MADRID 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
La coalición Iraqiya ha rechazado este miércoles la dimisión presentada por el viceprimer ministro Salé al Mutlaq, miembro de la formación, y le ha encargado supervisar la investigación del asalto por parte del Ejército contra un campamento de protesta en la localidad de Hawiya, ubicada cerca de Kirkuk, que saldó con 32 muertos y 80 heridos.
El líder de Iraqiya, Iyad Allawi, ha subrayado que la formación rechaza la dimisión de Al Mutlaq, quien presentó su decisión en protesta por el asalto en Haiya, y ha recalcado que una de sus tareas es "conseguir que se implementen las demandas de los manifestantes".
Asimismo, ha manifestado que Iraqiya decidirá en las próximas fechas si sigue formando parte del Gobierno y del proceso político en base a los avances que se logren en la investigación de lo sucedido y de los progresos en la satisfacción de las peticiones populares, según ha informado la agencia iraquí de noticias NINA.
Por último, Allawi ha solicitado al Gobierno que ejerza el autocontrol y que no ataque manifestaciones pacíficas, al tiempo que ha pedido a los miembros de las Fuerzas Armadas que se mantengan alejados de los asuntos políticos y que se limiten a proteger a la población "en lugar de usar las armas contra ella".
Este mismo miércoles, el presidente del Parlamento, Osama Nujaifi, ha urgido a la comisión parlamentaria sobre Derechos Humanos a que envíe una delegación a Kirkuk para verificar las denuncias sobre la ejecución de varios de los heridos en Hawiya.
"La tarea del comité es investigar de primera mano los informes periodísticos que citan a testigos que aseguran que miembros del Ejército ejecutaron a civiles heridos durante la masacre de Hawiya, así como a algunos de los detenidos durante el asalto", ha manifestado.
Por su parte, el comité popular de Kirkuk se ha negado a cooperar con el comité ministerial encargado de la investigación de lo sucedido y ha solicitado la apertura de una investigación internacional al respecto.
DIMISIONES
Apenas horas después de la represión de la sentada, los ministros de Educación y Ciencia y Tecnología de Irak, Mohamad Tamim y Abdul Karim al Samarrai, respectivamente, presentaron su dimisión en protesta por el asalto.
Posteriormente, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, nombró al viceprimer ministro para Asuntos Energéticos, Hussain al Shahristani, al frente del Ministerio de Exteriores en sustitución de Hoshiar Zebari, y al ministro de Justicia, Hasan al Shammari, a cargo de la cartera de Comercio en sustitución de Jairalla Babiker.
A través de un comunicado, la oficina de Al Maliki explicó que el primer ministro ha decidido dar a Zebari y Babiker "vacaciones obligatorias". Hasta el momento no hay sustitutos para los ministerios de Educación y Ciencia y Tecnología.
EL ASALTO
Un total de 32 personas, entre ellas dos soldados, murieron, y otras 80, entre ellas siete soldados, resultaron heridas en la operación de asalto, según fuentes de seguridad citadas por la agencia iraquí.
Según el Ministerio de Defensa, que no ha dado cifras de víctimas, las tropas respondieron a los disparos de los acampados. No obstante, los manifestantes aseguraron que estaban desarmados en el momento en que los soldados abrieron fuego.
Miles de suníes han participado desde el pasado mes de diciembre en las movilizaciones que se celebran cada semana en diversas provincias de Irak para protestar contra la marginación que, según ellos, sufren los miembros de su confesión a manos del Gobierno del chií Nuri al Maliki.
A última hora del martes, el Consejo Provincial de Anbar solicitó al Ejército que se retire de las localidades de la provincia para evitar enfrentamientos, al tiempo que acusó a las Fuerzas Armadas de asesinar a iraquíes y aplastar las protestas, en lugar de proteger a la población.
En este sentido, resaltó que los manifestantes que están participando en sentadas y protestas contra el Gobierno solo ejercen su derecho y que, en respuesta, las autoridades "deberían dar respuesta a sus reclamaciones en lugar de lanzar al Ejército a una confrontación armada con ellos".
Por ello, pidió a las ONG internacionales que intervengan para poner fin al derramamiento de sangre, del que acusó al Gobierno, y expresó su apoyo total a los manifestantes.
LLAMAMIENTO A DERROCAR A AL MALIKI
El emir de las tribus Dulaim, Alí Hatim al Sulaiman, uno de los propulsores de las manifestaciones antigubernamentales en la provincia de Anbar, subrayó horas después del asalto que la principal demanda de los manifestantes es el derrocamiento del Gobierno de Nuri al Maliki.
En su discurso, Al Sulaiman solicitó a todas las tribus de Anbar y el resto del país que porten armas para defenderse, al tiempo que pidió al Ejército que elija entre permanecer en los barracones y unirse a las protestas.
"No seremos responsables de los movimientos del Ejército ni de su interferencia en las ciudades de Anbar, ya que hay gente que quiere compensación por el asesinato a sangre fría de sus hijos a manos de las Fuerzas Armadas", remachó.