WASHINGTON 9 Abr. (Reuters/EP) -
El despliegue de un nuevo sistema antimisiles en Corea del Sur "va a ocurrir", tal y como ha afirmado este viernes el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, quien ha advertido de que China debería hacer algo más para contrarrestar el desarrollo de misiles por parte de Corea del Norte, en lugar de quejarse de los planes de Estados Unidos.
Estados Unidos y China iniciaron el pasado mes de febrero contactos para negociar el posible despliegue del sistema antimisiles de Defensa Terminal para Zonas de Alta Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) en Corea del Sur, después de que Pyongyang realizara un ensayo nuclear en enero y lanzara un misil de largo alcance en febrero.
China ha acordado mantenerse firme ante nuevas sanciones de Naciones Unidas contra Corea del Norte, pero se ha manifestado "férreamente en contra" al despliegue del THAAD, argumentando que éste socavará su fuerza disuasoria estratégica.
Sin embargo, Carter, en un seminario celebrado en Nueva York, ha asegurado, ante la pregunta sobre si Estados Unidos seguirá adelante con este plan, que sí. "¡Oh! Va a ocurrir. Es algo necesario", ha asegurado. "Se trata de algo entre nosotros y los surcoreanos, forma parte de la protección de nuestras fuerzas en la Península de Corea y de la protección de Corea del Sur", ha añadido.
"No hay nada que hacer con los chinos, y deseo que los chinos quieran trabajar con nosotros o realmente trabajar de forma más efectiva con Corea del Norte --aunque es fácil decirlo, ya que lidiar con Corea del Norte es un desafío para cualquiera--", ha indicado.
En este contexto, Carter ha asegurado que Estados Unidos tiene que defender a su "propio pueblo" y a sus "aliados". "Y vamos a hacerlo", ha añadido.
Pekín ha criticado que el THAAD --un sistema de derribo de misiles balísticos de corto, intermedio y medio alcance a través del impacto directo-- tiene un rango que podría ir más allá de la península y que podría alcanzar suelo Chino, y ha indicado que el despliegue del mismo podría amenazar tanto sus intereses de seguridad nacional como dañar la estabilidad estratégica de la región.
Por su parte, las autoridades estadounidenses creen que China, como vecino y principal aliado de Corea del Norte, es el mejor situado para influir en el aislado país, aunque algunos analistas consideran que esta habilidad para impulsar un cambio ha menguado en los últimos años.