Crónica RDC.- El fantasma de una de las mayores matanzas de la historia recorre las primeras elecciones de la RDC

La campaña se ha caracterizado por abusos, violencia y hostilidades entre candidatos, muchos de ellos antiguos 'señores de la guerra'

Europa Press Internacional
Actualizado: sábado, 22 julio 2006 15:51

MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -

A falta de una semana para que se celebren las que deberían ser las primeras elecciones democráticas y multipartidistas de su historia, los 62 millones de habitantes de la República Democrática del Congo siguen padeciendo un clima de inseguridad y de violencia que recuerda que no hace mucho tiempo este atribulado país sufrió uno de los conflictos armados más sangrientos de todos los tiempos.

El clima político se está volviendo cada día más tenso debido a la creciente hostilidad entre los candidatos, las amenazas a periodistas y políticos y las críticas de la oposición a la comunidad internacional. A principios de julio, más de la mitad de los candidatos llegaron a pedir la suspensión inmediata de la campaña electoral y demandaron una investigación sobre varias acusaciones de irregularidades.

La propia Misión de Naciones Unidas (MONUC) condenó el pasado jueves las violaciones de Derechos Humanos cometidas en el transcurso de la campaña electoral, como los acosos a periodistas y defensores de Derechos Humanos y las medidas arbitrarias contra los actos públicos de la oposición. Asimismo, la Misión denunció que en las últimas semanas se han registrado episodios de violencia y vandalismo en Goma (Kivu Norte), Mbuji Mayi (Kasai Oriental), Kananga (Kasai Occidental) y la provincia de Ecuador, y condenó los "discursos de odio y xenófobos" detectados en algunos candidatos.

En estas circunstancias, el Comité Internacional de Acompañamiento de la Transición (CIAT) --formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Sudáfrica, Angola, Bélgica, Canadá, Gabón, Zambia, la Unión Africana (Comisión y Presidencia), la Unión Europea (Comisión y Presidencia) y la MONUC-- solicitó hoy el "acuartelamiento" de las fuerzas armadas, incluida la guardia presidencial, "antes, durante y después de las elecciones" a fin de "promover una atmósfera de serenidad y sosiego durante las votaciones" y de afirmar "el carácter apolítico del Ejército".

LOS CANDIDATOS

El próximo 30 de julio, más de 9.000 candidatos optarán a ocupar los 500 escaños del Parlamento y 33 candidatos intentarán hacerse con la Presidencia de la República. Para elegir entre tantas opciones, los congoleños deberán utilizar las papeletas electorales más grandes de la historia, con hasta seis páginas en las que aparecerán los nombres, fotografías y símbolos de los partidos.

A finales de mayo, la Comisión Electoral Independiente (CEI) publicó la lista oficial de los 33 candidatos a la Presidencia de la República. Entre ellos figuran el presidente Joseph Kabila y tres de sus cuatro vicepresidentes, todos ellos líderes de antiguos grupos rebeldes: Jean-Pierre Bemba, del Movimiento para la Liberación de Congo; Azarias Ruberwa, de la Asamblea Congoleña para la Democracia; y Arthur Z'Ahidi Congo, del Campamento de la Patria.

Poco antes, la principal formación opositora, la Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS), liderada por el prestigioso Étienne Tshisekedi, había renunciado a presentarse a las elecciones debido a irregularidades en el proceso electoral.

A la espera de acontecimientos, el proceso actual electoral supone la culminación de un periodo de transición que comenzó con la aprobación en el referéndum del pasado mes de diciembre de la Constitución y su promulgación el pasado mes de febrero.

LA PRIMERA 'GUERRA MUNDIAL AFRICANA'

La última vez que los congoleños acudieron a unos comicios nacionales fue en 1970, cuando Mobutu Sese Seko se presentó a unas elecciones presidenciales como único candidato. Mobutu, que obligaba a todos los ciudadanos de la entonces Zaire a afiliarse a su partido y a votarle, ejerció el poder durante 32 años hasta que fue derrocado tras la guerra de 1996-1997 en la que los rebeldes apoyados por Ruanda tomaron el control del país.

Entre agosto de 1998 comenzó, con la invasión por parte de las tropas de Ruanda, Uganda y Burundi, la denomimada 'primera guerra mundial africana'. Con sus cerca de cuatro millones de muertos, no sólo fue el conflicto armado más grave registrado en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, sino que creó una profunda desconfianza de la población hacia la clase política, integrada por muchos de los que dirigieron las diferentes facciones rebeldes durante el conflicto y que se repartieron el poder cuando finalizó.

La guerra congoleña, como suele ocurrir con los conflictos africanos, se mantuvo oculta a la opinión pública internacional hasta que ya era demasiado tarde. Según la organización africanista Umoya, el Consejo de Seguridad de la ONU no emitió ninguna resolución sobre este conflicto hasta abril de 1999, nueve meses después del inicio, cuando aprobó un texto que ni siquiera incluyó ninguna medida coactiva urgente sobre los invasores. En este periodo ya habían muerto entre 600.000 y 800.000 congoleños.

En la actualidad, pese a que oficialmente la guerra concluyó hace tres años, la población congoleña sigue sufriendo las consecuencias. La organización humanitaria Intermón Oxfam (IO) informó a principios de este año de que más de mil personas mueren cada día en la RDC como resultado del conflicto entre el Gobierno y las guerrillas. Aparte, según Naciones Unidas, cerca de un millón y medio de personas están desplazadas, y casi otro millón y medio han vuelto a sus lugares de origen y necesitan ayuda para reconstruir sus vidas.

Los dos principales focos de conflicto se encuentran en Katanga, en el sur, y en las provincias de Ituri, Kivu Sur y Kivu Norte, en el este. Se trata de zonas habitadas por diversos grupos étnicos con relaciones históricamente conflictivas que viven en zonas de intersección controladas por diferentes grupos políticos armados congoleños, en su mayoría de base étnica. Algunas comunidades, manipuladas por sus líderes, siguen mostrándose profundamente recelosas ante el proceso de unificación del Ejército, por temor a la pérdida de protección de los grupos armados locales.

El olvido de la crisis de Katanga --donde sólo en 2005 se registraron 100.000 desplazados-- ha sido duramente criticado por la organización no gubernamental Acción contra la Impunidad y por los Derechos Humanos (ACIDH), con sede en Lubumbashi (capital de Katanga), que el pasado 18 de julio denunció que los candidatos de las presidenciales han ignorado las preocupaciones fundamentales de la población, como la falta de agua o de electricidad, la renegociación de los contratos mineros, la muerte de tantos millones de congoleños durante la guerra o la forma de acabar con la impunidad.

El otro foco de violencia entre rebeldes y Ejército se encuentra en las provincias del este del país, donde la tasa de mortalidad es un 93 por ciento mayor que la del conjunto de Africa subsahariana, según un estudio del diario médico británico 'Lancet'. Un ejemplo de la tensión en la zona es la muerte de cuatro personas el pasado miércoles en un ataque perpetrado por un grupo armado no identificado en la aldea de Ragarama (Kivu Norte) durante un mitin electoral del candidato independiente Jean-Luc Mutokambali.

La organización Global Witness denunció recientemente que los políticos y las empresas se apoderan fraudulentamente de una parte creciente de los minerales extraídos en Katanga, en particular cobre y cobalto, en perjuicio de la población de esta región. Asimismo, un reciente informe de la ONU acusó a Ruanda y Uganda de apoyar financiera y militarmente a varios grupos armados del este del país con el objetivo de explotar los recursos naturales.

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