MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -
A pesar de haber transcurrido tan sólo 15 años desde que la autoproclamada República de Somaliland declarase su independencia respecto de Somalia y a pesar de que su soberanía no ha sido reconocida por ningún otro país, la democracia constitucional activa distingue a este territorio de la mayoría de entidades con aspiraciones secesionistas de la región, lo que ha llevado a un considerable número de gobiernos africanos y occidentales a mostrar interés en su causa.
La paz y la estabilidad que reinan en este territorio contrastan con el sur de Somalia, especialmente con la anárquica capital, Mogadiscio, donde los enfrentamientos entre milicias rivales han aumentado durante los últimos meses y se han cobrado cientos de vidas, según informó el grupo de estudios International Crisis Group (ICG).
Somaliland es un territorio independiente de facto ubicado en el noreste de Somalia, en el llamado Cuerno de África, en el este del continente africano. Limita al norte con el Golfo de Adén, al este con Puntland, al sur y suroeste con Etiopía, y al oeste con Djibouti. La República de Somalilandia fue proclamada por los clanes del norte en mayo de 1991 y comprende las regiones administrativas de Awdal, Hargeisa, Togdheer, Sanaag y Sool.
Sin embargo, el Gobierno de Transición Federal de Somalia (TFG por sus siglas en inglés) --que a día de hoy continúa luchando por superar las divisiones internas e imponer su liderazgo en el sur de Somalia-- reclama asimismo su soberanía sobre el territorio ocupado por la República de Somaliland.
Por su parte, según ICG, la Unión Africana (UA) debe desplegar su arsenal de medios diplomáticos para alcanzar una resolución que ponga fin a estas disputas antes de que la única salida a las mismas sea la vía de la violencia.
UNIÓN AFRICANA
En diciembre de 2005, el presidente Dahir Rayale Kahin presentó la solicitud de Somaliland para convertirse en miembro de la UA. Estas reclamaciones soberanas proceden del estatus independiente que el territorio mantuvo durante la era colonial y tras la independencia de Reino Unido, en junio de 1960.
Posteriormente, el territorio permaneció unido a Somalia en un intento por alcanzar el sueño de la 'Gran Somalia' --que habría incluido partes de Etiopía, Kenia y Djibouti--. Sin embargo, Somaliland busca ahora el reconocimiento de las fronteras que recibió tras su independencia.
A pesar de los miedos de que este reconocimiento pueda dar lugar a la fragmentación de Somalia u otros estados de la UA, una misión de esta organización concluyó en 2005 que la situación era "única y justificada en la historia política de Africa" por lo que "el caso no debía relacionarse con la idea de 'abrir la caja de pandora' a otros movimientos independentistas".
En ese sentido, recomendó que la UA "desarrollase un método especial para abordar este caso" lo antes posible. El pasado 16 de mayo, Rayale se reunió con el presidente de la Comisión de la UA, Alpha Umar Konare, para discutir la solicitud de entrada de Somaliland.
DEMOCRACIA Y SEGURIDAD
El territorio, según ICG, ha realizado grandes avances en la construcción de la paz, la seguridad y la democracia constitucional. Cientos de miles de refugiados y desplazados internos han vuelto a sus hogares, decenas de miles de minas han sido retiradas y destruidas y las milicias y clanes han sido integrados en una Policía y fuerzas militares unificadas.
Asimismo, el establecimiento de un sistema político multipartidista y la celebración de elecciones han convertido a Somaliland en un territorio excepcional y único en el Cuerno de Africa y el mundo musulmán. No obstante, el TFG continúa oponiéndose con fuerza a la independencia del territorio.
Las fuerzas de paz desplegadas en la región han optado hasta ahora por abordar esta cuestión de manera progresiva. El primer objetivo continúa siendo el establecimiento de un Gobierno para Somalia tras lo cual abordarán el problema de Somaliland.
Por otro lado, la Unión Europea ha advertido de que prestar atención a las reclamaciones de Somaliland en estos momentos podría desestabilizar el proceso de paz en el sur. Si la autoridad del TFG continúa expandiéndose, al disputa sobre este territorio se convertirá en una fuente de friccciones y podrá desembocar en un violento conflicto.
Somaliland ha reaccionado enérgicamente a las llamadas del TFG a favor del levantamiento del embargo de armas de la ONU sobre Somalia, asegurando que si esto ocurre responderá reforzando su propio Ejército. La perspectiva de una vuelta a oleada de violencia vivida a finales de la década de 1980 no es inminente ni inevitable, pero si suficiente para requerir más atención por parte de la UA, aseguró el ICG.
Para ambas partes, la cuestión independentista no es tanto un asunto político o legal sino de existencia. La mayor parte de los somalíes del sur están implicados con la idea de una República Somalí unida, mientras que la mayor parte de los habitantes de Somaliland --aterrorizados por la experiencia de una guerra civil, huidas y exilios-- hablan de la unidad como una cuestión del pasado.
De hecho, la juventud de Somaliland, que no ha conocido la Somalia Unida a la que los jóvenes del sur dan tanta importancia, se plantean la soberanía de su territorio como una cuestión de identidad. Una minoría de los habitantes de Somaliland --entre los que se encuentran algunas comunidades cercanas a la controvertida frontera con Puntland (noreste de Somalia) y una violenta red de yihaidistas islámicos-- son partidarios de la unidad.
Algunos observadores temen que, en ausencia de una separación negociada, la relación entre los dos vecinos pueda dar lugar a un volátil conflicto como el vivido entre Etiopía y Eritrea antes del estallido de la guerra fronteriza que ambos países sufrieron entre 1998 y 2000.
Para el, ICG son cuatro las cuestiones primordiales que deben abordarse. La primera de ellas gira en torno a si Somaliland debería ser recompensada por la creación de un gobierno estable y democrático al margen del caos que vive Somalia. En segundo lugar, el ICG insta a plantearse si debe recompensarse a Somaliland con la independencia o si esta opción tendría un impacto negativo en el futuro de la paz en la región así como cuáles serían las consecuencias de la preservación de una República Somalí unida. Sería importante también estudiar las implicaciones que podría tener el reconocimiento de Somalidand en el resto de conflictos separatistas del contnidente.
Para el ICG, "la cuestión no puede prolongarse de manera indefinida, sino que debe ser abordada". La solicitud de Somaliland para entrar a formar parte de la UA supone un punto clave para la diplomacia preventiva.
RECOMENDACIONES
En este sentido, ICG insta a la UA a responder a la solicitud de Somaliland y a no desaprovechar la oportunidad de funcionar como una tercera parte neutral sin perjudicar la determinación final del estatus soberano de Somaliland.
Para ello, el ICG pide a la UA que nombre un enviado especial que lleve a cabo labores de consultoría entre ambos lados y que en un periodo de seis meses elabore un informe sobre las perspectivas de las partes en cuestión de seguridad y política y prepare un documento con las bases legales e históricas de la disputa.
Por otro lado, el ICG pide la convocatoria de una sesión de consulta formada por miembros del Consejo de la Paz y la Seguridad que esté basada en las sesiones del Consejo de Seguridad 'Arria Fórmula' y en la que participen intelectuales, analistas políticos y expertos legales.