MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
Haití se dispone a completar el proceso democrático iniciado a principios de este año con la victoria del presidente René Preval y la proclamación del primer parlamento en casi una década, con la celebración mañana domingo de unas elecciones municipales en las que además terminarán de decidirse 14 escaños parlamentarios con el apoyo incondicional de la comunidad internacional, comprometida a través de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) que destinará, junto con la Policía local, más de 8.000 efectivos para proteger las más de 9.200 mesas electorales.
Sin embargo estas elecciones, las terceras que se desarrollarán en el curso de este año, pueden presentar un desafío mayor de lo previsto. Cerca de 29.000 candidatos se presentan a 1.420 puestos, que en su día fueron señalados 'a dedo' por el Gobierno provisional apoyado por Estados Unidos.
"Ya hemos elegido un presidente y un Parlamento. Ahora vamos a reemplazar a todos aquellos alcaldes y los representantes locales que carezcan de legitimidad", afirmó el portavoz del partido Fusión Social Democratica, Micha Gaillard, al diario estadounidense 'Miami Herald'.
Sin embargo, el Consejo Provisional Electoral (CPE) tiene la lección bien aprendida: los últimos vestigios del Gobierno de Jean Bertrand Aristide y del posterior interino, serán eliminados sin dar una sola oportunidad a la misma violencia que azotó el país el día en que el pueblo señaló a René Preval como nuevo presidente.
Entre las nuevas medidas tomadas por el CPE destaca la relocalización de cerca de 30.000 de los 3,5 millones de votantes registrados, para impedir que se repitan escenas de caos provocadas por aquellos que no sabían dónde depositar su voto "con los nombres de cada votante inscritos en el colegio electoral correspondiente", precisó el director del CPE, Jacques Bernard.
Además, se han habilitado 32 nuevos centros para la votación, elevando a 834 el número de colegios electorales, que albergan un número exacto de 9.228 urnas. La seguridad será un aspecto prioritario. Muchos funcionarios temen que los barrios superpoblados de la capital Puerto Príncipe vuelvan a albergar brotes de violencia esporádica hasta un punto en el que, de acuerdo con Bernard, "quizás sea imposible llevar a cabo las elecciones en determinadas zonas". En ese caso, la votación será cancelada en dichos distritos y pospuesta para nueva fecha. "Estamos examinando la situación y no tomaremos decisión alguna hasta la jornada de reflexión" de hoy sábado, según informó el director.
Sn embargo, el vicesecretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Albert Ramdin, ha mostrado más optimismo que su colega, y ha declarado que si bien el tema de la seguridad representa un desafío, confió igualmente en que "no perturbará el proceso".
"El Gobierno de Haití está preparado, la comisión electoral está lista, y espero una conducta ordenada, un alto grado de disciplina y una participación masiva", expresó Ramdin durante una reciente visita a Estados Unidos.
GRAN DESPLIEGUE
Por su parte, la MINUSTAH prepara un plan conjunto, en colaboración con las fuerzas de paz de Naciones Unidas y la Policía haitiana, para desplegar un total de más de 8.200 efectivos en las calles, con el objetivo de contener cualquier tipo de acto violento en el día de las elecciones, según informó el portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Stephane Dujarric.
La principal tarea de la misión consistirá en "aportar una fuerza de seguridad" con el correspondiente "apoyo logístico" que incluirá la distribución de "material electoral en la práctica totalidad de las mesas electorales del país", según informó Dujarric.
El portavoz aseguró tener en cuenta "el reciente estallido de violencia", al que consideró un fenómeno precedente a las "exitosas" elecciones de febrero, así como a las "fuerzas anti democráticas que puedan perturbar estas elecciones". Dujarric inistió en la confianza depositada en la creación de un "entorno seguro", en el desarrollo de las elecciones.
Por su parte la alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Louise Arbour, expresó su "seria preocupación" por el estado de las libertades personales en el país. Arbour denunció tanto las "detenciones arbitrarias y las ejecuciones extra judiciales" como la violación de los derechos "económicos y sociales sufridos por la población en una forma igualmente severa".
"La situación de los niños en el país es particularmente seria", afirmó la máxima responsable de la ONU en el campo de los DDHH. "Ellos son, con frecuencia, los objetivos de la violencia y su acceso a cuidados sanitarios y educación adecuados es limitado", afirmó, durante una rueda de prensa en Ginebra.
Estas denuncias tocan de cerca a las fuerzas de la ONU desplazadas en el país. El pasado jueves, la cadena británica BBC entrevistó, con motivo de un reportaje de investigación, a una niña de la calle de 11 años que denunció haber sufrido abusos sexuales por parte de tropas de la ONU en las puertas del palacio presidencial en Puerto Príncipe.
Otra adolescente de 14 años contó su secuestro y violación dentro de una base naval de la ONU en el país caribeño hace dos años. Pese a las evidencias médicas, las acusaciones fueron desestimadas por la ONU por falta de pruebas, y el supuesto atacante fue devuelto a su país de origen.
Haití es hoy el país más pobre del continente americano, con un Producto Interior Bruto (PIB) por habitante que no llega a los 480 dólares anuales. El 65% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, la esperanza de vida supera apenas los 50 años, y más de la mitad de la población no sabe ni leer ni escribir, según datos del Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Y si no fuera por la ayuda humanitaria que recibe el país, más de la mitad de la población no lograría sobrevivir.
El 47% de los haitianos sufre desnutrición crónica. De los que sobreviven, el 60% muere de VIH/Sida, la tasa más alta en el Caribe, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), o cae en la droga. Además, más de la mitad de la población carece de agua potable o acceso a instalaciones sanitarias, y la desigualdad entre la mayoría negra y la minoría mulata se hace cada día más grande.
A lo anterior se suma un crecimiento explosivo de la población, que pasó de cinco a ocho millones en los últimos 20 años, de los cuales el 38,6% es menor de 15 años.