Crónica Portugal.- El combate al déficit y la inversión tecnológica, las banderas del primer año del Gobierno socialista

Actualizado: sábado, 11 marzo 2006 18:27

LISBOA, 11 Mar. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -

El Gobierno socialista del primer ministro José Sócrates celebra un año de Gobierno, en el que se empeñó en transmitir un mensaje de confianza en la economía portuguesa al mismo tiempo que inició el camino para reducir el déficit y retomar el crecimiento de la economía, con medidas restrictivas que obtuvieron una fuerte contestación social, aunque, a pesar de ello, mantiene un nivel de popularidad alto.

La principal promesa de Sócrates cuando ganó las elecciones de febrero de 2005 con mayoría absoluta fue promover el crecimiento económico mediante el choque tecnológico. Hasta ahora las medidas adoptadas se han centrado en sus dos mayores preocupaciones, reducir el déficit al 3% hasta 2008, tal como obliga el Pacto de Estabilidad Económica de la UE, y alcanzar al final de la legislatura, en 2009, una tasa de crecimiento económico del 3%, creando 150.000 puestos de trabajo. La herramienta para lograrlo es el Plan Tecnológico.

Los problemas del primer ministro se agravaron a los dos meses de llegar al Gobierno, cuando una comisión independiente presidida por el máximo responsable del Banco de Portugal, Víctor Constancio, estimó que el déficit presupuestario alcanzaría el 6,83% a finales de 2005.

Esa cifra, muy superior a la prevista por el Gobierno, obligó a Sócrates ha adoptar un programa de austeridad en el que tuvo que romper promesas electorales e incluir medidas no previstas y realmente impopulares y que tuvieron un precio político, como se demostró en las elecciones municipales que perdieron los socialistas.

La subida del IVA del 19 al 21%, la subida de impuestos, la congelación de las promociones en la función pública, el aumento de la edad de jubilación hasta los 65 años y la equiparación de la seguridad social de la administración a la de la empresa privada, fueron algunas de la medidas tomadas para controlar el déficit presupuestario y que provocaron una fuerte contestación social con huelgas y manifestaciones en todos los sectores: función pública, militares, policías, jueces, profesores, enfermeros, médicos y farmacéuticos, entre otros.

Pero al mismo tiempo, el primer ministro se encargó de transmitir un mensaje de confianza en la economía del país. El anunció del Plan Tecnológico, con unos 25.000 millones de euros en inversiones, fue la gran bandera de este Gobierno, pero también el causante de la única crisis interna a la que se ha enfrentado Sócrates, una vez que el ministro de Finanzas, Luis Campos e Cunha, dimitió por tener dudas sobre la viabilidad económica del proyecto. Fue sustituido por Fernando Teixeira dos Santos.

A pesar de la austeridad presupuestaria, el Gobierno socialista tuvo que enfrentarse, sin recurrir a partidas extraordinarias, a diversos imprevistos, como las indemnizaciones a los agricultores por la grave sequía que vivió el país, o los incendios que asolaron Portugal este verano, el peor de los últimos 10 años.

En los últimos meses, aunque sin olvidar nunca el control presupuestario, la política del Ejecutivo socialista se centró en promocionar sus medidas, especialmente el Plan Tecnológico. El primer ministro anunció contratos de inversión extranjera por más de 7.000 millones de euros, así como el gran acuerdo logrado con Microsoft. Pero también en reducir el peso del Estado en la economía con un plan de privatizaciones que incluye empresas como Galp, EDP o TAP.

En materia de política exterior Sócrates definió como prioritarias sus relaciones con España, con el Magreb y con los países africanos de expresión portuguesa. Además, logró salir de las negociaciones de las perspectivas financieras para 2007/20013 de la Unión Europea sin grandes críticas de la oposición y con elogios de las asociaciones empresariales, ya que garantizó casi los mismos fondos que para el período anterior.

Ahora el objetivo pasa por aumentar la confianza de empresarios y consumidores, ya que aunque ha mejorado se mantiene negativa, y la producción industrial. Equilibrar la balanza comercial y reducir la deuda exterior. Todo a pesar de que los últimos indicadores económicos, divulgados ayer, son más bajos de lo esperado y el PIB en 2005 fue del 0,3% en vez del 0,5 previsto.

Para su segundo año el ejecutivo mantiene su previsión de crecimiento del 1,1% para 2006 y promete mantener el ritmo elevado de reformas. En el área económica "desburocratizar y concretar la inversión" serán prioritarias, así como la "cualificación y modernización " de la función pública, aseguró el ministro de la Presidencia, Silva Pereira.

Pero a pesar de la situación económica, de las medidas austeras, de perder las elecciones municipales y las presidenciales, el primer ministro socialista sigue manteniendo un alto nivel de popularidad.