Tras la decisión británica, Países Bajos anuncia que ya se cumplen las condiciones para que Taylor sea juzgado en La Haya
LONDRES/LA HAYA, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno británico anunció hoy que está dispuesto a encarcelar en su país al ex presidente y señor de la guerra liberiano Charles Taylor en caso de ser condenado por crímenes de guerra por el Tribunal Especial de la ONU para Sierra Leona. Tras el anuncio británico, y en relación directa con él, el Gobierno holandés afirmó que ya se cumplen las condiciones para que el proceso abierto por el Tribunal Especial de la ONU para Sierra Leona contra Taylor se pueda celebrar en La Haya. Taylor deberá afrontar once cargos de crímenes contra la Humanidad en Sierra Leona por su apoyo a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) durante la guerra civil de Sierra Leona.
"Me complace que seamos capaces de responder positivamente a la petición del secretario general de Naciones Unidas (Kofi Annan), de forma que, en caso de ser condenado, Charles Taylor cumpliría su sentencia en Reino Unido", afirmó la ministra de Asuntos Exteriores británica, Margaret Beckett, en un comunicado.
"Mi decisión se basa en dos argumentos convincentes. En primer lugar, la presencia de Taylor en Sierra Leona supone una amenaza para la paz en la región. En segundo lugar, demostraríamos mediante acciones concretas el compromiso de Reino Unido con la Justicia internacional", concluyó. Suecia, Dinamarca y Austria se habían negado a encarcelar a Taylor su país.
La presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, quien llegó al poder el pasado mes de enero, había expresado su temor de que si Taylor fuese juzgado en Africa se desencadenase una nueva oleada de violencia. Por su parte, la organización humanitaria Human Rights Watch elogió hoy la decisión del Gobierno británico, que "permite superar el principal obstáculo para que el ex presidente sea trasladado a La Haya".
Reino Unido, antigua potencia colonial en Sierra Leona, envió tropas al país en 2000. Al respecto, el secretario de Estado británico para Africa, Lord Triesman, recordó hoy que el Gobierno de Londres fue el que inició el proceso en Sierra Leona. "Ahora queremos acabarlo", declaró. "Creemos que esta es una señal. Probablemente la mayor señal que se le puede enviar a cualquier persona en África, la de decirle que no hay inmunidad, que los mayores criminales serán llevados ante la justicia y que si son sentenciados, deberán cumplir su tiempo en la cárcel", declaró Triesman.
Taylor se enfrenta a once cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad por su presunto respaldo a los rebeldes del Frente Revolucionario de Sierra Leona (RUF) durante la guerra civil en este país entre 1991 y 2002. Aunque los cargos sólo se refieren a Sierra Leona, Taylor está acusado de fomentar la violencia en su país y en otros puntos del Africa occidental. El RUF fue tristemente célebre por sus mutilaciones de civiles, a los que amputaban sus brazos o sus piernas con machetes.
JUICIO EN PAÍSES BAJOS
En estas circunstancias, el Gobierno holandés afirmó hoy que ya se cumplen las condiciones fijadas para albergar el juicio por crímenes de guerra contra el ex presidente liberiano Charles Taylor en La Haya. Charles Taylor se encuentra actualmente en Freetown, en poder del Tribunal de la ONU.
"Se han satisfecho todas las condiciones que habíamos fijado", indicó la portavoz del Ministerio de Exteriores holandés, Hannah Tijmes. "Lo que necesitamos es que se adopte una resolución por parte del Consejo de Seguridad y esperamos que eso ocurra en unos pocos días", añadió. Asimismo, Tijmes indicó que el Parlamento holandés aún debe aprobar una ley para que el juicio pueda celebrarse en La Haya, pero estimó que este trámite no debería bloquear el procedimiento.
