Kofi Annan pide a los políticos que "asuman sus errores", mientras el primer ministro asegura que evitó una guerra civil
LISBOA, 1 Jun. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
La violencia que en los últimos días ha asolado la capital de Timor Oriental, Dili, parece haber dado una tregua a la población, que permanece alerta ante los numerosos acontecimientos políticos que se producen en el país. En 24 horas, han cambiado los ministros de Defensa e Interior, el primer ministro ha asegurado que evitó "una guerra civil" al impedir una masiva manifestación de sus partidarios, el comandante Alfredo Reinado ha asumido el mando de las fuerzas rebeldes en la montaña y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha hecho un llamamiento a los timorenses para que se opongan a los que quieren dividir el país y a los políticos para que "asuman sus errores".
A la violencia que asola Timor Oriental desde el pasado mes de abril, que ha provocado 27 muertos, cerca de 100.000 desplazados y el desplazamiento de tropas internacionales en el joven país asiático, se suma ahora la "tormenta" política.
El pasado martes, el presidente Xanana Gusmao sugirió que los ministros de Defensa e Interior debían abandonar el gobierno, y esta mañana, poco después de que el secretario general de Naciones Unidas se dirigiese al país para pedir a los políticos que "asumiesen sus errores", presentaron su dimisión los ministros de Defensa e Interior, Roque Rodríguez y Rogerio Lobato. Horas más tarde fueron nombrados para esos puestos el premio Nóbel de La Paz y actual ministro de Asuntos Exteriores, José Ramos-Horta, y Alcino Báris, respectivamente.
Casi simultáneamente, el comandante Alfredo Reinado, quien recientemente abandonó el mando de las Fuerzas Armadas de Timor (FALINTIL), anunció que asumía el liderazgo de "todas las fuerzas militares en las montañas" y exigió de nuevo la "dimisión del primer ministro Mari Alkatiri" y que éste "sea juzgado". En su opinión la salida de los dos ministros "no altera en nada la situación" ya que los responsables por los incidentes del pasado 28 de abril, en los que según los rebeldes murieron más de 60 personas --cinco según el Ejecutivo--, "no serán descubiertos mientras continúe este Gobierno".
Reinado, que abandonó el Ejercito el pasado 5 de mayo acompañado por 15 miembros de la Policía Militar que entonces dirigía, explicó que él es "el comandante de todas las fuerzas militares en las montañas" porque es "el militar con más rango". Aunque no especificó si tiene intención de implicar en las acciones militares a los cerca de 600 expulsados de las fuerzas de seguridad, sí aseguró que se mantendrá en las montañas "hasta que se resuelvan los crímenes del 28 de abril".
"IMPEDÍ LA GUERRA CIVIL"
Al mismo tiempo que se producían los cambios en el Gobierno y las reacciones a los mismos, y que Kofi Annan se dirigía al país, en inglés y en tétum --idioma oficial de Timor Oriental--, para pedir responsabilidad y unión a los políticos, el primer ministro Alkatiri entró en escena para asegurar en una entrevista al diario de Macao 'Ponto Final' que había evitado una guerra civil con su decisión de impedir que sus partidarios, entre 100.000 y 200.000 personas, se concentrasen en Dili. Sin embargo, se ofreció para ser el "chivo expiatorio" si ésa era la voluntad del partido (FRETILIN) "para salvar al país".
"Tengo la conciencia clara de que en estos días, si no hubiese frenado a todos los de mi partido que me apoyan, con seguridad que la ciudad estaría inundada de personas", dijo Alkatiri. Esta decisión, aseguró, evitó una posible guerra civil, porque en tal caso la ciudad se hubiera llenado "no con las 150 que se manifestaron frente al Palacio de las Cinzas, ni las 20 que pidieron la caída del Gobierno y en particular la del primer ministro, sino tal vez con entre 100.000 y 200.000 personas".
Alkatiri también aseguró que aunque "los medios de comunicación de algunos países" se empeñasen en plasmar que había diferencias entre la Presidencia y el Gobierno, "nunca hubo problema alguno". Sin embargo, pidió al ministro Ramos-Horta --quien declaró que el Gobierno "se había equivocado"-- que "se calle", ya que aunque es "un gran mediador, no tiene perfil para hablar de gestión".
ASUMIR RESPONSABILIDADES
El único político que por ahora parece haber decidido seguir la recomendación del secretario general de la ONU es el ex ministro de Interior, Rogerio Lobato, que tras presentar su dimisión asumió su responsabilidad en la situación de violencia que vive el país y en particular de la muerte, la semana pasada, de diez policías a unos 200 metros de su cuartel general por disparos de soldados cuando intentaban dejar sus armas en virtud de un alto el fuego negociado por consejeros militares de la ONU.
La crisis en la que está inmersa Timor Oriental se inicio el pasado abril cuando 600 militares protestaron para denunciar la discriminación étnica que sufrían en el seno de las FALINTIL, por lo que fueron expulsados. Posteriormente otros oficiales, como el comandante Reinado, abandonaron la cadena de mando de las fuerzas armadas, al igual que algunos miembros de la Policía. Como consecuencia de los enfrentamientos registrados desde entonces en la capital del país, ha habido 27 muertos, cientos de heridos y unos 100.000 desplazados.
Ante la imposibilidad de controlar la situación y la escalada de violencia, con grupos de civiles armados quemando casas y edificios públicos, las autoridades de Timor Oriental solicitaron ayuda militar y policial a Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Portugal, que respondieron con celeridad. En estos momentos hay más de 2.000 efectivos internacionales sobre el terreno. Mañana parten para allí 120 portugueses, miembros de la Guardia Nacional Republicana (GNR).