Benedicto XVI apela a la "sabiduría" de los dirigentes para alcanzar la paz en las zonas en conflicto

Actualizado: miércoles, 26 diciembre 2007 1:01


ROMA, 26 Dic. (OTR/PRESS) -

El Papa Benedicto XVI hizo ayer un llamamiento por la paz en zonas en conflicto de todo el mundo durante su tradicional mensaje del 'Urbi et Orbi' de la Misa de Navidad. El Pontífice apeló a la "sabiduría" de los dirigentes para que llegue la paz a "las martirizadas tierras de Darfur, de Somalia y del norte de República Democrática del Congo, en las fronteras de Eritrea y Etiopía, en todo Oriente Próximo, en particular en Irak, Líbano y Tierra Santa, en Afganistán, en Pakistán y en Sri Lanka, en las regiones de los Balcanes, y en tantas otras situaciones de crisis, desgraciadamente olvidadas con frecuencia".

El Sumo Pontífice pidió, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, que "el Niño Jesús traiga consuelo a quien vive en la prueba e infunda a los responsables de los gobiernos sabiduría y fuerza para buscar y encontrar soluciones humanas, justas y estables" a todos estos conflictos. Tras incidir en que el día de Navidad es el día "en que brilla la 'gran luz' de Cristo portadora de la paz", instó a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro a pensar "sobre todo en donde resuena el fragor de las armas". En opinión de Benedicto XVI, "las víctimas de sangrientos conflictos armados, del terrorismo y de todo tipo de violencia, que causan sufrimientos inauditos a poblaciones enteras, son especialmente las categorías más vulnerables, los niños, las mujeres y los ancianos".

El Papa también opinó sobre cómo "las tensiones étnicas, religiosas y políticas, la inestabilidad, la rivalidad, las contraposiciones, las injusticias y las discriminaciones que laceran el tejido interno de muchos países, exasperan las relaciones internacionales". Algo que, según dijo, contribuye a que cada vez aumente más "el número de emigrantes, refugiados y deportados, también por causa de frecuentes calamidades naturales, como consecuencia a veces de preocupantes desequilibrios ambientales".

"A la sed de sentido y de valores que hoy se percibe en el mundo; a la búsqueda de bienestar y paz que marca la vida de toda la Humanidad; a las expectativas de los pobres, responde Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, con su Natividad", subrayó el Pontífice. "Que las personas y las naciones no teman reconocerlo y acogerlo: con Él, 'una espléndida luz' alumbra el horizonte de la Humanidad; con Él comienza 'un día sagrado' que no conoce ocaso", resaltó.

EL HOMBRE, ENSIMISMADO

Benedicto XVI concluyó su misiva deseando que "la luz de este día se difunda por todas partes, que entre en nuestros corazones, alumbre y dé calor a nuestros hogares, lleve serenidad y esperanza a nuestras ciudades, y conceda al mundo la paz". "Éste es mi deseo para quienes me escucháis, un deseo que se hace oración humilde y confiada al Niño Jesús, para que su luz disipe las tinieblas de vuestra vida y os llene del amor y de la paz. El Señor, que ha hecho resplandecer en Cristo su rostro de misericordia, os colme con su felicidad y os haga mensajeros de su bondad. ¡Feliz Navidad!", concluyó el Santo Padre.

Anoche, en la tradicional Misa del Gallo celebrada en la Basílica de San Pedro, el Papa había instado a los fieles a reservar en sus vidas un tiempo para Dios y para los necesitados. Además, subrayó su preocupación por un mundo cada vez más laico, y lamentó que muchos actúen como si no hubiera espacio para los asuntos espirituales en sus vidas. "El hombre está tan preocupado por sí mismo, tiene una necesidad tan urgente de todo el espacio y de todo el tiempo para sus propios asuntos, que no deja nada para los demás, para su vecino, para los pobres o para Dios", resaltó el Pontífice.