Los afectados por el ciclón 'Nargis' continúan en situación de vulnerabilidad un año después

REUTERS
Actualizado: viernes, 1 mayo 2009 19:37


MADRID, 1 May. (EUROPA PRESS) -

Un año después de que el ciclón 'Nargis' asolara el sur de Birmania, dejando 140.000 muertos y 2,5 millones de afectados, los supervivientes continúan reconstruyendo sus vidas y muchos de ellos se encuentran aún en situación de vulnerabilidad, mientras se aproxima la nueva estación del monzón, alertan las organizaciones humanitarias.

Más de 500.000 personas, entre ellas 200.000 niños, viven aún en refugios provisionales construidos con cañas de bambú y lonas, debido a la escasez de dinero, según cálculos de la ONG Save the Children. "Medio millón de personas, muchos de ellos niños, viven en refugios débiles expuestos a los elementos", señaló el director de Save the Children para Birmania, Andrew Kirkwood.

En condiciones normales en el delta del Irrawaddy, la zona afectada por el ciclón, los materiales naturales, como las palmeras o los arbustos, hubieran servido para construir refugios con techos de paja relativamente frescos e impermeables, pero el ciclón que azotó el delta entre el 2 y el 3 de mayo destruyó la mayor parte de los árboles y 375.000 viviendas, según las estimaciones del Gobierno.

Hasta hoy, se han construido 17.000 viviendas nuevas, de acuerdo con los datos de la ONU, y otras 200.000 han sido reparadas por sus propios dueños. A sólo unas semanas de la nueva estación del monzón, decenas de miles de personas se enfrentan a la posibilidad de pasar otro año viendo en refugios "extremadamente vulnerables", dijo el director en funciones de la agencia de vivienda de Naciones Unidas, ONU-HABITAT, David Evans, citado por Reuters.

El dinero de los donantes destinado a proporcionar viviendas sólo ha alcanzado el 4% del objetivo establecido por la ONU. Los donantes están aportando fondos para la educación, la atención sanitaria y la comida, pero consideran que la infraestructura de vivienda es responsabilidad del Gobierno, explicó Kirkwood.

"Aunque nos gustaría ver al Gobierno gastando más dinero en los servicios públicos, es completamente injusto que la comunidad internacional no asuma su parte de la responsabilidad", declaró el director de Save the Children para Birmania.

TRABAJO A CONTRARRELOJ

En este contexto, las ONG están planeando una respuesta a contrarreloj para salvar la estación de lluvias monzónicas. Cruz Roja tiene previsto distribuir entre mayo y junio lonas impermeabilizadas a 30.000 familias del delta, mientras CARE Birmania ha anunciado que invertirá cerca de 2 millones de dólares en alojamientos hasta el mes de junio.

ONU-HABITAT ha hecho un llamamiento solicitando 10 millones de dólares para conseguir materiales para construir tejados provisionales, los cuales, según Evans, "necesitábamos ayer". "Si esto no se aprueba en las próximas dos semanas, entonces habremos perdido por completo esta oportunidad antes de que lleguen los fuertes vientos y lluvias", añadió.

Asimismo, Evans defendió la construcción de viviendas con un coste de entre 500 y 700 dólares que algunos consideran demasiado caras. Éstas se fabrican con materiales naturales, pero empleando técnicas modernas para que los cimientos y el pavimento sean más resistentes a los desastres naturales. No obstante, Evans dijo que, incluso con fondos ilimitados, los esfuerzos de reconstrucción tras el tsunami de 2004, de dimensiones similares, tardaron cuatro años en completarse.

Además de haber perdido sus casas, los supervivientes del 'Nargis' perdieron también su sustento, al quedar anegados sus cultivos y perder su ganado. Tras el azote de la ola de más de 4 metros de altura que surgió del delta, los cultivos de arroz se han reducido un tercio, debido a la salinidad del terreno. Además, las fuertes lluvias a principio de abril han afectado las cosechas.

"Muchos hogares en las áreas más afectadas por el ciclón obtienen menos de la mitad de los ingresos que tenían antes del ciclón y, como consecuencia, la población está emigrando en busca de trabajo, y los niños abandonan la escuela para trabajar y apoyar así a sus familias", manifestó Kirkwood. De todas formas, no hay suficiente trabajo para los campesinos más pobres que no poseen tierras, que representan aproximadamente al 50 por ciento de la población del delta.

También escasea el agua limpia en la mayor parte de las poblaciones de la región del delta, y especialmente en las más próximas al mar. La población depende de los almacenes de agua de Naciones Unidas para su consumo diario. Por otro lado, los pescadores también tienen problemas para pescar, pero más por la corrupción local que por falta de material. Estos denuncian que las licencias de pesca han sido otorgadas a hombres de negocios.

FALTA DE FINANCIACIÓN

Entretanto, el grupo tripartito integrado por Naciones Unidas, Birmania y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ha hecho un llamamiento de ayuda urgente ante la llegada de la estación de lluvias.

Dicho llamamiento se incluye dentro del plan de recuperación de 691 millones de dólares en tres años diseñado por el grupo tripartito, que se enfrenta a serias dificultades de financiación, debido a la crisis financiera internacional, así como a que Birmania es uno de los países que menos ayuda humanitaria recibe por su régimen militar, con un mal expediente en materia de Derechos Humanos.

Después de la resistencia inicial de la Junta a que grandes grupos de ayuda participaran en los esfuerzos de emergencia, el régimen permitió finalmente el acceso de los trabajadores humanitarios al país y no ha obstaculizados sus labores de recuperación en la zona del delta. Las ONG dicen que se ha conseguido mucho durante este año y se han mostrado optimistas ante la posibilidad de que haya un mayor espacio para la actividad humanitaria.

A lo largo del año pasado, al menos un millón de personas ha obtenido ayuda alimentaria, más de medio millón de niños apoyo educativo, casi un millón de enfermos han obtenido consultas sanitarias y se han suministrado 4.000 toneladas de semillas de arroz, además de la construcción de 50.000 letrinas.

El director de programas de Save the Children en Brimania, Guy Cave, en una reciente visita a Madrid, quiso disipar las dudas sobre que la Junta se queda con la ayuda y aseguró que ésta llega a la población. "Save the Children puede trabajar allí, está trabajando allí y puede hacer una gran diferencia en la vida de los niños", afirmó.

La Junta dijo en febrero que sólo extendería el mandato del grupo tripartito hasta mediados de 2010, aunque no está claro si la decisión afectará a las ONG extranjeras que están trabajando actualmente en el delta.

El embajador británico en Birmania, Mark Canning, confía en que las actividades de las ONG y el acceso a sus trabajadores continúe, "pero esperamos que vaya a limitarse bastante durante el próximo periodo de elecciones", advirtió.