BERLÍN, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
La primera misión a la Luna de la Agencia Espacial Europea (ESA) llegó al satélite a las 7:42 h ora española, según lo previsto. La sonda SMART-1 alunizó en una planicie volcánica del hemisferio sur denominada Lago de la Excelencia para satisfacción de la ESA, que hace el seguimiento de la misión desde Darmstadt (Alemania). "Todo funcionó bien hasta el final. Fue una misión maravillosa y tuvo un éxito tremendo. Nuestra nave nos ofreció mucha información nueva", afirmó el director de la misión, Gerhard Schwehm.
La misión de la sonda concluyó hoy con un pequeño impacto en la superficie lunar después de que el control de vuelo tuviera que corregir ayer sábado su órbita por un excesivo acercamiento a la superficie lunar. El choque de la SMART-1, que se produjo a una velocidad de 7.200 kilómetros por hora, levantó una nube de polvo y materiales lunares de unos 78 kilómetros cuadrados que permaneció en suspensión menos de diez minutos. Minutos después del choque, la ESA hizo pública una imagen captada por un observatorio en Hawai, la cual mostraba un brillante destello en el momento del impacto.
El comportamiento de esta nube proporcionará una información muy valiosa sobre el impacto de objetos en general y, tras ser analizado con telescopios y espectrógrafos, podría permitir obtener datos sobre la composición geológica del satélite, e identificar los materiales de justo debajo de su superficie. Este procedimiento es el mismo que utilizó la agencia espacial estadounidense, la NASA, durante su misión Deep Impact que tenía como objetivo el cometa Tempel-1 en julio de 2005.
La sonda, lanzada en septiembre de 2003, pasó los últimos 16 meses de la misión poniendo a prueba tecnologías espaciales novedosas, incluida la propulsión por energía solar con un motor iónico que podría sustituir en el futuro a los combustibles químicos tradicionales.
Además, la SMART-1 ha proporcionado mapas detallados gracias a su cámara fotográfica miniaturizada, y sus espectrómetros de rayos X y de infrarrojos que ayudarán a estudiar la composición química de la Luna. Los científicos podrán así reevaluar las teorías sobre su origen, que afirman en la actualidad que el satélite es una parte escindida de la Tierra debido a un gran impacto con otro cuerpo astronómico.
UN PROYECTO RELATIVAMENTE BARATO
El aparato, de 370 kilos de peso, tenía el tamaño de una lavadora antes de impactar y fue puesta en órbita por un cohete Ariane-5 que despegó de Kourou, Guyana Francesa, en septiembre del 2003. Utilizó su motor iónico para elevar lentamente su órbita durante 14 meses hasta ser atraído por la gravedad lunar.
La sonda ha recorrido un total de 100 millones de kilómetros debido a las distintas órbitas que la han guiado en su camino, a pesar de que el satélite se encuentra a unos 400.000 kilómetros de nuestro plantea. El coste del proyecto ha sido relativamente bajo, ya que la ESA ha invertido en la misión 110 millones de euros.
Las sondas suponen el futuro de la exploración lunar para Europa, que tiene previsto lanzar misiones similares en los próximos años. Por otra parte, la NASA, que ya visitó la Luna en 1969 con la histórica misión del Apolo XI, tiene previsto volver en misión tripulada a nuestro satélite antes de 2020. China también ha anunciado su intención de pisar la Luna en los próximos años.
SUSTO FINAL
La SMART-1 sufrió ayer sábado un percance que dio un pequeño susto al control de vuelo, pero los controladores de la ESA pudieron realizar una corrección de trayectoria justo a tiempo para evitar una colisión prematura con el borde de un cráter lunar. Responsables de la misión consiguieron elevar 600 metros el punto mínimo de la órbita lunar del SMART-1 utilizando sus propulsores de posición para evitar la cordillera de 1,5 kilómetros.
La maniobra comenzó aproximadamente a la 1:00 de la madrugada del sábado en el control de misión, ubicado en Darmstadt (Alemania) y concluyó unas tres horas después, según Octavio Camino, el jefe de operaciones de la misión. "Tenemos la confirmación de que la maniobra fue un éxito", aseguró Camino.