Londres a Boston tuvo que regresar al aeropuerto de Heathrow, cuando las autoridades detectaron el nombre de un pasajero de su lista negra. Cuatro pasajeros fueron interrogados por responsables de control fronterizo.