El independentista Bloc Québécois ofrece su apoyo si hace "avanzar los intereses de Québec", aunque ha perdido terreno
MONTREAL, 24 Ene. (Para EUROPA PRESS, Francisco Cabezuelo) -
La victoria del Partido Conservador (PC), que se hizo con el 36 por ciento de los votos --124 escaños-- por la circunscripción de Calgary, ha puesto fin a un ciclo político en Canadá de más de doce años de Gobierno del Partido Liberal (PL) y ha provocado la dimisión de Paul Martin como líder de los liberales.
Stephen Harper, un economista de 46 años, casado y con dos hijos, se convierte de este modo en el nuevo primer ministro, además de haber ganado su escaño en, Calgary, en la provincia de Alberta. Sustituirá en el cargo al veterano parlamentario liberal y abogado Paul Martin, de 67 años, quien hasta este último fin de semana luchó en vano por evitar un descalabro electoral su partido azotado por graves escándalos de corrupción y muy desgastado tras tres mandatos consecutivos del PL.
Nada más conocer su derrota, Martin anunció su decisión de ser sustituido al frente de su partido y limitarse a ejercer su cargo de diputado por una circunscripción de Québec, por lo que el PL tendrá ahora que buscar un nuevo líder. "No participaré en otra campaña como líder del Partido Liberal", fue la fórmula elegida por el mandatario para anunciar su despedida.
Algunos analistas y medios ya barajan varios nombres para sustituir a Martin, entre ellos el del afamado politólogo y profesor de la Universidad de Harvard, Michael Ignatieff, quien anoche se convirtió en diputado liberal tras hacerse con el 44 por ciento de los votos de una de las circunscripciones electorales que el PL disputaba en Ontario.
El Partido Conservador, refundado por Harper en 2003, se ha quedado a 31 escaños de la mayoría absoluta, situada en el umbral de los 155, ya que el Parlamento de Ottawa está compuesto por 308 asientos, uno por circunscripción. La segunda formación más votada ha sido el Partido Liberal, con el 30,2 de los votos, lo que se traduce en 103 parlamentarios.
Los 'tories' tendrán que pensar en crear un Gobierno minoritario, como era del de Martin, o pactar con otras fuerzas políticas, como los independentistas del Bloc Québécois, que han perdido cuatro escaños respecto a los anteriores comicios.
MENOS OPCIONES PARA UN REFERENDUM
Esta pérdida sitúa a los separatistas en peores condiciones para celebrar un nuevo referéndum por la independencia (el último fue en 1995), aunque siguen siendo igualmente un partido clave en el arco parlamentario de Ottawa.
Los independentistas del Bloc Québécois, que se presentaban sólo por la provincia francófona de Québec, han conseguido 51 escaños con sólo el 10,4 por ciento del total de votos emitidos en Canadá, lo que contrasta con el resultado de los socialdemócratas del NDP, que con un porcentaje del 17,5 del total de votos emitidos sólo alcanzan 29 escaños, según los datos facilitados por 'Elections Canada', la autoridad parlamentaria independiente encargada de la celebración y supervisión de los comicios federales. Este sistema de elección nominal hace que un partido pueda conseguir muchos millones de votos a nivel nacional, pero pocos representantes y viceversa.
Hasta el pasado otoño, los liberales contaban con 133 escaños, los conservadores con 98, los separatistas de Québec con 53, y los socialdemócratas del NDP con 18. Además, había cuatro diputados independientes y dos vacantes. Muchos de los votos perdidos por los liberales parecen haber ido a parar a manos del Nuevo Partido Demócrata (NDP), que aumenta considerablemente su número de representantes.
QUEBEC, LLAVE DE GOBIERNO
Por su parte, el líder del Bloc Québécois, Gilles Duceppe, ya extendió ayer la mano de su formación para colaborar Harper, siempre y cuando las propuestas del Partido Conservador sirvan para "hacer avanzar los intereses de Québec".
"Si Stephen Harper quiere la autonomía fiscal y verdaderamente busca un lugar para Québec en la escena internacional, se encontrará con el Bloc Québécois a su lado", afirmó Duceppe, quien advirtió que si los conservadores no mantienen sus promesas, se encontrarán, por el contrario, con el Bloc como un obstáculo "en su camino".
"Haremos todo lo que podamos para que Québec avance, porque sabemos que todo lo que haga avanzar la causa de Québec será avanzar hacia la causa de la independencia", declaró Duceppe. "Para que pueda desarrollar plenamente su diferencia, Québec deberá asumir también plenamente sus poderes como pueblo soberano", determinó el líder independentista.
HARPER, UN DESCONOCIDO FUERA DE LAS FRONTERAS
La vida de Harper, un desconocido en la política internacional, especialmente en Europa, ha estado ligada desde sus principios a la política. Desde muy joven estuvo involucrado en varias organizaciones y fue unos de los fundadores del Partido Reformista, por el que resultó elegido parlamentario en la Legislatura 1993-1997, tras haber abandonado la Coalición Nacional de Ciudadanos en la que también había militado. En 2002, pasó a otra formación, la Alianza Canadiense, en cuyo liderazgo sucedió a Stockell Burt Day Jr.
En 2003, Harper logró uno de sus sueños, un acuerdo con el líder 'tory' Peter MacKay, del Partido Progresista Conservador, fundado en 1942. Gracias a este acuerdo, la Alianza Canadiense de Harper y los 'tories' se fusionaron, refundando así lo que ahora se denomina Partido Conservador de Canadá. En marzo de 2004, Harper fue elegido máximo mandatario de los conservadores canadienses y se convirtió en líder de la oposición.
Harper nació en Toronto (Ontario) el 30 de abril de 1959. Está casado y tiene dos hijos. Estudió en el Richview Collage Institute, antes de irse a trabajar a una empresa de hidrocarburos situada en la provincia de Alberta. Allí se graduó en Economía por la Universidad de Calgary, ciudad en la que actualmente reside.
Durante la campaña, Martin ha comparado a Harper con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y ha establecido paralelismos entre las actuales políticas de los republicanos en EEUU y las que los conservadores podrían desarrollar en Canadá. "Canadá no quiere el cambio que Harper está proponiendo" era el mensaje central de Martin, que parece no haber calado entre el electorado, que esta vez ha dado la espalda a los liberales.
Durante toda la campaña, Harper repitió los mensajes centrales de su discurso: necesidad de cambio en el Gobierno para reactivar la vida política del país, claridad en las cuentas públicas, recorte de impuestos y nuevos esfuerzos en la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia. "Si los liberales vuelven a ser reelegidos, este país seguirá perdido sin rumbo", era otro de los mensajes de Harper, que nunca dejó de recordar al electorado los graves escándalos de corrupción del Partido Liberal, caído en desgracia desde que en 2004 se descubriese un escándalo de corrupción en las filas del Partido Liberal en la provincia de Québec.
Ahora, para que Harper se convierta en el nuevo primer ministro tendrá que dirigirse a la gobernadora general de Canadá, Michäelle Jean, quien a su vez informará a la Reina del resultado de las elecciones, y tendrá que dar su visto bueno al nuevo Ejecutivo.