Al Assad pide a su etnia que reprima las protestas

Actualizado: jueves, 5 mayo 2011 9:24


AMÁN, 5 May. (Reuters/EP) -

El presidente sirio, Bashar al Assad, confía a sus aliados alauíes, una etnia minoritaria chií a la que pertenece, las labores de represión de las protestas prodemocráticas que persiguen poner fin a los 41 años de gobierno de la familia Al Assad en Siria.

Militares y unidades de la Policía secreta dirigidos por miembros alauíes se han internado en las principales ciudades suníes para detener las protestas que se iniciaron seis semanas atrás. Asimismo, miembros de dicha etnia que viven en la zona de las Montañas Alauíes, próxima a las ciudades costeras de Banias, Latakia y Tartus, han ocupado cargos como responsables de la Seguridad y del Gobierno local para facilitar las tareas de represión, según han afirmado testigos presenciales.

En el caso de la ciudad de Deraa, en el sur del país, las fuerzas alauíes no han dudado en bombardear con tanques, irrumpir en las mezquitas chiíes y atacar a civiles desarmados, según han confirmado testigos presenciales y activistas.

EL PODER ALAUÍ

Los oficiales alauíes aumentaron en número y tomaron el control del Ejército sirio unos años antes de que el Partido Baaz subió al poder en 1963, hasta tal punto que "un capitán alauí tiene más voz que un general suní", ha desvelado un antiguo miembro del Ejército de Siria.

Aquellos que pertenecen a la minoría alauí suelen recibir trato preferencial a la hora de obtener cargos de responsabilidad en el Gobierno y en la seguridad nacional. Esto contrasta con la pobreza en la que se sumen gran parte de las poblaciones alauíes. No obstante, algunas importantes figuras de esta etnia se han unido a la oposición laica contra la familia Al Assad.

Un economista alauí, Aref Dalila, denunció el pasado mes las tácticas utilizadas por el régimen sirio para alentar los temores de la etnia para movilizarles. Dalila estuvo encarcelado ocho años por reprochar la actitud despótica de un primo del presidente.

Al Assad ha permitido hasta ahora que los suníes tengan más presencia en la escena social, siempre y cuando éstos no interfieran en los asuntos políticos.

Como medida para tratar de sofocar las protestas, el presidente sirio ha prometido abrir una universidad musulmana y suavizar las prohibiciones que impiden que las mujeres puedan llevar velo

Según los últimos balances de grupos pro Derechos Humanos, al menos 560 civiles han fallecido en ataques de las fuerzas de seguridad contra los asistentes a las protestas. Centenares de sirios están desaparecidos, muchos de ellos han muerto, mientras que otros miles han sido arrestados, en gran parte, por criterios políticos.