Crecen las acusaciones de tortura durante el régimen del líder de Chongqing

Actualizado: jueves, 29 marzo 2012 14:26


PEKÍN, 29 Mar. (Reuters/EP) -

El abogado Li Zhuang, quien sufrió abusos durante su encarcelamiento en la gran ciudad de Chongqing, en el suroeste de China, ha asegurado que ha recibido llamadas frecuentes, hasta diez por día, de personas que alegan tortura y otras violaciones, en especial desde la destitución este mes de Bo Xilai de la jefatura del Partido Comunista en la región.

Li, de 50 años de edad, fue condenado y encarcelado a principios de 2010 después de la enérgica defensa de uno de sus clientes en un juicio relacionado con la campaña contra el crimen organizado, que le dio fama al recién caído aspirante a líder del país. Li terminó siendo acusado de persuadir a un "cliente falso" para reclamar tortura, y ha testimoniado a Reuters cómo la Policía local lo amarró a un "asiento de tigre", un instrumento para la privación del sueño muy usado en esta campaña.

Ha sido el abogado más elocuente en desafiar la represión de Bo hacia los grupos criminales. El antiguo líder promovió esta ofensiva, que impulsó su popularidad en todo el territorio y las esperanzas de escalar hacia el centro de poder, en la elección de los nuevos dirigentes de China de finales de este año.

Esa campaña ahora podría salir a la luz tras la caída abrupta de Bo, mientras crecen las denuncias de tortura generalizada en Chongqing y las acusaciones de que Bo se convirtió a sí mismo en la ley en esta zona.

El Gobierno chino destituyó a Bo como jefe del partido en la región de Chongqing el pasado 15 de marzo, porque intentó impedir que se llevase a cabo una investigación sobre un caso en el que estaban implicados familiares suyos, según afirmaron dos antiguos altos cargos.

Bo aspiraba a convertirse en el nuevo líder del Partido Comunista de China (PCCh) en el 18 Congreso de la organización. El actual líder del PCCh y presidente de China, Hu Jintao, y otros altos cargos se retirarán este año para ceder el poder a una nueva generación de políticos más jóvenes encabezados por el vicepresidente, Xi Jinping.

Li también ha denunciado al antiguo jefe de Policía de Bo, Wang Lijun. Wang ha provocado tanto su caída como la de Bo al huir el 6 de febrero al Consulado de Estados Unidos, donde se escondió durante 24 horas hasta que las autoridades chinas lo convencieron de salir. Los motivos de su huida siguen sin estar claros.

LOS ABUSOS

"En ese momento, la gente común tenía motivos de queja e ira, y no se atrevía a hablar, no se atrevía a apelar, pero ahora la situación es diferente", ha sostenido Li. "Muchas personas en Chongqing que fueron detenidas, atacadas o heridas por error, lloran cuando me llaman", ha añadido.

Ha subrayado que él no juzga los motivos de cada caso ni supone que todos los capturados eran inocentes. "Pero no podemos sacrificar el imperio de la ley para aplicarla; no podemos recurrir a medios bárbaros para hacer cumplir la ley", ha advertido.

"Nunca esperé que hubiera tal barbaridad; tal burla de la ley, tal violación imprudente y descarada de la ley", ha dicho el abogado sobre la campaña contra la delincuencia de Bo.

"Por lo que he escuchado, el tiempo más largo en que alguien estuvo atado sin poder moverse fue de diez días. Yo estuve sentado en uno durante tres días y tres noches", ha recordado Li de su tiempo en un "asiento de tigre", después de haber sido detenido por la Policía de Chongqing.

La silla está atornillada al suelo, tiene cinturón y tirantes para inmovilizar a los sospechosos y mantenerlos erguidos para que la Policía pueda tenerlos despiertos, lo que crea un profundo agotamiento, ha revelado.

"Todos los detenidos fueron privados de sueño durante los primeros días. En el lenguaje de la tortura, es llamado 'guerra continua', pues estás privado de sueño y agotado por completo", ha indicado a Reuters en una entrevista en Pekín, a veces con lágrimas en los ojos. "Fueron interrogatorios de docenas de horas", ha agregado, y ha señalado que hubo pausas en las que se le permitió ir al baño.

Li ha recordado que su cliente de Chongqing, Gangmo Gong, reveló que mientras estuvo en prisión, fue suspendido del techo con esposas, con los pies apenas tocando la mesa para apoyarse.

Tras su detención en diciembre de 2009, Li fue declarado culpable y encarcelado durante dos años y medio, lo que le valió un torrente de acusaciones de las autoridades de Chongqing.

Después de firmar una confesión en la que admite su culpabilidad, su condena se redujo a un año. Sin embargo, Li ha señalado que su confesión contenía un patrón oculto de palabras que insinuaban que estaba "obligado a confesar para obtener una suspensión de sentencia, y que insistirá en apelar".

El tema ha adquirido repercusión internacional, pues Reino Unido esta semana informó que había pedido a China que investigara la muerte en Chongqing, a finales del año pasado, de un ciudadano británico llamado Neil Heywood. Se han recibido informes no confirmados de que Heywood había tenido relaciones con la familia de Bo y su muerte podría estar relacionada con la caída del líder.

"Estas cosas (abusos) deben ser expuestas, de lo contrario, ¿cómo puede un país tan grande vivir sin el imperio de la ley? Hay demasiadas cosas como éstas, muchas historias oscuras", ha dicho.

Además, ha comentado que no sabía cuánto conocimiento directo tenía Bo de los presuntos abusos, pero ha considerado que Bo y Wang son los últimos responsables.

"El secretario Bo Xilai ha dicho a los medios de comunicación que él es responsable de todo lo que ocurre en Chongqing; esas fueron sus propias palabras", ha indicado Li, en referencia a la conferencia de prensa que Bo ofreció a principios de este mes, días antes del anuncio de su destitución. "Wang Lijun, como el mayor responsable de la seguridad pública, no puede eludir la responsabilidad", ha añadido Li.

EL DILEMA SOBRE EL MODELO DE CHONGQING

Li ha señalado que la oposición a la campaña de Bo pone al Gobierno en el dilema sobre cuánto atacar el "modelo de Chongqing" que el defenestrado líder defendió.

Bo llegó a Chongqing en 2007 y la refundó como un modelo audaz, alternativo e igualitario de crecimiento para China. Su campaña contra el crimen también fue crucial en su ascensión como el líder más destacado a nivel provincial.

Los grupos de Derechos Humanos señalan que la tortura policial para obtener confesiones es común en China.

En Chongqing, muchos le dieron la bienvenida a las calles más seguras que consiguió Bo, pero con su caída política, abogados y otros objetivos de su cruzada ahora exigen reparación.

Antes de su destitución, Bo defendió su cruzada anti-pandillas. "Entiendo la situación y puedo decir responsablemente que no hubo extracción de confesiones mediante tortura", dijo en una conferencia de prensa en el Parlamento nacional de China el 9 de marzo.

Bo puso en marcha la unidad contra el crimen en 2009. La Policía de Chongqing detuvo a miles de sospechosos, llevó a juicio a docenas de hombres y mujeres de negocios y funcionarios acusados de extorsión, soborno, así como a grupos que vendían protección y prostitución.