Austria.- Fallece Liese Prokop, ministra de Interior austriaca y plata olímpica de pentatlón en 1968

Actualizado: lunes, 1 enero 2007 16:05

VIENA, 1 Ene. (EP/AP) -

La ministra de Interior austriaca, Liese Prokop, subcampeona olímpica en los Juegos de México de 1968, falleció en la noche del domingo a la edad de 65 años, según informó el gobierno centroeuropeo.

Prokop, que se convirtió en el año 2004 en la primera mujer en ocupar esta cartera en Austria con la misión de dirigir la Policía y la seguridad en Austria, murió a causa de la rotura de la vena aorta, indicó el Ministerio del Interior.

La política comenzó a quejarse de dolores en el peso y sufrió un colapso falleciendo de camino al hospital de la localidad de Sant Poelten, a 80 kilómetros de Viena.

Prokop también tuvo un papel protagonista en el deporte ya que en 1968, en los Juegos Olímpicos de México, se adjudicó la medalla de plata en la modalidad de pentatlón. En 1969, logró el récord mundial de la disciplina e impuso una nueva plusmarca nacional en el lanzamiento de peso que estuvo vigente hasta 1999.

"Era una atleta magnífica y una mujer fantástica. Como política, siempre tuvo su corazón unido al deporte", dijo Leo Wallner, presidente del Comité Olímpico Austriaco.

Prokop pasó 23 años dedicada a la política regional antes de unirse al gabinete del Canciller Wolfgang Schuessel. Antes de ser nombrada ministra del Interior, fue presidenta del estado federado de Niederösterreich (Baja Austria), el más popular del país.

Schuessel señaló en un comunicado que la repentina muerte de Prokop había conmocionado a todos y la calificó como "una mujer extraordinaria con una vida remarcable tanto como atleta de clase mundial como política magnífica". "Su enorme corazón falló ayer", añadió.

Nacida el 27 de marzo de 1941 en Viena, Liese Prokop comenzó su carrera política en 1969 como delegada regional de la asamblea del estadio de Niederösterreich. Miembro del Partido Popular Austriaco, se ganó la admiración de todo el espectro político por su habilidad para escuchar y conectar con el ciudadano normal, mientras presionaba por el final del crimen callejero.