El Gobierno teme que se multipliquen los disturbios esta noche, cuando se cumple un año de la revuelta de los suburbios
PARIS, 26 Oct. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
A 24 horas de que se cumpla, esta noche, un año de la revuelta de los suburbios, los disturbios han vuelto a hacer acto de presencia en la periferia de París. Grupos de jóvenes incendiaron hoy cuatro autobuses, en tres localidades del cinturón pobre de la capital, y otro más en Vennissieux, un barrio de los alrededores de Lyon.
El primer ministro francés, Dominique de Villepin, anunció "sanciones inmediatas y ejemplares" contra los responsables de estos ataques, así como contra quienes agredan a las fuerzas del orden. "Nos negamos a que existan en nuestro país zonas sin ley", anunció el jefe del Gobierno, en su rueda de prensa mensual, que se celebró en Cergy Pontoise, una de estas localidades difíciles en la periferia de París.
Por su parte, el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, aseguró hoy en Stratford-Upon-Avon, que su Gobierno hará "lo posible para arrestar a los autores de estas actividades que no son aceptables". "Los culpables sabrán que los perseguiremos y que les entregaremos a la justicia y que serán castigados de manera severa", aseguró.
Asimismo, Sarkozy anunció que se reunirá con responsables del transporte "para averiguar cómo asegurar la protección de servicios públicos". "Los que incendian autobuses tienen una conducta que no se puede admitir y no creo que la integración sea un problema exclusivamente francés", consideró.
En Bagnolet, al norte de París, diez encapuchados, cinco de ellos con armas de fuego, obligaron a descender a los pasajeros del autobús 122 y al conductor y robaron el vehículo. Los asaltantes amenazaron a los pasajeros con sus pistolas y colocaron una en la sien del chófer. Más tarde, lo incendiaron con gasolina en la localidad vecina de Montreuil.
Mientras, en Nanterre, al oeste de la capital, otro grupo de encapuchados prendió fuego también a un autobús, después de obligar a sus pasajeros a evacuar el vehículo. Asimismo, tres agresores lanzaron un cóctel molotov contra un autocar de línea en Athis-Mons, después de obligar a los pasajeros y al conductor a apearse de él. El chófer, sin embargo, pudo apagar después el incendio que se produjo tras la explosión del artefacto.
Un cuarto autobús, de una empresa privada, fue también incendiado, aprovechando que estaba aparcado en una calle de una barriada en los alrededores de Lyon (Este).
PROTESTAS DE SINDICATOS
Estos sucesos no han sido los únicos registrados en la víspera del primer aniversario de la ola de disturbios que estremeció Francia del 27 de octubre al 20 de noviembre de 2005. Policía y bomberos fueron apedreados en Corbeil-Essonnes, cuando acudieron a extinguir el incendio intencionado de un coche. Un menor de 16 años fue detenido.
En el departamento de Essonne, otro de los que rodean la capital, la compañía de transportes ha decidido suspender el tráfico de 17 líneas de autobuses desde la caída de la noche, por miedo a agresiones e incidentes de este tipo. "Contrariamente a lo ocurrido en 2005, donde nos enfrentamos a acciones espontáneas, ahora tenemos que hacer frente a agresiones que parecen organizadas y estructuradas por pequeñas bandas", criticó Cyrille Brown, secretario general de los conductores del sindicato CGT.
De cara a no atizar la tensión en estos barrios, y tras la polémica sobre el comportamiento de los medios de comunicación durante la ola de violencias de 2005, las televisiones y los diarios afrontan las informaciones sobre los disturbios con la "obsesión de evitar el sensacionalismo", según afirma hoy el diario 'Le Monde'.
"No queremos participar sacando el palmarés con las ciudades donde más coches se queman en Francia", explicó un portavoz de la pública France 3. Las cadenas de televisión apuestan por una cobertura más "sobria" y "analítica" y menos espectacular.
Asimismo, en relación con la persecución policial que provocó la muerte de dos adolescentes en Clichy-sous-Bois, el 27 de octubre de 2005, origen de la ola de violencias, once policías han sido convocados por los magistrados que investigan el caso. Los jueces estudian si los agentes evitaron ayudar a los dos adolescentes, cuando estos se habían quedado atrapados en una instalación eléctrica, donde murieron electrocutados.
HUMANISMO Y FIRMEZA
Ante la degradación social de estos barrios situados en las periferias de las grandes ciudades, donde hace un año se desató una ola de disturbios que provocó 6.000 detenciones y 10.000 vehículos incendiados, Villepin declaró que "es necesaria una política global y responsable: las mismas reglas deben aplicarse a todos".
El primer ministro aseguró que su Gobierno mantiene una "determinación sin fisuras" para conseguir mejorar las condiciones de vida en estas barriadas. "Oigo decir que no se ha hecho nada por los suburbios o que no cambia nada. Y no puedo aceptarlo", argumentó Villepin. El Gobierno ha invertido 100 millones de euros en el último año para renovar las infraestructuras y las viviendas de estas zonas. "Una acción a largo plazo", según el dirigente galo.
El ministro de la Justicia, Pascal Clément, aseguró hoy que con los jóvenes de los suburbios hace falta "al mismo tiempo mucha humanidad y mucha firmeza". "Son franceses de origen extranjero, con una dificultad de inserción profesional y social", constató el dirigente, entrevistado en Canal Plus Francia.
En relación al endurecimiento de las penas contra quienes ataquen a las fuerzas del orden, Clément precisó querer "demostrar que no es tolerable tender trampas (a la Policía) en bandas organizadas". "Si atacan a las fuerzas del orden serán juzgados por Cortes de lo Criminal", añadió.