Crónica Turquía.- El líder del DTP acusa a las autoridades de querer convertir el Año Nuevo Kurdo en un día de violencia

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 20 marzo 2007 17:44

Las fuerzas de seguridad turcas están en alerta por temor a atentados y disturbios durante la fiesta del Nevruz

ESTAMBUL (TURQUIA), 20 (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González)

El presidente del Partido Democrático de Turquía (el prokurdo DTP), Ahmet Türk, acusó hoy a las autoridades turcas de querer convertir la fiesta del Nevruz, el Año Nuevo Kurdo, que se celebra el 21 de marzo de cada año, en una jornada de violencia. De hecho, las fuerzas de seguridad se encuentran en estado de alerta ante el temor a que mañana se produzcan serios altercados.

"Nos acercamos a este Nevruz racionalmente y queremos celebrarlo racionalmente. Deseamos la hermandad de los pueblos en Oriente Próximo y que nuestro país solucione también sus problemas", declaró Türk en una entrevista publicada hoy por el diario local 'Turkish Daily News'.

Sin embargo, valoró Türk, son muchos los que se están esforzando por hacer de una fiesta un día de tensión. Concretamente, se refirió a los partidos políticos que se están sirviendo del DTP para echar leña al fuego de las elecciones presidenciales, que tendrán lugar a principios de mayo. "Quieren crear una atmósfera tensa y, así, arrinconar al Gobierno en una esquina. Creemos que un escenario así animará a los nacionalistas y forzará al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en el poder) a retirarse", consideró.

En este sentido, recordó que decenas de dirigentes del DTP han sido detenidos y que sedes de su partido han sido objeto de asaltos en Turquía durante el último mes y medio. De hecho, el propio Türk ha sido condenado en dos ocasiones en marzo por alabar al líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdulá Ocalan, que cumple una cadena perpetua en una cárcel turca de máxima seguridad desde 1999.

MEDIACION CON EL PKK

El líder del DTP no comprende este tipo de ataques ya que, en su opinión, su formación política ha estado luchando por el fin de la violencia del terrorismo kurdo y, sobre todo, ha contribuido a que el PKK declarase un alto el fuego el pasado octubre. Igualmente, ha apoyado la celebración de una conferencia que aglutine a las fuerzas democráticas turcas para hallar una solución al problema kurdo, afirmó.

El PKK se alzó en armas contra la República de Turquía en 1984 para exigir la independencia del Kurdistán turco. Desde entonces han muerto unas 35.000 personas en acciones de ambos bandos que muchos analistas no han dudado en calificar de guerra civil. Los miedos se han reforzado en el seno de las autoridades turcos a raíz de la proclamación de un Gobierno autónomo kurdo en el norte de Irak, donde actualmente opera el PKK.

Ankara no descarta una intervención armada en la zona si los kurdos iraquíes no dan marcha atrás a sus planes de anexarse Kirkuk, una ciudad rica en petróleo con cuyos beneficios se podría sufragar la independencia de la región mediante el apoyo a grupos terroristas como el PKK, argumenta Turquía. Si finalmente ocurriese, ello podría tener un efecto contagio sobre el Kurdistán turco, en el sureste del país.

"Después de que abrazaran este status, el DTP se ha convertido en un objetivo aquí en Turquía. En este momento hay unos 70 de nuestros funcionarios dentro (de la cárcel). No hay ninguna base legal para estas detenciones (*) El poder judicial ha sido politizado (*) Un país así no puede llamarse democrático", criticó Türk, agregando que el DTP nunca ha pretendido "crear ira y odio", sino "hermandad y unidad". "Cuando decimos que no es justo que el Ejército (turco) invada el norte de Irak, se nos percibe como culpables de oponernos al Estado. Pero los fiscales se tapan los oídos ante las auténticas palabras de incitación y odio", apostilló.

ALERTA MAXIMA

El ambiente en la comunidad kurda no sólo está enrarecido por las detenciones masivas de miembros del DTP, sino también por las especulaciones sobre el presunto envenenamiento de Ocalan, que el Gobierno turco ha rechazado vehementemente. Lo cierto es que la fiesta de Nevruz sirvió de excusa, sobre todo durante las décadas de 1980 y 1990, para que se produjeran violentos enfrentamientos entre simpatizantes del PKK y las fuerzas de seguridad en Estambul o Diyarkabir, una provincia del sureste del país de mayoría kurda. No hace tanto, en 1992, agentes turcos acabaron con la vida de unos 70 kurdos.

Por ello, la Policía, la Gendarmería y el Ejército turcos han sido puestos en estado de alerta para hacer frente a eventuales altercados públicos. De hecho, las autoridades han reforzado la seguridad en la frontera con Irak para prevenir la infiltración de terroristas en suelo turco durante el Nevruz. "Se han desplegado tropas adicionales cerca de la frontera en Sirnak. Aviones de guerra efectúan vuelos regulares en la región y helicópteros con equipos especiales han sido enviados a la zona", aseguró hoy el diario 'Vatan'.

Por otra parte, las autoridades anunciaron ayer la detención de 12 presuntos terroristas kurdos que planificaban cometer atentados con bomba contra instalaciones industriales en el área de Estambul. Finalmente, la Policía de Estambul detuvo el pasado domingo a 22 personas durante una manifestación violenta en un populoso barrio del distrito de Beyoglu, en el centro de la parte europea de la megalópolis. Precisamente, el gobernador de Estambul Muammer Guler, pidió hoy a los ciudadanos que respeten el orden público durante las celebraciones del Nevruz.

También el presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer, y el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, hicieron esta mañana un llamamiento a la calma y a favor de unas fiestas pacíficas. "Apelo a todos los ciudadanos a evitar las manipulaciones, las provocaciones, a actuar responsablemente y con buen sentido, a contribuir a la paz social y a no permitir los actos de malintencionados que quieren sembrar el desorden y el separatismo", anotó Sezer.

El Nevruz coincide con la llegada de la primavera y conmemora la victoria del herrero Kaveh contra el tirano asirio Zuhak, según la tradición. Tras vencer al monarca, Kaveh subió a una montaña y encendió una inmensa hoguera para avisar a los pueblos de Mesopotamia de que ya eran libres. Las poblaciones le respondieron encendiendo sus propias fogatas, de tal manera que, aún hoy, una de las formas de celebrar el Nevruz es saltar sobre las hogueras.

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