Alerta máxima en Turquía ante el temor a un atentado terrorista contra Benedicto XVI

Europa Press Internacional
Actualizado: lunes, 27 noviembre 2006 17:18

ESTAMBUL, 27 Nov. (Ildefonso González/EUROPA PRESS) -

El temor a que el Papa sea objeto de un atentado por parte de ultranacionalistas o islamistas radicales durante su viaje oficial a Turquía ha obligado a las autoridades a adoptar un operativo de seguridad extraordinario, incluso mayor al que tuvo el presidente estadounidense, George W. Bush, cuando asistió a una cumbre de la OTAN en Estambul hace dos años. El temor a un magnicidio, como el que intentó el turco Mehmet Alí Agca contra Juan Pablo II en 1981, ha reaparecido y unos 16.000 policías en total velarán por su integridad física.

El Papa iniciará su periplo mañana, cuando aterrice a las 13:00 horas en el aeropuerto internacional de Esenboga (Ankara). Su avión será escoltado por F-16 de las Fuerzas Armadas turcas en cuanto ingrese en su espacio aéreo. En tierra, un vehículo equipado con un interceptor de frecuencias acompañará a uno de los dos coches blindados que lleve al Pontífice, que no utilizará ni su tradicional 'Papamóvil' ni un chaleco antibalas. Todo ello recibe el calificativo de operativo "Tipo A", parecido al que tuvo Bush en junio de 2004.

Un equipo de operaciones especiales ocupará la zona del aeropuerto y se desplegará un amplio operativo durante toda la mañana en busca de eventuales explosivos colocados en los caminos que pueda tomar el Papa cuando esté en la capital turca. De hecho, la Policía local ha preparado dos rutas diferentes para trasladar a Benedicto XVI desde el aeropuerto hasta el Mausoleo de Ataturk.

Durante las 20 horas que Su Santidad permanecerá en Ankara, habrá unos 3.000 policías de servicio. Pernoctará en la Nunciatura y no en el palacio presidencial donde suelen dormir los jefes de Estado que visitan Turquía, un hecho que no ha sentado bien a las autoridades locales. La prensa local ha informado también de que su visita ha sido relegada a una de segunda clase en el protocolo. Concretamente, en su recibimiento no habrá las 21 salvas de cañonazos que se estilan para este tipo de visitas y sólo estarán presentes unos cuantos soldados.

Mientras, en Estambul, donde Benedicto XVI estará casi tres días, la Policía ya ha adelantado que algunas calles serán cortadas al tráfico y que recibirán la ayuda de unos 750 policías adicionales venidos de otras provincias. En total, habrá unos 4.500 policías en la antigua Constantinopla y unos 1.275 en Esmirna, todos ellos apoyados con helicópteros desde el aire. A su alrededor, contará con un "triple círculo de seguridad", además de su propio equipo de guardaespaldas. Además, en cada una de sus paradas se colocará un equipo de francotiradores de alta precisión, expertos en desactivación de explosivos, policías antidisturbios y agentes antiterroristas.

Finalmente, helicópteros de Policía sobrevolarán Ankara, Esmirna y Estambul entre el martes y el viernes, mientras que comandos náuticos provistos de ametralladoras patrullarán las aguas del Bósforo en lanchas inflables.

AMENAZAS AL CARDENAL KASPER

Pero no sólo el Pontífice puede ser objeto de un atentado. Los medios turcos adelantaron este fin de semana que la Policía está en alerta porque uno de los 30 acompañantes que conforman el séquito papal, el cardenal Walter Kasper, es el blanco de los grupos terroristas El Kaide, Teblio y Hizbul Tahrir. Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, es conocido por su oposición a la entrada de Turquía en la Unión Europea (UE).

Turquía será el centro de todas las miradas durante la estancia del Papa. Radios y televisiones de todo el mundo retransmitirán los distintos actos y unos 2.000 periodistas seguirán sus pasos 'in situ'. Así las cosas, cualquier incidente podría resultar muy negativo para la imagen de este país de mayoría musulmana.

Así lo recordaba recientemente el Patriarca Ecuménico Bartolomeo I, líder espiritual de los cristianos ortodoxos de todo el mundo, quien reclamó a la población turca que no protagonice "incidentes desagradables". En su opinión, si las protestas contra Benedicto XVI derivan en violencia, ello podría resultar perjudicial para Turquía dada la proximidad del Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas a mediados de diciembre.

Por ello, las autoridades han insistido en sus llamamientos a la calma. Bardakoglu ha mostrado su esperanza de que su pueblo sea "razonable y sensato" y no se muestre "negligente" con su huésped. Mientras, Erdogan ha dejado claro que "nadie obstaculizará" este viaje, pero que las protestas son "algo natural", ya que también la gente protesta contra delegados turcos cuando éstos se desplazan por el mundo. En este sentido, el jefe de la Policía de Estambul, Celalettin Cerrah, adelantó que sus agentes no dispersarán ninguna manifestación pacífica y que no se salga de los límites "legales y democráticos".

PROGRAMA SIN CERRAR

Las incógnitas en torno a la seguridad del Papa han hecho que el Vaticano no haya anunciado aún una agenda completa, limitándose a señalar la hora de llegada y los encuentros que mantendrá con las autoridades gubernamentales y los representantes de distintas religiones.

En el programa se ha incluido a última hora una novedad: la entrada del Pontífice en la Mezquita de Sultan Ahmet en Estambul. Benedicto XVI visitará la conocida popularmente como "Mezquita Azul" en un "signo de reconciliación" y aprovechando que está a escasos metros del Museo de Santa Sofía, una de sus citas más importantes en Turquía el próximo jueves.

Un eventual ingreso de Benedicto XVI en la "Mezquita Azul" podría despertar la ira del mundo musulmán. Sólo el hecho de que vaya a Santa Sofía y pueda rezar en su interior levanta ampollas. Un centenar de fanáticos de extrema derecha ocupó brevemente la semana pasada el Museo para exigir al Papa que no viaje a Turquía y ayer decenas de miles de personas se manifestaron en el centro de Estambul para reiterárselo. Finalmente, a principios de este mes, un hombre fue detenido por disparar al aire frente al Consulado italiano en Estambul por el mismo motivo.

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