NUEVA YORK, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado este miércoles por unanimidad el envío de 900 militares adicionales a la misión de paz en República Centroafricana (MINUSCA), que pasará a contar con más de 11.000 efectivos con el objetivo de mejorar su capacidad para proteger a la población civil.
Los 15 Estados miembro del Consejo han respaldado la petición del secretario general, António Guterres, para aumentar en 900 efectivos el personal militar. El texto apunta que, con este refuerzo, la MINUSCA mejorará su "flexibilidad y movilidad" para "mejorar la aplicación efectiva de su mandato y, en particular, la protección de los civiles".
El refuerzo supondrá elevar a 11.650 la cifra máxima de efectivos de la MINUSCA, entre los cuales figuran 480 observadores militares y 2.080 policías. El Consejo ha apuntado en la resolución que el tamaño del contingente está "bajo continua revisión".
La revisión de la misión no ha estado exenta de polémica, especialmente por las dudas expresadas por Estados Unidos, que asume más del 28 por ciento del presupuesto anual de las operaciones de paz internacionales --valorado en 7.300 millones de dólares--.
La 'número dos' de la representación norteamericana ante la ONU, Michele Sison, ha asegurado que Estados Unidos quiere asegurarse de que cada emisión tiene las fuerzas "más efectivas y eficientes posibles", según la agencia de noticias Reuters.
Sison considera que el refuerzo de la MINUSCA permitirá responder a las "amenazas emergentes" y reforzar la protección de los civiles, pero al mismo tiempo también ha recordado que "simplemente añadiendo tropas nunca habrá suficientes garantías de éxito". "Necesitamos centrarnos en la calidad de las tropas desplegadas, no sólo en el número", ha dicho ante el Consejo.
VIOLENCIA INCESANTE
El derrocamiento del presidente François Bozizé en 2013 a manos de la coalición rebelde Séléka, compuesta principalmente por musulmanes, y las posteriores represalias adoptadas por las milicias 'antibalaka', de mayoría cristiana, causaron miles de muertos y obligaron a una quinta parte de la población a abandonar sus hogares.
En el último año la violencia se ha recrudecido y la ONU ha advertido de que los combates entre las distintas comunidades podrían desencadenar un conflicto más amplio en el país africano.
El papel de la MINUSCA durante esta escalada de tensiones ha estado en entredicho, no sólo por su supuesta falta de efectividad, sino también por las acusaciones de abusos sexuales que han surgido durante estos años.
En su resolución, el Consejo de Seguridad ha instado a Guterres a tomar "todas las medidas que sean necesarias para garantizar el pleno cumplimiento por parte de la MINUSCA con la política de tolerancia cero frente a la explotación sexual y los abusos".
