El Consejo de Seguridad muestra su "gran preocupación" por la "amenaza regional" que suponen las FDLR

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 22:12

NUEVA YORK 15 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha expresado este jueves su "gran preocupación" por la "amenaza regional" que supone la presencia en el este de República Democrática del Congo de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), al tiempo que ha reclamado el desarme "inmediato y permanente" del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).

Así, ha criticado la "continuación de la violencia y las violaciones de los Derechos Humanos por parte de todos los grupos armados" presentes en el país, entre las que ha destacado "las ejecuciones sumarias, la violencia sexual y de género, y el reclutamiento de niños".

El organismo ha pedido al Gobierno y al M23 que "terminen e implementen de forma rápida un acuerdo" para firmar la paz después de que el grupo rebelde anunciara a principios de noviembre el fin de su movilización.

La firma del acuerdo, que estaba prevista para el lunes en la localidad ugandesa de Entebbe, fue aplazada por discrepancias respecto a cómo debía definirse teóricamente el texto puesto sobre la mesa, si "acuerdo de paz o declaración". El Gobierno ha advertido de que no firmará un acuerdo con un grupo ya derrotado y su delegación abandonó el martes Uganda.

Kinshasa, además, ha acusado a Kampala de favorecer los intereses del M23, entre otros motivos por no entregar al comandante rebelde Sultani Makenga y a otros miembros del M23 que huyeron de la ofensiva militar.

El portavoz del Gobierno ugandés, Ofwono Opondo, ha tachado dichas declaraciones de "injustas, infundadas, falsas y poco útiles para el proceso de paz". En este sentido, Uganda sostiene que las autoridades congoleñas no se han quejado de manera formal en diez meses de mediación.

LA REBELIÓN

Apenas una semana después de que el presidente del M23, Bertrand Bisimwa, declarara el final de la revuelta armada, el movimiento rebelde ha dejado de existir como tal.

El comandante en jefe del M23, Sultani Makenga, y cientos de sus correligionarios escaparon la semana pasada a Uganda y se entregaron a las autoridades de este país después de ser desalojados militarmente de sus últimas oposiciones en la provincia de Kivu Norte.

Una fuente gubernamental ugandesa ha asegurado, citada por Radio France International (RFI), que cerca de 1.600 milicianos han entrado en Uganda a lo largo de las tres últimas semanas a causa de la ofensiva y fuentes de la ONU en Kivu Norte han estimado en 400 el número de rebeldes que han muerto desde el pasado mes de julio, cuando se rompió el alto el fuego firmado en diciembre de 2012.

El M23 se alzó en armas en abril de 2012 para protestar por el incumplimiento del acuerdo de paz firmado en 2009 entre el Gobierno y el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), un grupo guerrillero que, al igual que el M23, es de extracción fundamentalmente tutsi y también contaba con el apoyo de Ruanda.

Aquel acuerdo permitió la integración en el Ejército de los rebeldes de CNDP, incluidos varios comandantes acusados de graves violaciones de Derechos Humanos --entre ellos Bosco Ntaganda, actualmente en poder del Tribunal Penal Internacional-- que, con el paso del tiempo, han sido la base del M23.

En noviembre de 2012, el M23 lanzó una vasta ofensiva que le permitió ocupar durante diez días la capital de Kivu Norte, Goma, y que concluyó en diciembre con un acuerdo de paz y el inicio de negociaciones con el Gobierno en Kampala, que se estancaron poco después de comenzar. La última ofensiva importante del M23 se produjo el pasado mes de agosto en torno a Goma.

NUEVAS PRIORIDADES MILITARES

Con el M23 definitivamente derrotado, y a la espera de los resultados del posible proceso negociador, la atención se centrará en los alrededor de 20 grupos armados que siguen operando en Kivu Norte, una región castigada desde hace al menos quince años por un gravísimo conflicto armado alimentado por la competencia internacional por hacerse con sus minerales estratégicos, como el oro, el cobre, el cobalto y el coltán, y por las tensiones étnicas internas y transfronterizas.

La nueva prioridad del Ejército y de las tropas de la ONU deberían ser los rebeldes de las FDLR, entre cuyas filas figuran numerosos combatientes hutus huidos de Ruanda tras el conflicto y el genocidio de 1994 y cuya presencia en el este de la RDC ha servido en numerosas ocasiones de excusa a Ruanda para intervenir en el país vecino.

Aparte, en el este del país siguen operando otros grupos rebeldes menores, tanto en Ituri, un distrito del noreste rico en oro, como en Katanga, una provincia del sureste rica en cobre.

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