Crónica Hungría.- El primer ministro continúa al frente del Ejecutivo y necesitará retomar las riendas del gasto público

Las movilizaciones de las últimas semanas y las críticas del presidente Laszlo Solyon y de la oposición no han minado a Gyurcsany

Europa Press Internacional
Actualizado: viernes, 6 octubre 2006 21:41

BUDAPEST, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, a pesar de haber sufrido un fuerte varapalo en las elecciones municipales del pasado domingo, puede estar tranquilo después de salir airoso de la moción de confianza, votada hoy en el Parlamento, con un saldo de 207 votos a favor y 165 en contra, obteniendo así el respaldo político a su paquete de medidas refomadoras y de transformación del ineficiente sector público del país.

Hungría ha tenido que hacer frente en pocos días a un tumulto de incidentes: concienciación nacional de las mentiras del Ejecutivo sobre la situación económica real del país, movilizaciones durante dos semanas para pedir la dimisión del primer ministro con la participación de nacionalistas y radicales, elecciones municipales y votación en el Parlamento de una moción de confianza a las próximas reformas económicas del Ejecutivo.

La tensión política vivida en las últimas semanas en el país ha convertido las elecciones municipales celebradas el pasado domingo en un auténtico plebiscito para la coalición gobernante. Una grabación publicada el pasado 17 de septiembre recogía unos comentarios del primer ministro Gyurcsany en los que admitía que el Gobierno había mentido durante año y medio sobre el estado real de la economía para conseguir ganar las legislativas de abril.

Por su parte, el presidente del país, Lazslo Solyom criticó duramente los medios "ilícitos" con los que Gyurcsany --uno de los ciudadanos más ricos de Hungría-- consiguió revalidar su título de presidente y subrayó el importante ataque a la democracia del primer ministro.

"Tal vez tengamos que pedir disculpas por haber permitido mantener las apariencias, es más, nosotros mismos sostuvimos la ilusión de que podíamos conseguir ingresos más altos y mayores sin acometer reformas", admitía hoy el primer ministro Gyurcsany.

MENTIRAS PARA REVALIDAR SU EJECUTIVO

Lo peor de la situación es que, después de haber mentido para conseguir revalidar su Gobierno en las elecciones del pasado abril, el Ejecutivo no ha puesto en marcha ninguna de las reformas económicas anunciadas, tan impopulares como necesarias, alentanto, así, un espejismo de bonanza, que sólo ahora ha comprendido la necesidad de retomar.

Tras varias semanas de manifestaciones multitudinarias que exigían su dimisión --decenas de detenidos, heridos y asalto a la televisión pública incluidos--, Gyurcsany ha sabido jugar su mejor partida al promover él mismo una moción de confianza de los grupos parlamentarios, moción a la que se vio obligado después de tener que hacer frente a la repulsa por haber mentido a los ciudadanos sobre la situación económica real del país y tener que enfretarse a numerosas protestas civiles, impulsadas por la oposición que lidera Viktor Orban y su Partido Fidesz. La economía de Hungría soporta en la actualidad el mayor déficil público de toda la Unión Europea, por encima del 10 por ciento.

Todo empezó cuando hace escasas semanas se difundió un mensaje grabado en el Parlamento, en el cual el primer ministro admitía a sus compañeros de filas que la situación económica Hungría no podía sostenerse por mucho más tiempo sin acometer reformas "impopulares", como reducir subvenciones, recortar gastos sociales o aumentar las cuotas de los contribuyentes para sanidad y educación universitaria.

GUYRCSANY SE NIEGA A DIMITIR

Estas declaraciones provocaron tal aluvión de protestas pidiendo la dimisión del premier húngaro, que incluso el presidente Lazslo Solyom tuvo que desmarcarse del primer ministro y exigió que el Parlamento, en la moción de confianza al Gobierno, devolviera la confianza a los electores. Las consignas nacionalistas y la presencia de grupos radicales en las mismas hacían pensar no sólo en la dimisión de Gyurcsany, algo a lo que se negó rotundamente, sino también en una amplia victoria de la derecha en las elecciones municipales.

A la vista de dichas elecciones, el primer ministro decidió habilmente someter su programa de reformas económicas a votación parlamentaria a través de una moción de confianza. "Además de para respaldar las políticas del Gobierno, esta moción de confianza servirá también al primer ministro", explicó Gyurcsany, cuya pretensión siempre fue obtener la legitimidad de su cuestionada figura.

"He escuchado las voces críticas y comprendo la responsabilidad del Gobierno", admitió el primer ministro, consciente de que los aliados del Gobierno, el Partido Socialista y la Alianza de Demócratas Libres, controlan 210 de los 386 escaños del Parlamento, por lo que muchos creen que la moción de confianza se ha convertido en una mera formalidad.

Antes de conocer el resultado de dicha moción, el primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, se disculpó por no haberse enfrentado a la realidad económica del país y haber acometido reformas antes de las elecciones generales del pasado mes de abril. En este sentido, admitió no que tanto él como su Gobierno no fueron lo suficientemente valientes como para hacer frente a las políticas insostenibles del Ejecutivo hasta el momento.

Sin embargo, Gyurcsany subrayó que no intentó engañar deliberadamente al país y rechazó haber falsificado datos. "No tuve el suficiente coraje de decir a los votantes a sus ojos que todo lo que hice, todo lo que hicimos, todo lo que hizo y creyó mucha, mucha gente en Hungría en los últimos años, estuvo basado parcialmente en un autoengaño, y en parte por la falta de valor", añadió.

Ahora sí que el Gobierno de Gyurcsany necesitará tener valor para poner en marcha medidas austeras y reformas dirigidas a reducir el amplio déficit público, que superior al 10 por ciento del PIB es el mayor de toda la UE.

Con la moción, Gyurcsany consiguió además dar al traste con la propuesta del ex primer ministro y líder de la oposición, Viktor Orban (Fidesz), de crear un Gobierno de expertos para que el país salga de la crisis en la que se encuentra.

MOCIÓN CON NOTA

A pesar de haber aprobado la moción con nota, los partidos de la coalición gobernante, el Partido Socialista y la Alianza de Demócratas Libres, han sufrido una clara derrota en las elecciones municipales celebradas el pasado domingo.

Los mismos partidos que respaldan al Gobierno húngaro renovaron hoy su apoyo a Gyurcsany, a pesar de la contundente derrota en las elecciones. "La actual coalición de gobierno respalda la política de reformas y al primer ministro Ferenc Gyurcsany", afirmó el líder del Partido Socialista, Istvan Hiller. También la Alianza de Demócratas Libres mostró su apoyo al primer ministro a través de Gabor Kuncze, que sostuvo que "no existe otro modo de sacar adelante el programa de convergencia y las reformas que conlleva. Ferenc Gyurcsany ha mostrado su compromiso al respecto".

Contenido patrocinado