PEKÍN, (EUROPA PRESS)
China ha expresado su "firme rechazo" a la decisión de Estados Unidos de reconocer los derechos de Japón sobre las islas Senkaku/Diaoyu, cuya soberanía reivindican Pekín, Tokio y Taipei, en la reforma de su Ley de Autorización de Defensa Nacional.
En una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hong Lei, ha expresado la "grave preocupación" del gigante asiático por la enmienda legal aprobada la semana pasada en el Senado de Estados Unidos, que supone el apoyo tácito de la Casa Blanca a las aspiraciones niponas sobre el archipiélago.
Aunque el borrador reafirma que Estados Unidos no asume ninguna posición sobre la soberanía de las islas, reconoce el derecho de Japón a administrar el territorio y subraya que "las acciones unilaterales de un tercer país no afectarán a este hecho".
Además, el país norteamericano advierte en el texto de que "cualquier ataque armado contra los territorios bajo administración japonesa supondrá la inmediata implementación del Tratado de Cooperación Mutua y Seguridad, suscrito entre Washington y Tokio.
Hong ha considerado que si Estados Unidos desea mantenerse en una posición neutral en la disputa territorial, como ha dicho insistentemente, "entonces no debería mandar mensajes que puedan enfrentar a las partes".
"Estados Unidos debería guardar sus palabras y proceder conforme a la situación general de estabilidad y paz de la región, actuando para favorecerla", ha dicho, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Xinhua.
Además, el portavoz gubernamental ha estimado que el Tratado de Cooperación Mutua y Seguridad "es un producto de la Guerra Fría", por lo que no debería ir más allá de los asuntos bilaterales, dejando a un lado los intereses de terceros países.
Asimismo, Hong ha reiterado que las Diaoyu --como se conocen en el gigante asiático-- son parte inherente del territorio chino "desde tiempos inmemoriales" y, por tanto, el país tiene una "soberanía indiscutible" sobre las mismas.
EL CONFLICTO
La tensión bilateral se disparó el pasado 11 de septiembre, cuando el Gobierno de Japón anunció la compra de tres de las cinco islas que forman el archipiélago a su propietario privado por 2.000 millones de yenes (20 millones de euros), que saldrán de los fondos reservados.
Sin embargo, la disputa territorial se remonta a 1895, cuando Japón se anexionó formalmente las islas para construir una planta procesadora de atún que dio empleo a 200 personas, aunque en 1940 el negocio se desplomó y las islas quedaron desiertas.
Entre 1945 y 1972, el archipiélago permaneció bajo dominación estadounidense, como parte de los acuerdos alcanzados entre Washington y Tokio tras la Segunda Guerra Mundial. Desde la salida estadounidense de las islas, China y Taiwán reclaman su soberanía.
China alega que descubrió el archipiélago en el siglo XIV y, a pesar de las tensas relaciones que mantiene con Taiwán, reconoce que algunas islas pertenecen al territorio como parte de la ciudad de Toucheng, ubicada en el condado de Yilan.
En cambio, Japón asegura que el archipiélago pertenece al completo a la ciudad de Ishigaki, ubicada en la prefectura de Okinawa, y, por tanto, rechaza las reivindicaciones chinas y cualquier acuerdo alcanzado entre Pekín y Taipei.