MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
El centro de estudios Grupo Internacional de Crisis (ICG, por sus siglas en inglés) aseguró hoy que la influencia política del movimiento chií Hezbolá en Líbano "no se ha debilitado ni se ha erosionado" a pesar de la ofensiva militar israelí contra sus instalaciones, y advirtió de que los actuales ataques israelíes contra objetivos civiles podrían desestabilizar al conjunto de Líbano y romper su frágil equilibrio religioso, con los consiguientes enfrentamientos sectarios entre las diversas comunidades.
El ICG emitió hoy un informe en el que examina el doble frente abierto en Oriente Próximo tras la captura de tres soldados israelíes por militantes palestinos de Hamás y en Líbano por las milicias de Hezbolá, al tiempo que recomienda una solución política para resolver ambos conflictos de forma urgente.
El informe, titulado 'Israel, Palestina, Líbano: Saliendo del Abismo', sugiere que se aborden los conflictos de forma independiente y mediante una solución negociada con condiciones específicas que permitan llegar a un alto el fuego permanente y a la cancelación de las operaciones israelíes en la franja de Gaza y en Líbano.
HEZBOLÁ Y LÍBANO
En relación al conflicto abierto en Líbano desde hace ya dos semanas, el informe descarta que se vaya a conseguir una solución inmediata por la vía militar, a la que califica de "poco realista y contraproducente". La crisis, según ICG, ha alcanzado cotas inesperadas por el secuestro de los dos soldados israelíes el pasado 12 de julio, lo que ha llevado al Ejército hebreo a intensificar los ataques sobre los puntos fuertes de Hezbolá para intentar controlar la situación lo antes posible en todos los frentes en los que combate.
El secuestro se produjo durante un enfrentamiento con artillería en el sur de Líbano entre milicianos y las fuerzas israelíes. Tras confirmar el secuestro de los militares, el Ejército israelí atacó puentes y posiciones de Hezbolá en Líbano y realizó un incursión en su territorio para tratar de localizar a los abducidos. El Ejército amenazó con hacer retroceder a Líbano 20 años si no se libera a los soldados hebreos.
La intensidad de este conflicto que se ha cobrado hasta el momento 464 muertos (422 en Líbano, 42 en Israel), según el informe, requiere que la tensión se reduzca para facilitar el fin de las hostilidades basado en dos pasos: el intercambio de prisioneros y el fortalecimiento de la presencia de Naciones Unidas en la zona a través de la llegada de una fuerza de apoyo internacional para suplir la actual debilidad del Ejército libanés. Se recomienda a Israel que se abstenga de prolongar una lucha armada que podría llevar al país a la ruina social, económica y política.
Además, ICG advierte de que la importante posición de Hezbolá en el país "no se ha debilitado ni se ha erosionado a pesar de las críticas a sus ataques con cohetes sobre suelo israelí". Según el centro de estudios, en el pasado los ataques de Israel contra Hezbolá se habían centrado en objetivos militares y habían unido a la opinión pública libanesa alrededor de este movimiento.
No obstante, con los actuales ataques israelíes contra objetivos civiles y con un Gobierno de Beirut incapaz de combatir a Hezbolá, situar a la milicia chií y a sus partidarios contra las cuerdas podría causar una reacción que pondría en peligro el frágil equilibrio religioso de Líbano y derivar en enfrentamientos sectarios entre las diversas comunidades. En el mismo Hezbolá hay dos posturas diferentes, entre su movimiento más estrictamente chií libanés y su rama panislámica más mesiánica.
Aparte, los expertos internacionales del grupo señalan que el alto el fuego debería ser respaldado por una serie de esfuerzos diplomáticos internos en consonancia con los Acuerdos de Taifa, firmados en 1989 y que pusieron fin a la guerra civil libanesa.
Dichas negociaciones deberían estar enfocadas al regreso de la población desplazada, la reconstrucción de Líbano mediante la ayuda financiera internacional, la reforma del sistema político y la petición de ayuda a Siria, integrando al Gobierno de Damasco dentro de la "ecuación regional" para contribuir a la pacificación en Líbano a cambio de un programa de incentivos.
Siria retiró sus tropas y su servicio de inteligencia de Líbano durante la primavera del pasado año tras casi 30 años de presencia. Fue la resolución 1559 de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la que reclamó la retirada de todos los efectivos sirios y la suspensión de la influencia de Damasco en los asuntos internos del país vecino.
FRANJA DE GAZA
En el caso del conflicto abierto en la franja de Gaza, la solución residiría en la fórmula 'gobernanza a cambio del cese de las hostilidades'. El informe señala que Hamás ha lanzado a la comunidad internacional un mensaje claro: "dejadnos gobernar, o mirad cómo luchamos". El documento también advierte de un posible colapso del Gobierno de Hamás ante la presión ejercida por Israel, las potencias occidentales, el partido Al Fatá (del presidente Mahmud Abbas) y la mayoría del mundo árabe.
Así, ICG recomienda iniciar un proceso de paz en la zona a través del intercambio de prisioneros, la restauración del alto el fuego y principalmente, "el fin del boicot internacional al Gobierno de la Autoridad Palestina".
Para ello, el grupo de expertos recomienda que los diálogos para el fin de las hostilidades en Gaza se asienten sobre los mecanismos creados dentro del propio Gobierno palestino, como el Documento de Conciliación Nacional, firmado el pasado 25 de junio por Al Fatá, Hamás y otras organizaciones palestinas y que, junto con la decisión del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, de formar un Gobierno unitario, deberían evitar que el Cuarteto (conformado por la Unión Europea, Estados Unidos, Naciones Unidas y Rusia) imponga su propio marco de desarrollo.
El conflicto estalló tras el secuestro soldado israelí Guilad Shalit, de 19 años de edad, durante un ataque de militantes palestinos contra la base militar de Telem, cerca del cruce fronterizo de Kerem Shalom. Desde su desaparición se han desarrollado intensos esfuerzos diplomáticos, entre ellos la mediación de una delegación egipcia en la franja de Gaza.