KABUL 6 Mar. (EP/AP) -
El cultivo de opio ha aumentado en varias áreas de Afganistán según una investigación que han llevado a cabo el Gobierno afgano y la ONU, dada a conocer hoy.
Las autoridades advirtieron de que es necesaria una erradicación de las amapolas en los próximos meses para asegurar de que no haya otro extraordinario cultivo este año en Afganistán, el primer productor de opio del mundo y de su derivado, la heroína, advirtieron las autoridades.
Los granjeros están plantando más amapolas de opio en trece provincias, según una declaración del Ministerio de Narcóticos y de la Oficina de Droga y Crimen de Naciones Unidas (UNODC). "Estamos preocupados por esta tendencia", dijo la representante de UNODC, Doris Buddenberg.
Por contra, el ministro de Narcóticos, Habidullah Qaderi, mostró su optimismo de que la erradicación del aumento de cultivos y los programas que animan a los granjeros a cambiar el cultivo de opio por otros cultivos legales den como resultado un descenso de la producción a finales de año.
Afganistán es la fuente de producción de cerca del 90% del opio y de la heroína a pesar de que la comunidad internacional ha invertido cientos de millones de euros en la lucha contra el comercio de estas sustancias desde la caída del régimen talibán en 2001.
Las noticias del aumento de cultivo llegan después de un descenso el año pasado en el número de hectáreas utilizadas para el cultivo de amapolas. Cerca de 13 provincias han mostrado aumentos en la producción. Los rebeldes talibán han advertido de que atacarán a las fuerzas gubernamentales si erradican las amapolas.
Buddenberg se mostró cauta en cuanto a las expectaciones creadas para frenar el comercio de droga. "Es un proceso a largo plazo que debe estar basado primero en el desarrollo, para eso es necesario un refuerzo de la ley para combatir a aquellos que controlan el negocio de la droga".
El Gobierno afgano está bajo sospecha por no haber sido lo suficientemente duro en combatir el comercio de drogas y por dejar que Afganistán se haya convertido en un "Narco Estado" en menos de cuatro años desde que Estados Unidos expulsara a los talibán.
Se sospecha que miembros del Gobierno y de la Policía están involucrados en el negocio de la droga.