"Con cada ola, dos o tres caían al agua", testimonio de un superviviente de la tragedia de Lampedusa

Inmigrantes llegan al puerto italiano de Pozzallo
Foto: ANTONIO PARRINELLO / REUTERS
  
Actualizado: martes, 17 febrero 2015 17:51

ROMA, 17 Feb. (Por Riccardo Noury, portavoz de Amnistía Internacional Italia) -

   La noche del 7 de febrero, después de haber pagado a los traficantes 650 euros por cabeza, 400 inmigrantes fueron trasladados a Garabouli, 40 kilómetros al oeste de Trípoli y obligados a subir con la amenaza de las armas en cuatro embarcaciones hinchables. El día después comienza la pesadilla.

   A primera hora de la tarde del 8 de febrero, la Guardia Costera italiana recibió un SOS de un punto localizado a 120 millas náuticas al sur de Lampedusa y 74 millas náuticas al norte de Libia. En la llamada telefónica, apenas comprensible, se entendió solo las palabras "peligro, peligro" en inglés. Pero fueron suficientes.

   En ese momento, la principal embarcación usada en el ámbito de la operación europea 'Tritón' está atracada en Malta, a cientos de kilómetros de distancia, para mantenimiento. ¡He aquí la tan proclamada respuesta de la Unión Europea al cierre de 'Mare Nostrum'!.

   Las condiciones meteorológicas en aquella zona son pésimas desde hace una semana. Los inmigrantes, muchos de los cuales visten ropa ligera, se enfrentan a temperaturas próximas a cero, incluso graniza y las olas son de hasta ocho metros. Las cuatro embarcaciones tienen pequeños motores fuera borda que los traficantes ni siquiera han llenado con el carburante necesario para la travesía.

Inmigrantes en Italia

   De manera admirable y con excepcional valor por parte de sus hombres, las embarcaciones de la Guardia Costera parten al rescate. Tardan tiempo, porque afrontar el mar en tempestad con barcos de 18 metros es arduo. Consiguen poner a salvo a 105 personas de una de las embarcaciones a las 21 horas del domingo 8, pero después del rescate 29 mueren de hipotermia y por otras causas. Dos buques mercantiles que se encontraban en la zona salvan a nueve supervivientes que quedan en dos embarcaciones.

TESTIMONIOS

   Una misión de investigación de Amnistía Internacional se ha reunido en Lampedusa con algunos supervivientes.

   Ibrahim, un hombre de 24 años procedente de Malí, es uno de los dos únicos supervivientes de uno de los botes, rescatado por un buque mercantil:

   "(A las 7 de la tarde del) domingo el barco comenzó a desinflarse y a llenarse de agua y quienes estaban a bordo han comenzado a caer al agua. Con cada ola, caían dos o tres personas. La proa se elevaba y quien estaba en popa terminaba en el mar. En un momento dado solo quedábamos 30. Nos hemos atado a la cuerda que estaba del lado que todavía flotaba, el agua nos llegaba hasta la tripa. Luego solo quedamos cuatro. Hemos resistido toda la noche. Llovía. Al amanecer, dos se han caído. Por la mañana hemos visto un helicóptero. He cogido una camiseta roja que flotaba en el agua y la he agitado para que pudieran vernos. Han lanzado una pequeña lancha hinchable pero no teníamos fuerzas para llegar. Hemos seguido esperando. Una hora después, llegó un barco, nos han lanzado una cuerda y hemos subido a bordo. Eran las tres de la tarde (del 9 de febrero)".

   Lamin, también procedente de Malí, estaba en la otra embarcación socorrida por un buque mercantil:

   "Éramos 107. En alta mar, las olas han comenzado a golpearnos. Todos teníamos miedo. He visto a tres de nosotros caer al agua y nadie ha podido ayudarles. Han intentado mantenerse agarrados a la barca pero no lo han conseguido. Cuando ha llegado un gran buque comercial a socorrernos, solo quedábamos siete. Nos han lanzado una cuerda y hemos subido a bordo. Durante el rescate, nuestra embarcación se ha partido en dos y se ha hundido, arrastrando todos los cuerpos".

Inmigrantes en Italia

   Los supervivientes han confirmado que había cuatro embarcaciones; la cuarta sigue desaparecida. Los muertos son más de 300.

   Es imposible saber cuántas vidas se habrían salvado con mayores recursos, pero el número de los muertos habría sido probablemente menor. La Guardia Costera ha hecho todo lo que ha podido.

FALTAN MÁS MEDIOS

   La partida de inmigrantes y refugiados ha aumentado durante el fin de semana y continuará haciéndolo mientras Libia se sume en la violencia. La Guardia Costera italiana ha confirmado que con sus medios, junto con los buques mercantiles, han socorrido entre el 13 y el 15 de febrero a más de 2.800 personas a bordo de al menos 18 embarcaciones; solo el 15 de febrero, se rescató a 2.225 personas a bordo de más de diez embarcaciones.

   El director de las operaciones de búsqueda de la Guardia Costera ha hablado de manera sincera a los investigadores de Amnistía Internacional a propósito de los limitados recursos a disposición:

   "Cuando al final del invierno aumenten las partidas, no estaremos en disposición de subirlos a todos a bordo, si seguimos siendo los únicos en salir al mar", ha subrayado.

   El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) espera que los flujos de inmigrantes que atraviesan el Mediterráneo prosigan durante 2015. En 2014 cruzaron el mar 218.000 personas y los datos de enero muestran un incremento del 60 por ciento de las llegadas respecto al mismo mes de 2014. El año pasado, casi 3.500 personas murieron en el que es el recorrido marítimo más mortal del mundo.

   Amnistía Internacional solicita a los países de la Unión Europea que prevean operaciones colectivas y coordinadas de búsqueda y rescate en las rutas usadas por los inmigrantes, que sean al menos del mismo nivel de 'Mare Nostrum'. Entretanto, hasta cuando esto no ocurra, la organización para los Derechos Humanos pide a Italia que aporte recursos adicionales de emergencia.

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