Crónica Georgia.- El Gobierno de Tiblisi descuida su relación con las minorías azerbayana y armenia, según un estudio

ICG pide menos barreras lingüísticas y más representatividad para las minorías para evitar el aumento de la tensión

Europa Press Internacional
Actualizado: domingo, 26 noviembre 2006 14:22

MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno georgiano debe hacer más para integrar a las minorías armenia y azerbayana, que si bien no suponen una amenaza para la integridad política y territorial del país, sí que deben mejorar la representatividad de estas comunidades a todos los niveles, salvando sobre todo las barreras lingüísticas que afectan a sus miembros, incapaces en su mayoría de dominar la lengua oficial del estado, según un estudio del grupo ICG, publicado esta semana.

El informe reconoce la existencia de "algunos progresos", sobre todo en concepto de infraestructuras, así como la creación de un Ministerio para la integración cívica y la ratificación de un Acuerdo Marco para la Protección de las Minorías regionales, pero también se advierte de que la participación en la esfera política de los grupos minoritarios es exageradamente baja, y que regiones como Samstskhe-Javakheti y Kvemo-Kartli comienzan a experimentar tensiones a causa de la "supuesta política de represión policial", según el documento, que lleva teniendo lugar desde los últimos dos años.

Según el censo de 2002, más de 284.000 azerbayanos y casi 250.000 armenios viven en Georgia. La mayor parte de estos grupos se concentran en las dos zonas antes mencionadas que han estado sometidas, según el documento, a "las políticas discriminatorias de los ex presidentes Zviad Gamsakhurdia y Eduard Shevardnadze". Las minorías, además, han visto como tanto los Gobiernos de Azerbayán y Armenia han ignorado sus peticiones, lo que ha desembocado en un aislamiento de ambas comunidades respecto de los Gobiernos centrales.

Georgia no es extraña a los sentimientos independentistas: el ejemplo se aprecia claramente en los casos de Abjacia y Osetia del Norte, lo que hace que las peticiones de las minorías armenia y azerbayana para adquirir relevancia social sean contempladas con recelo y preocupación por parte de los georgianos que equiparan de forma "injusta", según ICG, las peticiones para una "mayor autonomía" con "separatismo".

REGIONES VOLÁTILES

En Samtskhe-Javakheti se concentra el 55% de los armenios residentes en Georgia. Un número suficiente para la creación de una identidad propia, que les ha llevado a definirse como los 'Javakhkhayer' (armenios de Javakethi), protagonistas este año de violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de Tiblisi, sobre todo en Akhalkalaki, donde más de un 90 por ciento de la población es de etnia armenia. El pasado 9 de marzo, la muerte de un emigrante armenio a manos de georgianos provocó una ola de protestas que pedían que el proceso judicial a los responsables se llevara a cabo en idioma armenio y por tribunales dirigidos por jueces de dicha etnia.

Si bien las manifestaciones subsiguientes han solicitado la autonomía local para los armenios residentes en la región, el uso del lenguaje sigue siendo el principal punto de fricción con el Gobierno central, según ICG. Las nuevas políticas impuestas por Tiblisi y que impiden a los armenios emplear su propio idioma (o el ruso, en su defecto) han provocado la limitación del acceso de este grupo minoritario al mundo laboral y al sistema educativo del país.

Sin embargo, el informe destaca que ni siquiera los propios armenios residentes en Georgia tienen claro qué entienden por "conciencia nacional". Para algunos, este término se identifica con autonomía cultural, pero otro sector cree necesario el completo desarrollo político, con la creación de un cuerpo ejecutivo propio para intentar conciliar dos intenciones opuestas; un grupo étnico independizado políticamente de Georgia que, al mismo tiempo, guarde lealtad a un Gobierno central que sólo propone dos alternativas, según el documento: o la integración completa, o el exilio.

No tan volátil es la situación en Kvemo-Kartli, donde casi la mitad de su población está compuesta por miembros de la etnia azerbayana. El informe señala que en parte se debe a que los inmigrantes de la zona son menos propensos a la mobilización, pero lo cierto es que la situación no está exenta de incidentes, principalmente relacionados con la agricultura, ocupación a la que se dedica la mayor parte de la población.

De hecho, el mayor conflicto registrado en la zona está directamente relacionado con la ocupación de tierras por parte del Gobierno de Georgia, con la instalación de un hipódromo de más de 1.000 hectáreas de extensión. Los agricultores demandaron que la mitad de dicho espacio fuera redistribuido para el cultivo, y ni siquiera el reemplazo del Gobernador local por el presidente georgiano Mijail Saakashvili --que durante este año ha concedido 0,5 hectáreas de tereno a 8.000 agricultores azerbayanos-- ha logrado reducir las tensiones, según el informe.

Además, la población azerbayana en Kvemo-Kartli ha experimentado una fuerte represeión policial. En 2005, el activista Haji Sadraddin Palangov desapareció sin dejar rastro en un suceso que a día de hoy sigue sin esclarecerse. En febrero de este año, nueve manifestantes fueron detenidos durante tres meses por violar el orden público durante una protesta en la que las fuerzas de la Policía georgiana intimidaron, según el documento, a los periodistas de Azerbayán presentes en el lugar. Estos y otros incidentes similares han llevado a estas minorías a creer que son "las víctimas de una campaña centralista que tiene como objetivo que abandonen el país", según el documento.

RECOMENDACIONES FINALES

A pesar de que la Constitución georgiana de 1995 garantiza en su artículo 38 el derecho de todos los ciudadanos a desarrollar su cultura natal y a hablar su propia lengua en privado, el creciente alejamiento de las minorías ha llevado al presidente Saakashvili a "intentar asegurar que estos grupos minoritarios se sientan parte de nuestra sociedad", según su propias palabras. Para ello, el presidente ha prometido invertir 129 millones de dólares en concepto de infraestructuras para ambas regiones, a lo que debe añadirse la creación de un Consejo Nacional para las Minorías (CNM), fundado en diciembre de 2005.

Sin embargo, ICG destaca que a pesar de que estos organismos intentan facilitar un acercamiento entre Gobierno central y provincias, los enviados especiales de Tiblisi "apenas mantienen contacto con la población inmigrante" y tienen "una escasa comprensión con respecto a sus necesidades".

En sus recomendaciones finales, ICG propone la implementación "de una política general más efectiva de apoyo a las minorías". Esto es, el empleo de la "acción afirmativa" para ayudar a las minorías a estar provistas de representación en los gobiernos locales, junto con la "creación de los cargos de defensores del pueblo" y, aumentar el papel de los consejos locales a través del CNM en el momento en que se propongan leyes o se tomen decisiones que afecten a las minorías que se encuentran en las zonas mencionadas.

Para mejorar la sensación de integración de las comunidades armenia y azerbayana, ICG propone que se permita el uso de su propio lenguaje, a nivel administrativo, en aquellos distritos donde la proporción de población inmigrante supere el 20 por ciento, poniendo un énfasis especial en el desarrollo de una educación bilingüe, desde los primeros cursos hasta la educación superior. En este último caso, ICG solicita que los estudiantes de estas comunidades puedan realizar exámenes de acceso a la universidad en su idioma natal.

Finalmente, el grupo de estudios también pide "que se mejore el acceso a las minorías al Gobierno local", eliminando barreras administrativas y permitiendo que se registren partidos políticos que representen de forma efectiva a armenios y azerbayanos por igual, recomendando al Parlamento georgiano que reduzca la tasa mínima de representatividad por nacionalidad al 5 por ciento de la población.

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