KABUL, 15 May. (EUROPA PRESS) -
Una joven legisladora afgana que hace dos años calificó a los distintos líderes tribales del país de "criminales", duerme cada noche en una casa distinta por temor a que se cumplan las constantes amenazas de muerte que recibe.
Malalai Joya, de 28 años, mantiene que su misión es la de ampliar y mejorar los derechos de la mujer en Afganistán y mostrar la actitud de algunos legisladores del país.
Asimismo, asegura que seguirá hablando claro a pesar de los peligros a los que se expone. Joya fue foco de la atención mundial en 2003 después de criticar abiertamente a líderes fundamentalistas islámicos y pedir un juicio internacional para ellos. La semana pasada tuvo su primera posibilidad de hablar en el Parlamento afgano.
"Pensé que es bueno exponer a los señores de la guerra hasta en nuestro propio país", dijo la legisladora en una entrevista concedida a la agencia Associated Press.
Según su testimonio, normalmente cambia de casa una vez a la semana, pero tras sus últimas apariciones en el Parlamento, lo hace a diario. Además, se obligada a moverse en su país acompañada de tres guardaespaldas armados.