Afganistán.- Kabul pide a la UE formación y más medios para la Policía y el Ejército

Actualizado: martes, 11 julio 2006 14:24

El ministro de Exteriores cree que hay que combatir los centros de formación de terroristas situados fuera de Afganistán

BRUSELAS, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

El ministro afgano de Asuntos Exteriores, Rangin Dafar Spanta, pidió hoy ante el Parlamento Europeo una mayor implicación de la comunidad internacional para ayudar al Gobierno de Hamid Karzai a atajar los principales retos del país cuatro años y medio después de la caída del régimen talibán como el terrorismo, el tráfico de drogas y, estrechamente vinculado con los dos anteriores, la debilidad institucional del Estado.

Spanta trazó un paisaje sombrío de la actual situación de inseguridad por la que atraviesa el país centroasiático para justificar su apelación a un mayor compromiso de los países occidentales en la reconstrucción de Afganistán, y puso especial énfasis en la necesidad de combatir los centros "idelógicos y financieros" donde se genera el terrorismo fuera del país, apoyar más al Ejecutivo afgano para mejorar el número y los medios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y dar a la población un futuro alternativo al cultivo de opio.

"Nos enfrentamos hoy por hoy a tres grandes retos que podrían minar los logros obtenidos y el problema central sigue siendo el terrorismo que, en los últimos meses, ha arremetido con virulencia y al que hay que combatir dirigiéndose a las causas externas. Los centros ideológicos y financieros del terrorismo están fuera de Afganistán", alegó el diplomático afgano durante su intervención en la Comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara.

En esta línea, argumentó que no se conseguirá democratizar el país si no se erradica el terrorismo y que, para ello, es necesario el apoyo de la comunidad internacional, la Unión Europea y Estados Unidos en la lucha contra los países que "albergan y toleran" la presencia de centros de reclutamiento y formación de terroristas.

Al hilo de esta tesis, Spanta reprochó a la comunidad internacional la "cautela" y los "pasos dubitativos" con los que, a su juicio, está actuando en el combate a las raíces de la insurgencia que el responsable afgano situó en zonas como el Norte de Africa, Pakistán o repúblicas vecinas, como Chechenia o Uzbekistán.

Por lo que se refiere al tráfico de drogas, y a pesar de que, según su relato, en 2005 se redujo en un 21% la superficie de opio cultivada, la producción no ha disminuído debido a las buenas cosechas. "La cantidad de droga es ingente y supone una amenaza para la salud de nuestros jóvenes, para nuestra economía y para el Estado", se dolió Spanta.

Para atajar este problema, íntimamente vinculado al terrorismo, el ministro admitió que sólo con actuaciones militares no se logrará nada y por ello pidió "medidas urgentes" de tipo social y de desarrollo local que complementen las tareas de las fuerzas de seguridad. "A los campesinos pobres de Afganistán se les tiene que dar un modo de vida alternativo", dijo, tras recordar que hay experiencias similares en otros países como Tailandia.

El tercer foco problemático que ralentiza la evolución del país es la debilidad institucional que, según el titular afgano de Exteriores, se debe sobre todo a la escasez de medios de la Policía y el Ejército afganos, enfrentados a grupos terroristas que disponen de material mucho más moderno y sofisticado.

Como ejemplo de esta precariedad, Stampa señaló que, mientras la policía patrulla con viejos jeeps rusos, los terroristas disponen de modernos todoterreno japoneses con aire acondicionado. Por ello, dijo que Kabul ve insuficiente la cifra que se baraja de 72.000 policías y otros tantos efectivos militares. "No son suficientes", subrayó.

CONTROL ESTATAL

"No hay forma de controlar el país y por eso es urgente reformar los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para que el territorio lo controle el Gobierno y no los Señores de la Guerra", insistió.

A la nómina de problemas agregó otras lacras arrastradas del pasado, como la corrupción, fruto de 28 años de guerra, la decadencia social y el debilitamiento del Estado de Derecho. "Es una tarea titánica que no podemos afrontar nosostros solos", resumió el ministro afgano ante los eurodiputados.

Una vez expuesta la situación y tras insistir en que parte de la solución pasa por mejorar la formación de Policía y Ejército, admitió que conviene, asimismo, aumentar la responsabilidd de los propios afganos, sin cuya participación no se logrará la victoria frente al terrorismo.

También salió al paso de quienes acusan al Gobierno de querer organizar milicias ciudadanas para hacer frente a los ataques de la insurgencia. "Dar a la población la posibilidad de que se defienda no es un milicia. Se trataría de personas controladas desde Kabul", explicó.