BRUSELAS, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea aprobó hoy un nuevo contingente de 10 millones de ayuda humanitaria para la población de Líbano y otros 11 millones para apoyar la evacuación de ciudadanos de países no europeos cuyos Gobiernos carezcan de medios suficientes para ayudarles a abandonar el país.
Los 10 millones de ayuda para los libaneses se suman a los otros 10 que Bruselas aprobó la semana pasada con el mismo objetivo. Asimismo, hoy solicitó a las autoridades presupuestarias de la UE --el Consejo y el Parlamento Europeo-- la movilización de una reserva presupuestaria de 30 millones, que también se dedicarían a ayuda humanitaria para la población de Líbano, y que elevaría su contribución global a 50 millones de euros.
El portavoz de Desarrollo y Ayuda Humanitaria del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj, explicó que estos fondos forman parte del presupuesto de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión (ECHO) y que serán repartidos sobre el terreno entre las agencias de la ONU, la Cruz Roja y las organizaciones no gubernamentales en coordinación con las que trabaja Bruselas.
A este respecto, la Comisión Europea insistió hoy en las dificultades que existen en la actualidad para que la ayuda pueda llegar efectivamente a las víctimas a las que va dirigida. Aunque Altafaj señaló que se han dispuesto "algunos corredores" humanitarios, añadió que "la seguridad sigue siendo la principal preocupación" y "es necesario abrir más corredores".
Agregó que hay problemas de acceso en las fronteras marinas y terrestres de Líbano y que aunque algunos convoyes de ayuda han conseguido llegar a sus destinos en el sur del país, otros siguen esperando fuera de Beirut o en las fronteras de Siria y Jordania.
CIUDADANOS NO EUROPEOS
La segunda cantidad de ayuda que anunció la Comisión se refiere a los 11 millones de euros del presupuesto de ECHO que se emplearán para facilitar la evacuación de ciudadanos no europeos, con prioridad de la población "más vulnerable", entre ella, mujeres solas y niños.
Esta cantidad se gestionará a través de la Organización Internacional de Migraciones y
también se empleará para financiar asistencia médica para los evacuados en los países de tránsito hacia sus naciones de procedencia, particularmente Chipre, Jordania y Siria, así como para procurar una "repatriación ordenada" hacia ellos.
Según informó la Comisión en un comunicado, antes del estallido de la actual crisis había en Líbano entre 100.000 y 200.000 trabajadores procedentes de países en desarrollo, particularmente de Sri Lanka, Filipinas, Etiopía o Bangladesh y también de Ghana, Vietnam, Nepal y países del este de Europa y Rusia.
Con este nuevo contingente Bruselas confía responder a la reclamación que lanzó la ONU la semana pasada pidiendo 150 millones de dólares de ayuda humanitaria para hacer frente a la crisis que atraviesa Líbano. "La Comisión sola está dando 50 millones de euros (sumando a los 20 ya concedidos los 30 millones más que ha solicitado la institución), pero los Estados miembros también están contribuyendo con este esfuerzo humanitario", dijo Altafaj, que apuntó que es cierto que la aportación de los socios europeos "no se está produciendo al mismo nivel".
DISMINUCIÓN DEL PRESUPUESTO
Estas aportaciones económicas proceden del presupuesto de ECHO, que el portavoz de Desarrollo admitió que "está disminuyendo dramáticamente en los últimos meses", puesto que, además de la aportación a Líbano, recientemente se aprobaron otros 50 millones para Gaza y Cisjordania y 14 para la región sudanesa de Darfur.
El portavoz admitió que "estamos bajo una fuerte presión desde el punto de vista financiero", aunque aseguró que "aún tenemos posibilidades financieras para seguir adelante".
El presupuesto global de ECHO para este año es de 496 millones de euros, de los cuales 69 millones se reservan para "crisis inesperadas", como es este caso, aunque Altafaj apuntó que Líbano también se beneficia de ayudas que ya habían sido programadas anteriormente.
Agregó que a principios de año se hace una programación general para destinar fondos a lugares con crisis en desarrollo o donde pueden preverse, por lo que no hay que temer que el empeoramiento del conflicto en Oriente Próximo pueda restar recursos económicos europeos a otras zonas necesitadas del mundo.
Según datos comunitarios, de los 69 millones para crisis inesperadas actualmente solo quedan siete millones, puesto que a finales del mes de junio había 27, de los que hay que restar los 20 que se han aprobado entre hoy y la semana pasada para Líbano.
Altafaj subrayó que "este año ha sido particularmente difícil y la Comisión ha estado particularmente comprometida para llevar ayuda humanitaria en regiones como Darfur y otras crisis". Por eso, añadió que "ahora las reservas de ECHO están bajo presión", lo que explica el llamamiento de la Comisión para ampliar el fondo de reservas.
No obstante, fuentes comunitarias indicaron que no hay temor de que un eventual empeoramiento de la situación en Oriente Próximo pueda hacer que la zona deje de recibir ayuda, puesto que, además del presupuesto comunitario, consideraron que la presencia mediática del conflicto ejerce una presión suficiente que hace confiar tanto en la solidaridad de los países árabes como en las aportaciones individuales de los Estados miembros.