KABUL 28 Feb. (EP/AP) -
La OTAN reconoció hoy que estaba al tanto de la existencia de células talibán con potencialidad para realizar atentados suicidas antes de que ayer se produjera un ataque en Bagram contra el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, que mató a 23 personas, según el portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), el coronel Tom Collins.
"Conocíamos a través de informes de Inteligencia la amenaza de ataques con bomba en la zona de Bagram", declaró Collins, quien añadió que resulta "evidente que hay células de atacantes suicidas en este país, y también las hay en Kabul". La capital de Afganistán se encuentra a 50 kilómetros al sur del centro de operaciones norteamericano de Bagram, donde ocurrió el ataque contra Cheney, quien finalmente resultó ileso.
Entre las 23 víctimas del ataque, 20 eran civiles afganos, una de ellas un soldado estadounidense, otro surcoreano, y la última un contratista norteamericano. El ataque coincidió con la reunión que Cheney mantenía en el interior de la base con responsables militares.
No obstante, para las fuerzas de seguridad la amenaza contra el vicepresidente de Estados Unidos era nula y las aspiraciones talibán poco realistas, como aseguró Collins: "Las reivindicaciones talibán de atacar al vicepresidente eran absurdas".