Crónica Sudán.- Un testigo asegura que Jartum quiere "eliminar" a los africanos de Darfur para apoderarse de sus tierras

Actualizado: miércoles, 25 abril 2007 15:14

Mohamed, un joven dirigente tribal fur, declaró sobre las matanzas ante el TPI con material recogido por dos reporteros españoles

MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un testigo de las matanzas de Darfur, de nombre Mohamed, aseguró hoy que las masacres que se viven en esta región del oeste de Sudán dede febrero de 2003 forman parte de un plan cuyo objetivo es "eliminar a los africanos y apoderarse de sus tierras". Asimismo, acusó a las fuerzas de la Unión Africana de estar "colaborando con las fuerzas de ocupación sudanesas y con sus aliados, los janjawid", y pidió la intervención "inmediata" de la comunidad internacional, que "después de dos años hablando y hablando no ha hecho nada" para parar la tragedia.

Mohamed, un joven de la etnia fur y coordinador de todos los jefes de su tribu, se encuentra en Madrid junto a su esposa, Amida, para presentar las pruebas sobre las matanzas de Darfur obtenidas de forma clandestina por un equipo de reporteros españoles de la cadena de televisión Odisea, así como para reclamar el fin de las masacres y la revisión de las cifras, ya que desde 2004 no se ha modificado el balance oficial de 200.000 muertos, pese a que algunas ONG estiman que podría llegar al millón.

El documental recoge imágenes inéditas de fosas comunes con restos de víctimas y testimonios de víctimas. Los resultados de este reportaje han sido aportados al Tribunal Penal Internacional (TPI), al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a la Oficina Europea de Derechos Humanos y a Amnistía Internacional.

"Tras los ataques, las cuatro tribus tradicionales que habitaban la zona se han visto desplazadas y en algunos casos reducidas a pequeños enclaves, y los lugares de los que fueron expulsadas fueron ocupados por sudaneses árabes que se instalaron libremente en estas tierras", explicó Mohamed en la rueda de prensa de presentación del reportaje, en el que él mismo colaboró muy activamente tanto en calidad de testigo como en la recogida de imágenes a través de una cámara oculta (esta última labor la realizó desde junio de 2006 hasta su reciente huida del país).

Estas "masacres por parte de Sudán forman parte de un plan diseñado en 1960 y que empezó a ponerse en marcha en 2000, y cuyo objetivo es "eliminar a los africanos y apoderarse de sus tierras", aseguró Mohamed, de quien no se han facilitado sus apellidos por motivos de seguridad.

Mohamed fue testigo directo de la muerte de su padre, de sus hermanos y de la mayoría de sus vecinos. "En mi pequeña aldea, en 2003, cuando comenzó la brutal ola represiva, en sólo media hora fueron asesinados una tercera parte de sus 600 habitantes", explicó.

El pasado mes de marzo, el joven fur pudo huir clandestinamente de su país junto a Amida, después de ser condenado a muerte 'de facto' (sin juicio previo), gracias a la ayuda de los reporteros de Odisea. Posteriormente, él mismo declaró en Kenia ante los investigadores del TPI sobre las torturas y asesinatos indiscriminados en su país, aportando para ello las imágenes obtenidas en el reportaje, que fueron incluidas en el sumario que por genocidio ha abierto el Tribunal contra varios miembros del Gobierno, la Policía, el Ejército y las milicias paragubernamentales 'janjawid'.

"DOS AÑOS HABLANDO SIN HACER NADA"

Las fuerzas de interposición de la Unión Africana, según Mohamed, "no sólo no protegen a la población, sino que quien se atreve a presentar una denuncia ante ellos termina en prisión; de hecho, están colaborando con las fuerzas de ocupación y represión", prosiguió el dirigente tribal fur.

"La única esperanza es que se establezca una fuerza internacional", advirtió Mohamed, quien pidió a la comunidad internacional "que acuda inmediatamente para parar las matanzas", ya que "después de dos años de hablar y hablar no se ha hecho nada".

