MADRID 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) informó hoy de que, sólo diez semanas después de que se confirmara el primer caso de cólera en Luanda, aproximadamente 20.000 personas están infectadas, alrededor de 900 han fallecido y la enfermedad se está extendiendo por toda Angola.
El pasado martes 25 de abril fue el día en el que se registro una mortalidad más alta, con 929 nuevos casos y 25 muertes. Las medidas que se han tomado para frenar la epidemia continúan siendo "extremadamente insuficientes", afirmó MSF en un comunicado, en el que exhortó al Gobierno de Angola y a las organizaciones de ayuda internacional a incrementar los esfuerzos para detener la epidemia.
"Todo el mundo ha sido lento a la hora de responder", declaró el coordinador de la misión de MSF en Angola, Richard Veerman. "Han influido muchos factores para que este brote de cólera sea uno de los peores que se han dado en Angola. Pero con lo que sabemos hoy, no hay excusa para no hacer todo lo humanamente posible para evitar que la mortalidad aumente todavía más", añadió.
Esta semana, MSF ha sido testigo una media de 30 nuevos infectados y un fallecido cada hora, señala el comunicado. En uno solo de los centros de tratamiento de cólera de MSF en Luanda, 240 nuevos pacientes ingresaron en un periodo de 24 horas. El equipo rápidamente instaló dos nuevas tiendas para aumentar la capacidad del centro, que ya se abarrotaba con facilidad.
La mayor preocupación de MSF es que la mayoría de los casos de cólera se están detectando después de que el brote haya llegado al pico (el pico es el periodo en el que el número de nuevos casos por día es más alto). "Hoy todavía no hemos alcanzado el pico de la epidemia. Aunque nos basemos en estimaciones cautelosas, la mortalidad de esta epidemia será extremadamente alta", lamentó Veerman.
Luanda no había tenido un brote de cólera de estas dimensiones en los últimos 10 años, recuerda Médicos Sin Fronteras. Las partes periféricas de Angola no habían tenido cólera desde hacía mucho. Dado que la gente apenas viajaba por el país durante la guerra, la enfermedad tenía pocas posibilidades de propagarse desde los barrios de chabolas de la capital. Como resultado de ello, la población tiene pocas resistencias contra la bacteria que causa el cólera. Además, la gente apenas tiene conciencia de que puede protegerse a sí misma y a sus comunidades de la infección.
"En todos los sentidos, la epidemia está fuera de control", según el coordinador de la emergencia de cólera, Luis Encinas. "Es crucial que las autoridades definan y implementen una estrategia nacional para contener la propagación de la enfermedad, asegurando el acceso a las instalaciones de tratamiento, garantizando la disponibilidad de agua potable gratis y mejorando las actividades de saneamiento", adviertió. "Deberían instalar un sistema fiable de recogida de datos epidemiológicos y aumentar espectacularmente sus campañas de educación sobre la enfermedad a los angoleños, sobre todo fuera de la capital", añadió.
MSF cuenta con diez centros de tratamiento de cólera en Angola: seis en Luanda, uno en Benguela, uno en Malanje, uno en N'dalatando y uno en Caxito. La organización cuenta con 55 trabajadores internacionales y 330 nacionales en sus proyectos de cólera. Hasta la fecha, 11.700 han sido tratados en los centros de MSF.