PHNOM PENH/HANÓI, 7 Jun. (Reuters/EP) -
El primer ministro camboyano, Hun Sen, ha acusado a Singapur de apoyar el genocidio perpetrado por los Jemeres Rojos durante la década de los 70 en Camboya después de que su homólogo singapurense, Lee Hsien Loong, describiera como una "ocupación" la entrada de Vietnam en el país; una incursión que puso fin a los campos de exterminio del régimen dictatorial liderado por Pol Pot.
El cruce de declaraciones ha provocado un conflicto diplomático a cuatro bandas entre Camboya, Singapur, Vietnam y Tailandia que remite a la era postcolonial. Lee acusó a Vietnam durante un tributo al fallecido general tailandés, ex primer ministro y asesor real Prem Tinsulanonda, de quien dijo que "se negó a aceptar el 'hecho consumado' de la ocupación vietnamita de Camboya, lo que impidió la invasión militar a gran escala y la legitimación de un cambio de régimen".
Se da la circunstancia de que Hun Sen era un antiguo miembro de los Jemeres Rojos que huyó a Vietnam cuando el grupo se escindió, solo para regresar a Camboya acompañando a las tropas vietnamitas. Hun Sen acabó liderando un nuevo gobierno con la ayuda de estos militares dentro de un conflicto entendido como un choque de dos visiones entre la prooccidental Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a la que pertenecían Singapur y Tailandia, y el bloque soviético-vietnamita.
"Estas declaraciones del primer ministro de Singapur son un auténtico insulto al sacrificio demostrado por los voluntarios militares vietnamitas que ayudaron a la liberación de Camboya y reflejan que Singapur mantiene una postura de respaldo a un régimen genocida del que desean su retorno a Camboya. Singapur ha contribuido a la masacre del pueblo camboyano", ha asegurado el primer ministro de Camboya.
Vietnam también se ha sumado a las críticas contra Singapur. "Nos parece lamentable que ciertos elementos del discurso de su primer ministro eviten ver la historia desde el prisma de la objetividad", ha asegurado la portavoz del Gobierno vietnamita, Le Thi Thu Hang, sin que hasta el momento las autoridades singapurenses hayan respondido a estas críticas.
