Niños en una casa dañada por un bombardeo en Yemen
KHALED ABDULLAH ALI AL MAHDI
Actualizado: viernes, 2 octubre 2015 12:32

MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

Al menos 500 niños han muerto, otros 702 han resultado heridos y más de 1,7 millones están en riesgo de desnutrición en Yemen como consecuencia de los seis meses de conflicto que enfrentan al Gobierno apoyado por una coalición que lidera Arabia Saudí y los rebeldes huthis respaldados por unidades del Ejército leales al expresidente Alí Abdulá Salé.

Según ha denunciado este viernes el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), cerca de 10 millones de niños --el 80 por ciento de toda la población menor de 18 años- necesita ayuda humanitaria urgente. Más de 1,4 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus casas.

"Cada día que pasa, los niños ven sus esperanzas y sueños para el futuro destrozados", ha denunciado el representante de UNICEF en Yemen, Julien Harneis. "Sus hogares, escuelas y comunidades están siendo destruidos, y sus propias vidas están cada vez más amenazadas por la enfermedad y la desnutrición", ha añadido.

La agencia de la ONU ha reconocido que incluso antes del conflicto, la situación nutricional era muy grave, ya que Yemen produce menos del 10 por ciento de sus necesidades alimentarias y depende en gran medida de alimentos importados.

Pero la escalada de violencia ha provocado una espiral de inseguridad alimentaria y el aumento de la desnutrición, lo que ha tenido "consecuencias dramáticas para los niños", según UNICEF.

Así, el número de niños menores de 5 años en riesgo de sufrir desnutrición severa aguda se ha triplicado en 2015 y actualmente hay 537.000 en riesgo, en comparación con los 160.000 de antes del conflicto.

Además, se prevé que casi el doble de niños menores de 5 años, un total de 1,2 millones, sufrirán desnutrición aguda moderada, frente a 690.000 antes de la crisis.

ESCASEZ DE ALIMENTOS Y DE ATENCIÓN SANITARIA

Según ha explicado UNICEF, las principales causas de este deterioro en la situación son la escasez de alimentos y el pobre acceso a los mercados causado por el conflicto, el acceso limitado a las instalaciones sanitarias y saneamiento, y la interrupción de las oportunidades de trabajo. A esto se unen la escasez de combustible, electricidad, gas, agua y otros servicios, lo que está empeorando la situación.

Por otra parte, UNICEF ha denunciado que en los últimos seis meses han aumentado los ataques a civiles e infraestructuras fundamentales. En concreto, la organización ha podido verificar desde marzo ataques o daños en 41 escuelas y 61 hospitales como consecuencia de los combates.

Encontrar agua potable se ha convertido en una "batalla diaria" por la supervivencia para más de 20,4 millones de personas, mientras que más de 15 millones de personas han perdido el acceso a asistencia médica básica, y la educación de 1,8 millones de niños se ha interrumpido por el cierre de escuelas.

RESPUESTA DE UNICEF

La respuesta de UNICEF y sus aliados se ha centrado en proporcionar agua potable y saneamiento, educación y servicios de protección infantil, así como tratamiento para los niños con desnutrición, diarrea, sarampión y neumonía.

En estos seis meses, han proporcionado acceso a agua potable a 3 millones de personas, se ha suministrado vacunas contra la polio y el sarampión para más de 5 millones de niños, unos 93.500 niños han recibido tratamiento contra la desnutrición severa aguda y más de 520.000 han podido realizar sus exámenes aplazados.

Desde comienzos de año, UNICEF ha proporcionado apoyo psicosocial a cerca de 240.000 niños para ayudarles a superar los horrores del conflicto. Además, unas 360.000 personas han recibido material educativo sobre cómo evitar las minas y artefactos sin explotar.

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