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CANBERRA, 7 May. (Reuters/EP) -
El ministro de Interior de Australia, Peter Dutton, ha advertido este lunes de que por ahora no hay ningún país que de haya ofrecido a acoger a los cientos de inmigrantes que la nación oceánica ha recluido en centros ubicados en islas remotas del Pacífico, por lo que podrían permanecer allí de forma indefinida.
"Seguimos hablando con terceros países, pero dejadme deciros que, por ahora, no hay muchas expectativas --si es que hay alguna-- en el horizonte", ha dicho Dutton en declaraciones a los medios de comunicación desde Canberra.
La política migratoria de Australia permite que los inmigrantes y solicitantes de asilo interceptados en el mar sean enviados a los centros situados en Papúa Nueva Guinea y Nauru que gestiona el propio país.
La ONU ha denunciado en numerosas ocasiones las precarias condiciones en estos centros y en 2016 logró mediar un acuerdo para que el ubicado en Manus, Papúa Nueva Guinea, fuera cerrado y quienes sean reconocidos como refugiados puedan ser realojados en Estados Unidos.
El pasado 31 de octubre se hizo efectiva esta clausura pero la nueva Administración de Donald Trump ha paralizado el acuerdo, firmado por su antecesor, Barack Obama. Unos 250 han sido trasladados a Estados Unidos, a los que en los próximos meses deberían sumarse otros 1.000, conforme a la cuota pactada.
A fecha del 31 de marzo, había 1.305 personas en dichos centros, por lo que, aunque el Gobierno de Trump acabe aceptando a los 1.000 restantes, todavía quedarían más de 300 a la espera de una solución definitiva. Si otros países no se ofrecen a acogerlos, Dutton ha insistido en que no serán aceptados por Australia, por lo que quedarían varados.
"No es posible que cientos de refugiados y solicitantes de asilo sean reubicados en Papúa Nueva Guinea y Nauru. No hay servicios, no hay trabajo, no hay apoyo, no hay futuro", ha dicho Ian Rintoul, portavoz de la ONG Refugee Action Coalition.