BRUSELAS, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
La OTAN ha aprobado esta semana un nuevo plan que refuerza las medidas de seguridad para evitar o al menos reducir el riesgo de infiltración de insurgentes en las fuerzas de seguridad afganas que acordaron elaborar los aliados en febrero pasado a petición de Francia tras la muerte el pasado 20 de enero de cuatro de sus soldados en la provincia de Kapisa a manos de un soldado afgano.
Entre otros objetivos, el nuevo plan prevé un aumento de los expertos en contrainteligencia del Ejército afgano y un refuerzo de los procesos de comprobación de los antecedentes y del seguimiento de los reclutas, según ha confirmado la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, en rueda de prensa.
"Implica una combinación de medidas que refuerzan el proceso de investigación y comprobación de los antecedentes (de los reclutas), formación y educación", ha explicado la portavoz, que ha reconocido no poder entrar en muchos detalles "por motivos de seguridad operativa".
Sí ha confirmado que "el número de efectivos contrainteligencia del Ejército Nacional Afgano aumentará". "Reforzará las medidas de seguridad de ISAF, revisará y mejorará el proceso de investigación, comprobación y seguimiento de las fuerzas de seguridad afganas", ha explicado la portavoz.
"Habrá personal (experto en) contrainteligencia que estará empotrado en el Ejército Nacional Afgano, también en las escuelas de entrenamiento. Deberán poder detectar a individuos que se comporten de forma sospechosa o que hayan desarrollado problemas psicológicos", ha explicado la portavoz.
Los efectivos afganos reclutados ya están sometidos a un control biométrico en la actualidad con el objetivo de comprobar si tienen un historial criminal y además para ser aceptados en los cuerpos de Policía o el Ejército necesitan una suerte de carta de recomendación de las autoridades tribales locales, aunque no existe un seguimiento minucioso posterior de sus movimientos, según han explicado fuentes aliadas.
El ministro de Defensa francés, Gérard Longuet, lamentó el pasado mes de febrero que el afgano que asesinó a los militares franceses en Kapisa "no se le había seguido" pese a que desertó del cuerpo afgano, se desplazó a Pakistán y regresó de vuelta a Afganistán para "muy posiblemente" infiltrarse "en una unidad de Kapisa". En los últimos cuatro años se han producido 40 casos de infiltraciones, 18 de ellos en 2011, según explicó entonces Longuet.
Asimismo, el nuevo plan garantizará "más entrenamiento sobre el buen liderazgo, para garantizar que las fuerzas del Ejército y de la Policía Nacional afganas tienen tiempo de descanso, se les paga a tiempo y que haya una responsabilidad correcta sobre las armas".
También se realizarán "inspecciones aleatorias" para comprobar si hay consumo de drogas entre las tropas y "habrá más comprobaciones sobre las familias de regresen de Pakistán y de los países vecinos".
MEJORAR LA CONCIENCIA CULTURAL
Por otra parte, el nuevo plan "mejorará dramáticamente la conciencia cultural en ambos lados" dado que se garantizará "una formación mejorada sobre conciencia cultural para ISAF y las fuerzas afganas para cubrir la falla que puede llevar trágicamente a la violencia y la animosidad".
La OTAN ya ha puesto en marcha "algunas" de estas medidas, como las nuevas directrices emitidas por el comandante Allen tras el polémico incidente de la quema de ejemplares del Qorán en la base americana de Bagram sobre cómo tratar material religioso, según ha confirmado el embajador de la Alianza Atlántica en Afganistán, Simon Gass, que ha participado en la rueda de prensa por videoconferencia desde Afganistán. Lungescu ha dejado claro que estas medidas se irán actualizando en función de la situación sobre el terreno.
Los 50 países que participan en la misión en Afganistán bajo mando de la OTAN dieron su visto bueno al nuevo plan este martes después de que el comandante de la misión, general estadounidense, John Allen, les informara del mismo, ha confirmado la portavoz. El plan, ha precisado, fue elaborado por ISAF "en estrecha cooperación con su contraparte afgana".
La portavoz aliada ha querido dejar claro que aunque este tipo de infiltraciones son "un motivo de preocupación serio" afecta "a una proporción muy pequeña de nuestras fuerzas y de las fuerzas afganas" y ha recordado que miles de afganos "sacrifican sus vidas para proteger a las tropas de ISAF todos los días". "La confianza está ahí todavía", ha insistido.