El problema, en este sentido, es que Sudán se opone a la presencia de fuerzas de la ONU en el país "porque no quiere ponerse en el punto de mira de Al Qaeda", cuyo 'número dos', Ayman al Zawahiri, declaró recientemente "que cualquier presencia internacional en Sudán sería una agresión al Islam", explicó Mohamed.

La esposa de Mohamed, Amida, una joven de 18 años que pudo escapar del país junto a su marido, explicó (en lengua fur, ya que a las mujeres sudaneses se les prohíbe aprender idiomas) que dos días después de que Mohamed huyera de su aldea por consejo de los propios jefes tribales, varios hombres armados acudieron a su casa y se llevaron a su padre, trabajador de una organización internacional, a quien torturaron.

Asimismo, anunciaron a su familia que la iban a acusar de adulterio, lo cual en Sudán está castigado con la lapidación. "Para ello tenía que haber contacto carnal, lo cual indica que la iban a llevar a comisaría para violarla", explicó Julio Alonso, uno de los autores del reportaje.

Al final "fui junto a mi marido a pedir ayuda a la ONU para salir del país", recordó la joven. Amida explicó también que la mayoría de las mujeres de Darfur viven en campamentos de refugiados o desplazados, donde "siguen sin protección frente a las violaciones".

EL REPORTAJE

Las grabaciones para el documental de Odisea, titulado 'Darfur, pruebas del genocidio', fueron realizadas entre el 23 de abril y el 20 de mayo de 2006 en campos de refugiados y en localidades en las que se había negado el acceso a las organizaciones internacionales.

El equipo estaba dirigido por Julio Alonso y por Iván Durán, que recogieron imágenes inéditas de fosas comunes donde permanecían restos de miles de víctimas sin identificar preservadas por el pueblo fur como prueba ante las comisiones y tribunales internacionales.

Las imágenes del reportaje fueron captadas mediante una cámara Dv Cam, que pasó desapercibida entre la población por tratarse de un aparato doméstico de uso común, y las cintas fueron escondidas en lugares tan insólitos como el techo de los servicios de una autoridad local de Bindisi o el cuadro de luces de la cocina de una casa abandonada en Nyala. Aparte, los reporteros se confundieron entre los trabajadores internacionales para recoger algunos testimonios.

Entre los testimonios recogidos figuran los de un portavoz de los desplazados, a quien se cita como HSM, quien aseguró que el objetivo del Gobierno es "limpiar Darfur de negros africanos" y que Jartum "apoya a los 'janjawid". "Es una especie de guerra santa para acabar con los musulmanes negros del sur de Sudán", declaró el testigo.

También destacan las declaraciones de Asma, una niña de 13 años, quien aseguró que conocía a sus agresores, miembros de los 'janjawid' con los que se cruzaba a diario, y de Katma Abdalá, violada a los 14 años de edad y que fue testigo del asesinato de su tía.

El reportaje incluye también declaraciones del vicesecretario de Asuntos Humanitarios del Gobierno sudanés, Abdelrahman Abu Doum, en las que asegura que todas las acusaciones contra Jartum son "un montaje y un invento" y que "el problema no es del Gobierno contra la población, sino contra los rebeldes de esa región".

Julio Alonso explicó en la rueda de prensa que cuando empezó a conocerse lo que pasaba en Darfur "se estaba celebrando el juicio a Michael Jackson y todo el mundo miraba a Michael Jackson" y que cuando ellos realizaron el reportaje "al mundo sólo le interesaba el Mundial de fútbol".

En todo caso, se mostró esperanzado en que el reportaje sirva para que la comunidad internacional empiece a actuar. "A partir de estas imágenes, a lo mejor la situación en Darfur se endurece, puede que haya muertos, pero también es posible que intervenga la ONU", declaró.

Por su parte, Iván Durán admitió que ambos corrieron riesgos al realizar el reportaje, pero advirtió de que ese peligro no es comparable al que se vive cada día en Darfur, donde "el hecho de existir y de levantarse es un riesgo que no conocemos ni conoceremos nunca".