GINEBRA, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
La región sudanesa de Darfur, el centro y el sur de Somalia, el norte de Uganda y grandes regiones de Irak son las zonas del mundo más preocupantes por el alto nivel de violencia que registran, según valoró el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en su Informe anual 2005.
Sin embargo, el estudio --dado a conocer hoy en Ginebra-- reconoce que ha habido "acontecimientos positivos" y una "disminución en el nivel de violencia para la población y comunidades que residen en algunas zonas conflictivas".
En el Informe se plasma un "terrible cuadro" de las repercusiones que los conflictos armados y la violencia tienen en la población civil. "Las personas civiles afrontan la muerte, las heridas, el desplazamiento, la violación y el acoso sexuales, los trabajos forzados y el reclutamiento, la detención y la destrucción de bienes y de los medios de supervivencia. El sufrimiento de la población civil se acentúa, a raíz del desplome de los servicios básicos como, por ejemplo, los de salud, agua y educación", indica el CICR.
El organismo internacional recuerda que en 2005 proporcionó alimentos a un millón de personas, así como carpas y mantas a tres millones. Igualmente, mediante actividades para el abastecimiento de agua, el saneamiento y obras de construcción, se prestó ayuda a 11 millones de personas. Asimismo, casi de 2,4 millones de habitantes se beneficiaron de los centros de salud apoyados por el CICR.
La institución visitó además a 528.000 personas privadas de libertad en 2.600 lugares de detención, en 76 países y, en colaboración con las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, intercambió casi un millón de mensajes entre familiares separados por las hostilidades y crisis de otra índole.
DIH
Aunque la mayoría de los conflictos son internos, éstos suelen afectar regiones enteras y, por lo tanto, cobran una índole internacional. En su introducción al Informe anual, el presidente del CICR, Jakob Kellenberger, reconoce que "una de las tareas que más esfuerzos supone es la de velar por que los protagonistas de los conflictos de hoy se comporten de conformidad con el Derecho Internacional Humanitario, en particular en los conflictos internos".
El año 2005, continúa el Informe, se recordará como el de los grandes desastres naturales. El maremoto en el océano Índico y el terremoto en el sureste asiático afectaron zonas sensibles afectadas por conflictos armados o la inseguridad. En dichas zonas, el CICR pudo desplegarse rápidamente y prestar ayuda de urgencia, pues ya estaba presente en el lugar. En Pakistán, a finales de 2005, el CICR había proporcionado alimentos, material de refugio y enseres para el hogar a unas 212.000 personas.
Asimismo, el CICR amplió el año pasado sus actividades en favor de las personas desplazadas internas, trabajando en 35 contextos diferentes en todo el mundo. En el marco de sus esfuerzos para prevenir los movimientos de población, prestó protección a los grupos vulnerables, fomentó el autoabastecimiento y facilitó el regreso de los desplazados internos a su hogar, cuando las circunstancias lo permitían, anota el Informe.
Finalmente, señala que a finales de 2005, los Estados miembros de los Convenios de Ginebra aprobaron el Protocolo III adicional, por el que se reconoce el cristal rojo como emblema adicional del CICR. "Desprovisto de toda connotación religiosa, política o de cualquier otra índole, el emblema adicional permitirá, ante todo, que el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja sea verdaderamente universal. El CICR no ha escatimado esfuerzos para la consecución de este objetivo, y sigue comprometido en llevar a cabo el proceso", declara Jakob Kellenbeger.