Taylor fue capturado en Nigeria el pasado mes de marzo, tras un rocambolesco intento de fuga desde su dorado exilio nigeriano --vivía desde 2003 en la localidad costera de Calabar-- hacia Camerún, y trasladado a Sierra Leona, donde se declaró inocente el pasado 3 de abril ante el Tribunal Especial de la ONU. Todavía no se ha fijado una fecha para el juicio, a la espera de que se decidiera dónde iba a ser juzgado.
El Tribunal había pedido que el Tribunal Penal Internacional (TPI), con sede en La Haya, cediera sus instalaciones para que se pudiera celebrar el juicio fuera de África, por razones de seguridad, pero el Gobierno holandés había fijado como condición que un tercer país accediera a encarcelarlo en caso de condena. Ahora que Reino Unido se ha ofrecido para ello y que Países Bajos ha visto satisfechas sus condiciones, ya se podrá someter a votación el borrador de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pide el traslado del juicio.
ACUSACIONES CONTRA TAYLOR
Taylor está acusado por el Tribunal Especial para Sierra Leona de crímenes de guerra y de lesa humanidad contra el pueblo de Sierra Leona por su apoyo a los rebeldes del RUF, liderados por el tristemente célebre Fody Sankoh, durante el conflicto sierraleonés (1991-2001).
En el acta de acusación, firmada en marzo de 2003, el Tribunal Especial para Sierra Leona inculpa a Charles Taylor por crímenes contra la Humanidad cometidos en el contexto de "un amplio y sistemático ataque dirigido expresamente contra la población civil" por los rebeldes de Sierra Leona, a quienes el ex mandatario supuestamente ayudó logísticamente y con armas entre 1996 y 2000.
Entre las acciones que según el Tribunal cometió el RUF con el apoyo o consentimiento de Taylor destacan los actos de terror contra civiles, incluidos castigos colectivos a las poblaciones que apoyaron al Gobierno electo de Sierra Leona o que no dieron suficiente ayuda a las tropas rebeldes, y los homicidios ilegales de civiles. "Las víctimas sufrieron con frecuencia disparos, hachazos hasta la muerte y quemaduras hasta la muerte", indica la acusación.
Asimismo, la acusación denuncia actos de violencia sexual contra las mujeres y niñas civiles, incluidas violaciones brutales, en ocasiones múltiples. Aparte, cientos de mujeres y niñas fueron obligadas a trabajar como esclavas sexuales, algunas de ellas durante años. El acta de acusación informa también de numerosos actos de violencia física contra civiles, incluidas amputaciones de miembros humanos u otras mutilaciones.
El Tribunal denuncia también el uso de niños soldados --niños y niñas menores de 15 años de edad-- en actos de combate. Muchos de estos menores habían sido secuestrados y posteriormente entrenados como combatientes en los campamentos de las fuerzas de Taylor, según la acusación.
También se incluye en la acusación la esclavización de civiles a los que se obligaba a trabajar en servicios domésticos y en las minas de diamantes, los saqueos e incendios de aldeas --en algunos casos fueron incendiadas todas las casas de algunos asentamientos-- y los ataques a las fuerzas de paz de Naciones Unidas y a trabajadores humanitarios, algunos de los cuales fueron asesinados y otros secuestrados.
En 1989, Taylor invadió Liberia al frente de un grupo rebelde procedente de la vecina Costa de Marfil. Fue el inicio de una guerra civil que en 14 años (1989-2003) causó 200.000 muertos y forzó al desplazamiento a la mitad de la población. Por entonces, la actual presidenta, Ellen Johnson-Sirleaf, le apoyaba, pero rompió poco después con él y en 1997 quedó segunda frente a éste en unas elecciones marcadas por el miedo. Su ruptura con el presidente y antiguo señor de la guerra le valió una acusación de traidora por parte de Taylor.
Taylor vivía exiliado en Calabar desde que se vio forzado a abandonar el poder en virtud del acuerdo de paz en 2003 que puso fin al conflicto de Liberia.