GINEBRA 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
Más de 200 personas murieron y más de mil han debido huir de sus hogares después de que varios grupos de hombres armados a caballo atacaran desde el pasado sábado y a lo largo de esta semana una decena de aldeas del sureste de Chad, situadas cerca de la frontera con la región sudanesa de Darfur (oeste), e incendiaran y saquearan las viviendas, según denunció el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Los vecinos han acusado de estas matanzas a las tribus árabes de la zona.
Tras recibir informaciones sobre varios "ataques brutales" en la región, un equipo del ACNUR se dirigió el pasado miércoles a Kerfi, cerca de Goz Beida, principal ciudad del sureste de Chad, según indicó la agencia en un comunicado.
Los habitantes informaron al personal de ACNUR desplazado a la zona de que los ataques comenzaron el pasado sábado y se produjeron en las aldeas de Bandicao, Badia, Neweya, Kerfi, Agourtoulou, Abougsoul y Djorlo. Otros informes indican que las aldeas de Tamadjour y Loubitegue fueron atacadas el pasado miércoles.
Otro equipo de ACNUR que visitó el miércoles Djorlo se encontró que la mayor parte de la aldea había sido incendiada el día anterior por alrededor de 200 hombres a caballo. Los vecinos aseguraron que las tribus árabes de la zona habían atacado Djorlo y había matado a 36 personas, en una aldea de 800 habitantes. "Algunos se parapetaron en los árboles para disparar sobre los aldeanos", explicó el jefe de la adea.
Más de mil personas huidas de una decena de aldeas de la región llegaron el miércoles a Koukou Angarana y a los campamentos de desplazados internos situados en sus proximidades, concretamente en Habile, que ya acogía previamente a 3.500 chadianos desplazados. Los campos de refugiados de Djabal y Goz Beida han experimentado también la llegada de personas.
Según el responsable sobre el terreno de ACNUR en Goz Beida, Musonda Shikinda, los aldeanos desean regresar lo antes posible a sus casas, ya que se encuentran en plena temporada de las cosechas. "Sería un desastre total para ellos que no pudieran recoger sus coseachas, por ello esperan que la situación se tranquilice lo antes posible para regresar a sus tierras", declaró.
En Ginebra, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, ha reclamado una acción urgente y la movilización de la comunidad internacional para acabar con la creciente violencia que sufre la región.
"Estamos profundamente preocupados por las brutalidades registradas en el este de Chad, una región que ya lucha de por sí para atender a más de 218.000 refugiados sudaneses procedentes del vecino Darfur", declaró ayer. "Desde hace meses preveíamos que el conflicto de Darfur amenazaría con desestabilizar a toda la región y apoyamos los llamamientos en favor de una presencia internacional en el este de Chad y para que Chad aporte mayores esfuerzos a fin de mantener la seguridad en esta zona", añadió.
Cerca de 63.000 chadianos estaban desplazados el año pasado a causa de la violencia interétnica que se vive en el este de su país. ACNUR da asistencia a 15.000 refugiados de Darfur en el campamento de Djabal, cerca de Goz Beida, así como a 18.000 refugiados en el campo de Goz Amer, cerca de Koukou. En total, ACNUR ayuda a 218.000 refugiados en doce campamentos del este de Chad.