El líder de los militares rebeldes se muestra dispuesto a mantener conversaciones siempre que el primer ministro quede al margen
DILI, 7 Jun. (EP/AP) -
El ministro de Asuntos Exteriores y Defensa de Timor Oriental, José Ramos-Horta, consideró hoy que será necesaria la presencia de una fuerza de Policía dirigida por la ONU en el país durante al menos dos años para ayudar a restaurar la estabilidad, después de la ola de violencia en la que éste se ha visto sumido a raíz de la destitución de 600 militares del Ejército.
Asimismo, en declaraciones a Associated Press, precisó que Naciones Unidas comenzará a discutir sobre la composición y tamaño de esta fuerza policial a partir de la próxima semana y que podría ser desplegada en un plazo de dos o tres meses.
Según Ramos-Horta, se ha producido una "ruptura absoluta" en la cadena de mando de la Policía timorense y harán falta meses para reorganizar las fuerzas de seguridad bajo los auspicios de la ONU. "Podrían pasar dos o tres meses antes de que veamos un mando unificado de la ONU de una fuerza de policía internacional desplegada en Timor Oriental", afirmó.
En la actualidad se encuentran desplegados en el país varios cientos de soldados y policías de Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Portugal, después de que el presidente timorense, Xanana Gusmao, pidiera su envío ante el caos en que se había visto sumido el país, en especial la capital, Dili. La destitución de los 600 militares provocó enfrentamientos con las fuerzas regulares que han dejado al menos 30 muertos. La capital ha sido tomada ahora por bandas de jóvenes armados con machetes que saquean y prenden fuego edificios.
Según indicó Ramos-Horta, la ONU encabezará la investigación sobre algunos de los últimos incidentes entre ellos el ataque el 28 de abril contra manifestantes en la capital y el tiroteo del 25 de mayo por soldados contra policías desarmados, además del mortífero asedio de la residencia del ex ministro de Interior del país.
Asimismo, el ministro consideró que las conversaciones entre las partes implicadas en la situación actual, entre ellas los militares rebeldes, podrían comenzar la próxima semana.
REBELDES DISPUESTOS A CONVERSAR
Precisamente, el líder de estos militares rebeldes, Alfredo Reinado, se declaró hoy dispuesto a mantener conversaciones para poner fin a la ola de violencia que sacude Timor Oriental desde hace unas semanas pero dejó claro que cualquier solución debe incluir la destitución del actual primer ministro, Mari Alkatiri, a quien se acusa de la situación actual por dar el visto bueno a la destitución de los soldados huelguistas.
"Estamos intentando fijar un buen mecanismo para mantener un diálogo en el futuro próximo", declaró Reinado, ex comandante de la Policía militar, que ayer se reunió con el ministro de Defensa, JoseRamos-Horta, en declaraciones a Associated Press por teléfono. "Por mi parte, estoy preparado para sentarme en cualquier momento a la mesa (de negociaciones) para averiguar quién está equivocado y resolver el problema", añadió.
"A través del diálogo podemos conseguir justicia real, especialmente para los soldados destituidos", señaló Reinado, que dijo esperar que el diálogo pueda ayudar a reconstruir Timor Oriental "como una nación orgullosa ante la comunidad internacional, sin Mari Alkatiri".
Por su parte, el enviado especial de Naciones Unidas a Timor Oriental, Ian Martin, hizo hoy un llamamiento a las partes en conflicto para acabar con la violencia en el país y resaltó el papel conciliador de la ONU en las negociaciones entre Gobierno y soldados rebeldes. "Naciones Unidas apoyará con total seguridad a Timor Oriental a través de este período de crisis y lo que venga después", afirmó Martin.
"Este no es momento para desesperar, sino para que la gente actúe unida", afirmó Martin, minutos antes de partir hacia Nueva York, donde tiene previsto informar al secretario general, Kofi Annan, y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Además, Martin subrayó la necesidad de restaurar las fuerzas de la seguridad en el país y la necesidad de que las elecciones del próximo año sean "libres y justas".
PODERES PARA LAS FUERZAS EXTRANJERAS
Por su parte, ante las críticas de que los soldados extranjeros no están haciendo suficiente para restaurar el orden, el ministro australiano de Exteriores, Alexander Downer, dijo hoy que quiere que se autorice a estas fuerzas a detener a los saqueadores y los que queman casas en las calles. Asimismo, expresó su deseo de duplicar hasta los 200 efectivos la misión de la policía australiana "lo antes posible".
"El envío de más policias sobre el terreno a Timor Oriental no va a resolver automáticamente el problema", afirmó Downer en Adelaida. "Para que el trabado cotidiano de la Policía pueda ser realizado por la policía extranjera, con toda seguridad habrá que cambiar las leyes en Timor Oriental", añadió.
Tanto Downer como el ministro de Defensa neocelandés, Phil Goff, han expresado su preocupación por que los políticos puedan estar aprovechando la situación de caos actual con fines partidistas, aunque ambos admitieron que no hay pruebas claras de ello. "El mensaje común que estamos dando a todos los líders con los que nos estamos reuniendo es que cualquier diferencia política tiene que resolverse mediante la ley, constitucionalmente", declaró Goff durante una visita a Dili.
"Ningún líder político puede permitirse utilizar la violencia y el desorden en las calles para perseguir sus fines políticos. Si eso ocurriera, esa persona, ese grupo, sería sometido universalmente a condena en este país e internacionalmente", añadió.