BERLÍN 22 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Rosa Aranda) -
Oskar Lafontaine, cabeza visible del Partido de Izquierdas en Alemania y ex presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), considera que la democracia ha fracasado en Alemania y que las reformas emprendidas por la 'Gran Coalición', que hoy cumple un año en el gobierno, han sido aprobadas "en contra de la mayoría popular", por lo que llama a los alemanes a una huelga general.
Lafontaine, que pronunció su discurso esta mañana en el Parlamento germano (Bundestag), subrayó varias veces que "la democracia no funciona en nuestro país" y como ejemplos citó la polémica reforma sanitaria, la subida de los impuestos, o el envío de tropas militares a Líbano, RDCongo, Afganistán u otras misiones internacionales de paz en las que participa Alemania.
"Por el término democracia entendemos por lo menos que el Gobierno actuará atendiendo a los intereses de la mayoría, pero éste no es el caso en la Alemania actual", añadió Oskar Lafontaine.
"Para nosotros el ejemplo es Francia", señaló el político de izquierdas. "Allí, en marzo, las huelgas obligaron al Gobierno a retirar la propuesta para terminar con la protección contra el despido laboral en el país".
Son muchas y de distinto cariz las opiniones que se escuchan hoy en Alemania, exactamente un año después de que Angela Merkel fuera investida canciller, la primera mujer de la historia alemana, en el Bundestag.
El Gobierno de coalición entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Ángela Merkel, su hermana de Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) ha sido calificado del "gobierno de las reformas" y pese a que ellos defienden que "Alemania está en auge económico y social" y que "va por el buen camino", lo cierto es que no todas ellas han sido bien recibidas por el electorado ni la oposición alemana.
Frente a reformas positivas para la mayoría de los alemanes, como las del sistema federal o la de familia, otras como la inmigración hirieron de levedad a una coalición de gobierno cuyos partidos estaban enfrentados entre sí, y la marcaron gravemente con la polémica reforma sanitaria, que no contenta ni a unos ni a otros en Alemania. También las subidas de impuestos, como los tres puntos del IVA a partir del próximo uno de enero, han contribuido a minar la imagen del Gobierno germano.
A día de hoy en los últimos sondeos hechos públicos, tanto la CDU como los socialdemócratas recogen menos del 30% de los votos. Estas encuestas muestran las peores cifras desde la reunificación en 1990 y además, solamente el 34% de los alemanes cree que el gobierno lo está haciendo bien.