Angela Merkel
ERIC VIDAL / REUTERS
Publicado: domingo, 22 noviembre 2015 18:31

BERLÍN, 22 Nov. (Reuters/EP) -

Cuando se cumplen diez años de la ascensión al poder de la canciller Angela Merkel, la coalición que lidera se ha visto envuelta en un cruce de insultos entre sus miembros acerca de las políticas sobre los refugiados llevadas a cabo por el Gobierno.

La división reinante entre los conservadores y los socialdemócratas de centro izquierda (SCD) acerca del tema de los inmigrantes, ha llevado a cancelar la reunión del gabinete de Gobierno prevista para el próximo lunes, donde, se esperaba, se acordaran medidas para acelerar los procesos de petición de asilo de los inmigrantes.

A pesar de esto, el mayor conflicto se vive dentro de las líneas de partido conservador de Merkel, la Unión Democrática Cristiana (CDU), tras el incidente ocurrido este viernes en un congreso en Munich, donde la canciller coincidía con el líder del partido aliado bávaro Unión Social Cristiana (CSU), Horst Seehofer.

En el, Seehofer criticó abiertamente a Merkel por su negativa a establecer un límite al número de refugiados que entran en el país. Por su parte, Elmar Brok, miembro de alto rango de la CDU, ha calificado el comportamiento de Seehofer como "maleducado, impropio e inaceptable" en una entrevista para el medio alemán 'Tagesspiegel'.

Asimismo otros miembros del partido de la canciller han señalado que se ha roto un tabú en cuanto a las reglas de comportamiento entre ambos partidos.

Seehofer ha descartado retirar sus palabras, además de declarar en una cadena de televisión alemana que no podría, en buena conciencia, "contar un cuento de hadas acerca de la armonía y el consenso" cuando las diferencias entre ambos partidos se mantienen abiertas.

Al mismo tiempo, la popularidad de la canciller ha sufrido un gran descenso desde el 75% del pasado abril hasta las cifras por debajo del 50% de la actualidad. Asimismo, el apoyo al bloque CDU/CSU ha caído cinco puntos hasta llegar al 37%, aunque sigue encontrándose 10 puntos por encima de su principal opositor, el partido SPD.

ELECCIONES INMINENTES

Tres estados celebrarán elecciones la próxima primavera, un punto clave de cara las federales de 2017, y antes de las cuales Merkel debería prevenir mayores daños y lograr disminuir el número de inmigrantes que entran en el país.

Además, el CDU celebrará un congreso a principios de diciembre, en un evento que servirá para medir el apoyo que recaba la canciller dentro de su propio partido.

"Hay miembros leales a Merkel en el CDU", han declarado a Reuters fuentes cercanas a la canciller. "Este no es un partido que quite de en medio a sus líderes, pero habrá un giro, habrá gente que tenga la sensación de que Merkel es más una carga que una ventaja", ha añadido en condición de anonimato.

Cerca de 7.000 inmigrantes han entrado en Alemania diariamente durante las últimas semanas, según ha informado la Policía, con una inmensa mayoría dirigiéndose hacia Bavaria a través de la frontera con Austria.

La canciller ha descartado los llamamientos de la CSU y de miembros de su propio partido para imponer un techo al número de inmigrantes que aceptará el país, argumentando que sería una política imposible de poner en práctica.

Aún así, buscando reducir el número de refugiados, Merkel espera alcanzar un acuerdo con Turquía, a través del cual la Unión Europea prestaría ayuda financiera al país a cambio de que este retuviera un mayor número de peticionarios de asilo.

Asimismo, la canciller ha presionado para la creación en las fronteras exteriores de Europa de los así llamados "hotspots", y por una aceleración en el proceso de petición de asilo en Alemania, para que aquellos que no reciban la aprobación puedan ser expulsados rápidamente.

A pesar de ello, la resistencia domestica del SPD, así como la de los países del este de Europa a la hora de aceptar las cuotas migratorias para la UE, representan serias dudas para la consecución de su estrategia.

"Hasta hace unos meses la mayoría de los alemanes veían a Merkel como racional, digna de confianza y una líder que evitaría cualquier riesgo que afectara al cómodo status quo alemán", ha señalado en un editorial este fin de semana la publicación 'Frankfurter Allgemeine Zeitung'. "Ahora, incluso dentro de su propio partido, se oye aquello de: 'ya no la reconozco'".

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