MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) considera que "la comunidad internacional debe volcarse" en estos momentos en la República Democrática del Congo (RDC) y no dejar solo a este país tras las elecciones del próximo 18 de junio, ya que si no se protege a la emergente democracia congoleña volverán a surgir los problemas de seguridad y humanitarios que ha sufrido este país en las últimas décadas. Al respecto, la agencia alertó de que sólo tiene presupuesto para trabajar hasta junio en la RDC y que no sabe "qué va a pasar" tras los comicios.
"Quienes tienen que cambiar el país son sus habitantes, son los congoleños, pero solos no lo pueden hacer, no tienen medios para ello, es la comunidad internacional la que tiene los medios para salir adelante", declaró Alfredo Fernández, representante de ACNUR en Libenge, en la provincia de Ecuador (norte), en rueda de prensa organizada en Madrid por la Asociación de Corresponsales Extranjeros en España (ACPE) para informar sobre una misión efectuada por la sección española de ACNUR al país africano entre los días 3 y 12 de marzo.
"Es uno de los países más ricos de Africa, tiene oro, petróleo, gas natural, podría ser autosuficiente en la producción de alimentos, pero la gente no está acostumbrada a trabajar para el desarrollo, está acostumbrada a trabajar para su supervivencia, es una situación de posguerra continua", prosiguió.
El representante de ACNUR considera fundamental, por tanto, asegurar las ayudas internacionales a este país más allá de las elecciones generales --las primeras multipartidistas en 46 años de historia del país--, previstas para el próximo 18 de junio y que deberían poner fin al actual periodo de transición.
"El hecho de que puedan celebrarse elecciones en junio es algo excepcional en Congo", afirmó Fernández. "Mi primera misión en Congo fue en 1995, y entonces ya se hablaba de elecciones, pero ahora me lo estoy empezando a creer", prosiguió. "La gente está cansada de guerra y las personas que están fuera quieren regresar", aseguró. El conflicto civil, con fuertes conexiones internacionales, causó alrededor de cuatro millones de muertos entre 1998 y 2003.
"CLAVAR A ESTAS PERSONAS"
En este sentido, Alfredo Fernández advirtió de que el proceso de repatriación de los refugiados y de regreso a sus casas de los desplazados internos --más de 3,5 millones-- precisa de mucha más ayuda internacional, y lamentó que en la provincia de Ecuador, en la que él opera, "no hay dinero para la reintegración" de los refugiados.
"Si facilitamos la repatriación pero no reconstruimos el país, la situación de los refugiados se va a generalizar", explicó. "Lo que debemos hacer es clavar, fijar, a estas personas en el país para que no tengan que salir otra vez", manifestó.
Por ello, tras 20 años de conflictos internos, "éste es el momento en que la comunidad internacional debe volcarse en el Congo, ya que si les dejamos hacer las elecciones y luegos les abandonamos, sin proteger esa democracia desde el exterior, volveremos a tener problemas", aseveró.
Fernández puso como ejemplo de la reconstrucción la necesidad de ayudar a los niños y a los jóvenes en su formación. "Nosotros les damos lo necesario para los tres primeros meses de escuela, pero a partir de ahí son los padres los que tienen que buscarse la vida para que puedan ir al colegio", explicó. Muchos de esos niños "trabajan cultivando los campos de los profesores, porque ni los padres ni el Estado les pueden pagar los salarios".
En lo que respecta a la educación secundaria, la peor parte la pagan las niñas de entre 13 y 15 años de edad, que "para subir la nota o para poder ir a clase deben tener relaciones sexuales con los profesores". "Es un tema que estamos investigando, y aunque todo el mundo en Congo dice que es algo generalizado, como persona y como padre de familia no lo puedo consentir", declaró.
REGRESO DE LOS REFUGIADOS
Por su parte, la responsable de comunicación de ACNUR-España, Francesca Fontanini, quien participó en la reciente misión a la RDC, afirmó que la gran mayoría de los refugiados congoleños se encuentra en Tanzania --con 152.000--, frente a los 45.000 de Zambia, 23.000 de Uganda o los acogidos en Ruanda o Burundi.
Los cálculos de ACNUR indican que aproximadamente mil personas regresan a sus casas cada semana desde Tanzania, tras atravesar en barco el lago Tanganica --uno de los mayores del mundo-- y pasar noche en un centro de tránsito antes de su traslado a sus aldeas de origen.
"La gente quiere volver a sus casas", afirmó. Para ello, ACNUR les facilita una carta de repatriación voluntaria, puesto que el regreso "no es obligatorio", destacó. "Saben que cuando vuelvan las condiciones de vida en su país no serán fáciles, que falta agua, comida, vivienda, se tienen que alojar en las aldeas, en casas de personas que les acogen", prosiguió.
Estas personas reciben, en el momento de regresar, un paquete de comida calculado para tres meses, pero dado que muchos de ellos comparten vivienda y comida con las familias que les reciben, "el paquete que aporta ACNUR termina muy pronto".
Aparte, la población congoleña, tanto refugiada como la que reside en sus hogares, sufre numerosas enfermedades, como la malaria o el cólera debido a la falta de agua. Por si fuera poco, sólo el año pasado se registraron hasta 25.000 casos de violencia sexual, lo cual es particularmente grave en la población desplazada o refugiada, formada casi en su totalidad (un 75 por ciento, según Fontanini) por mujeres y niños.
El principal problema que tiene ACNUR en estos momentos es que "la contribución financiera no llega, a riesgo de bloquear las operaciones". "Hay presupuesto para trabajar hasta junio, pero tras las elecciones no sabemos qué va a pasar", advirtió.
Fontanini también destacó la importancia de incrementar las medidas de seguridad en el país mediante un refuerzo de 10.000 efectivos que se unan a los 17.000 'cascos azules' actualmente destinados. "Es la misma cantidad de soldados que había en Liberia, pese a que Congo es 22 veces más grande", explicó.